¿De qué tamaño puede es el corazón humano?
Jimin leyó cuidadosamente mientras buscaba por internet que un corazón era equivalente al tamaño de un puño, así que con delicadeza, miró su pequeña mano y dudó que su corazón fuese de un tamaño tan reducido, porque si lo fuera, ¿Como podría caer en ese diminuto espacio todo el amor que él sentía?
Él sentía tanto amor por sus padres, por su hermano y por Kookie, que si su corazón era tan pequeño, temió que pudiera explotar. Algo alarmado llevó su mano a su pecho respirando aceleradamente, escuchando como su padre dejaba de lado lo que estaba cocinando, para mirar hacía su dirección acariciando su cabello. "¿Cual es el problema, amor? Tu rostro parece algo perturbado."
"¿Mi corazón puede explotar de amor?"
Una pequeña risa se escucha discretamente desde la sala, subiendo de volumen cuando Namjoon entra a la habitación, dejando un beso en la mejilla de Jin, y otro en la de Jimin. "Claro que puede."
"¡No le digas esas cosas a nuestro bebé! Sabes que se lo toma todo demasiado literal." le advierte Jin, en un fallido intento por alejar el cuerpo de su esposo que sostiene su cintura. "Amor, tú corazón no va a explotar, siempre lo tendrás ahí. Puedes llenarlo de todo el amor que quieras, es un pozo sin fondo. No estés preocupado"
"Entonces puedo amarlos a ustedes, tae y kookie, todo lo que quiera. Uh- ¡Y al chocolate caliente! También al rosa y... ¡A muchas personas!" la emoción hizo que sus mejillas se encendieran y sus ojos brillaran como si fueran dos grandes estrellas. Jin apoyó sus rostro en sus manos mientras sus codos descansaban en el meson, soltando un suspiro de ternura.
Su hijo era la luz más brillante de todas.
Namjoon y él habían decidido adoptar a dos hermosos niños después de casarse. Ambos ya habían terminado la universidad, así que ya con sus respectivas vidas laborales casi hechas, las grandes expectativas que tenía Jin respecto a tener hijos se habían hecho cada vez más fuerte.
El pobre Namjoon no pudo decir que no a los labios de Jin curvandose en un puchero cuando sus ojos vieron a un tierno niño rubio de dos años tomado de la mano de otro castaño de su misma edad. En aquel hogar, el corazón de Jin se enamoró por segunda vez de una forma completamente diferente a la primera.
Tae y Jimin llegaron a su vida para hacerla brillar más de lo que ya lo hacía, haciendo resonar sus pequeñas risas alrededor del hogar, besando las mejillas de Nam y él mientras comían dulces sin pensar en nada más que en sembrar amor. Así que a pesar de las enormes dificultades que se presentaron en el camino, no está para nada arrepentido de la decisión que tomó hace trece años.
Con dificultades se refiere en específico a la que tuvo que enfrentar su familia hace algunos meses, cuando las timidez inquietante y ansiedad repetitiva de Jimin, tuvo otro nombre que sustituyó a la pesadilla o a los monstruos por los que solían llamarle, en su lugar ahora estaba un trastorno de la personalidad por evitación
Aquel impacto los había aturdido a todos.
Más porque Jimin había decidido él mismo comenzar a ir a una escuela normal y abandonar a los profesores que le enseñaban en casa hace no más de unas semanas antes de que ocurriera el incidente que los llevó a la puerta del psiquiatra, Jin todavía recuerda la forma en la que Jimin se aferró a él diciendole que no quería seguir siendo un "caso especial". Sin embargo, cuando recibió la diagnosis, no tuvo más remedio que cortar las alas de su hijo otra vez.
Jimin siempre sufrió al estar con más personas que no fuesen su familia o Kookie alrededor. Jin incluso está sorprendido de que Jungkook haya podido acercarse, porque sabe que para él no fue nada fácil. Estar cerca de Jimin requiere tiempo, paciencia y delicadeza.
A pesar de todo, Jin advierte que está dejando a Jimin en una burbuja de cristal donde el dolor no existe, alejandolo casi completamente del mundo real. No le gusta estar haciéndolo, pero se encuentra de brazos cruzados porque no sabe cómo manejar la situación de otra forma. Debido a esto, Tae y él discuten a menudo porque se preocupa en exceso. Sabe que lo hace y no puede evitarlo.
