Últimamente, las cosas no me llaman la atención, es casi como si ya no fueran parte de mi vida, como si fueran opcionales.
Me levanto cada mañana cómo siempre, con la misma rutina, créanme que soy de esas personas que saben apreciar la vida pero sinceramente ya no se el significado de eso.Hoy la profesora Screat, nos explicó que somos el futuro, por lo tanto debíamos pensar bien sobre todas nuestras acciones y sobre cómo hacer un mundo mejor. Como se habrán imaginado, nadie le prestó atención y sólo asentían con la cabeza para fingir aprobación y comprendimiento. A veces creo que esa profesora no tiene una carrera real, nunca nos deja tarea ni nos hace escribir, en verdad me pregunto que será de su vida.
Sonó el timbre y todos -A excepción mía- salieron como si hubiera una bomba de olor en la clase.Llegando a el comedor, puedo observar un cartel lleno de brillos y colores llamativos. Cuando me acerco a el escucho a alguien gritar por detrás mío:
-¡Ni lo pienses, Dules! Los pingüinos no vuelan- Al principio no entendí que me quiso decir, hasta que leí lo que el cartel decía."¡Inscribanse en la obra escolar! Todos los alumnos que quieran participar en este honorable acto escolar, anoten su nombre en la lista. ¿Estás listo para brillar?"
Por supuesto que no, pensé. Tengo que admitir que no soy buena para acercarme a humanos, y menos participar en algo escolar. Sólo tengo un amigo -muy diferente a mi debo decir- y no planeo tener más.
A lo lejos logro escuchar:-¡Franchie! Amiga, ¿que haces aquí? El hambre me está matando. Vamos a comer algo -sugirió con su radiante sonrisa.
- De acuerdo, sólo miraba el cartel sobre la obra, vamos a comer algo -Respondí, de verdad el hambre me estaba matando también.Ya en el comedor, servimos nuestra comida y nos sentamos en las mesas del fondo, exactamente en el rincón donde nadie nos ve, o eso creía.
-Oigan, ñoños, fuera de mi lugar- Esa irritante voz, era tan reconocible. Estuve a punto de levantarme hasta que sentí que mi valiente y loco amigo me tomó del brazo en señal de que no debía.
-Vete, Steve. No nos vamos a mover así que más te vale que saques tu enorme trasero de aquí-. No pude evitar reírme mientras veía a Steve alejarse de mala gana.
Escuchamos de fondo un "fuera trasero gordo" y "¡Vamos Steve un nerd te pateó el trasero!".
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Estábamos llegando a casa, hoy mi mejor -y único- amigo, se quedaría a dormir.
Vimos la película "Yo antes de ti" yo tenía mis lágrimas por el piso mientras preguntaba ¿porque terminó así?, ¿Porque no era un final feliz en el que todo salía bien? Si en verdad la amaba, ¿Porque se fue? A lo que Michael, mi mejor amigo, respondió:
- Y pensar, que hay amores que parecen infinitos, hasta que la infinidad se vuelve pequeña para los más cobardes... Tal vez eso debía pasar, tal vez esa era una infinidad incompleta y necesitaba conocer otra.-Asentí mientras el limpiaba mis lágrimas con su dedo pulgar
- Tranquila, pequeña, su amor por ella nunca murió, y el de ella por el tampoco. Además, ahora podrá disfrutar de su nuevo perfume Francés-. Reí como loca por el comentario del perfume. Y me puse a pensar sobre cuanto tiempo duraremos todos, cuantas veces más vamos a amar, a decepcionarnos. ¿Porque amamos muchas veces y morimos sólo una? Estuve tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta de que Michael me estaba hablando.
-¿Que?- Respondí cuando vi que me miraba ansioso.
-¡Fran! Creo que las películas te afectan- Comenzó a reírse extrañamente.- Te preguntaba si quieres tomar algo.
Respondí rápidamente.
-No, estoy bien.- Hizo el puchero más adorable que había visto en mi vida.
-Por favooooor- Tomó unos billetes de su mochila.
-Oye espera tu no irás a comprar a estas horas... Al menos no sólo- Sus ojos se iluminaron como a un niño en una jugueteria.
-¡Eres la mejor amiga del mundo!- Besó mi mejilla y me dio un abrigo.
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Cuanto dure la vida.
Teen FictionFranccesca Dules, es una chica de 16 años que asiste al instituto junto a su mejor amigo, Michael Morgan. Ella comenzará con su vida adolescente, intentará acostumbrarse y vivir feliz la vida o al menos... Cuanto dure.