Sale casi por completo de aquel trance cuando Namjoon remueve un poco su hombro llamando su atención. "Bebé, Jimin quiere decirte algo, escuchalo por favor."
Ambos intercambian una mirada complice luciendo algo asustados, logrando pinchar sobre la burbuja de preocupación de Jin, porque ponerse a pensar repentinamente todas esas cosas le ha formado conflictos en su cabeza imposibles de ignorar. "Papá... sabes- tú sabes que yo te amo, ¿Verdad?"
El tartamudeo de Jimin comenzó a parecerle más y más inquietante. "Lo sé, amor. Te amo también."
"Bueno, yo...sé, sé que soy un poco tonto y diferente, le tengo miedo a las personas, eso es raro. No soy como Tae, y sé que hubieses querido que lo fuera. Lo intentó mucho, papá, ser un niño normal." sus ojos bajaron inmediatamente a sus muslos, dejando que la sensación de un llanto próximo presionara sobre su pecho. "Yo, quiero ser un niño normal, e ir a la escuela como Tae. Quiero intentarlo, Quiero... salir de aquí y ver el mundo de cerca."
"Jimin, el mundo no es el lugar divertido que parece." la voz de Jin tembló al final de la oración, y su esposo se acercó para depositar una mano sobre su hombro.
"Pero quiero saber...saber, yo- uh." se trabó. La verguenza y el nerviosismo lo hicieron enredarse y perderse en las palabras, odiaba cuando le pasaba. Quería huir y encerrarse hasta poder recuperar la estabilidad, pero si quería demostrarle a su papá que era lo suficientemente responsable como para asistir a la escuela, entonces debía mantener la compostura.
"No te fuerces, Jimin, vamos lento." Namjoon le envió el mensaje de forma dulce mientras su mirada lo invadía de la misma manera.
"¡Quiero hacerlo! Quiero ver el mundo, quiero ver como és." la oración salió golpeándose contra su boca, haciéndole cerrar los ojos y apretar los puños.
"Yo sé que quieres, amor. Estoy orgulloso de ti por querer intentarlo, pero no sé si pueda lanzarte al mundo de repente." pasó una mano por su rostro, respirando con pesadez. "No quiero que lastimen tu corazón, es puro. Eres demasiado inocente y hermoso, no quiero que te dañen.No soportaría que lo hicieran"
"Papá..."
"Si dañan tu pequeño corazón, creeme que será como si lo hubiesen hecho con el mío. Te he protegido como si fueras una pequeña muñeca de porcelana..."
"Y eso no estuvo bien." interrumpió Namjoon, con un tono de seriedad absoluta en su voz. "No estuvo bien lo que hicimos, no estuvimos haciendo lo correcto. Te amo, pero no estaremos siempre para Jimin, Tae tampoco. Tienes que dejarlo crecer."
"Yo quiero ser un niño grande ahora, papá. ¡Quiero ser como Tae!"
"Dios, no sé..." Jin estaba consternado, sentía que nadie estaba de su parte, pero eso no lo enojaba, porque él sabía bien lo que estaba pasando y a pesar de todo, no era una persona inconsciente de su alrededor. "Vamos a intentarlo, ¿Si? Irás a la misma escuela que Tae y verás como funciona, pero si algo pasa Jimin, si algo te sucede, volverás a tomar clases acá en casa. Intentaremos otras formas para que te insertes en el mundo un poco más lento."
Jimin saltó en su silla, tomando un largo trago de su chocolate, ya bastante tibio, dejando rastros de el sobre su boca. Algo eufórico, se dirigió a la habitación de Tae donde este se hallaba durmiendo, "¡Tae, Tae! ¡Papá me dejó! ¡Él dijo que si!"
Un quejido molesto resonó cuando la puerta que daba paso a una habitación pintada de negro fue abierta con dureza.
Mientras Jin, con una sonrisa algo nerviosa, iba detrás de su hijo con algunas servilletas en la mano. "¡Jiminnie, tienes chocolate en toda la cara, ven aquí!"
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timid * ✩ ym ‧₊˚
FanfictionJimin es suave, confortable y tranquilo, el lugar perfecto donde Yoongi puede resposar su cabeza y desfruncir el ceño.