Capítulo 2:La invitación.

1 1 0
                                    

Ya en la puerta del minimarket, abrió paso con su típica frase: "Después de usted, damisela". Como siempre respondí: "Gracias, caballero".

Una vez dentro, busqué una botella con jugo de manzana

-No, hoy no, Franchie- tomó una botella de vodka y una de whisky- Hoy no serás una niña de 16 años, beberas conmigo estas bellezas y pediremos una pizza-.
Cómo niña obediente dejé el jugo en su lugar y seguí a Mike hasta la caja para pagar las bebidas.

Una vez en casa, destapó el vodka y guardó el whisky en su mochila, espero que no planee beberlo caliente o voy a vomitar.
-Adelante, tu primero- Dijo estirando el vodka hacia mi mano.
-¿Estás seguro de que deberíamos tomar? Es decir estamos solos, mi madre no me castigará, pero ¿Y si pasa algo?

Revoleo los ojos- Franchie, te prometo que no te pasará nada, mira, cerraré la puerta, así no iremos ebrios a ningún lado- Luego de haberla cerrado me dio el vodka.

Tomé y tomé sin darme cuenta, hasta que me dormí, no recuerdo mucho de lo que pasó, sólo que terminamos viendo "Bob esponja, la película", así es, nunca maduraremos.

-Despierta, Fran, Oye- Sentí que me agitaban.
-Ya desperté, ya desperté. Respondí casi sin vida.
-Vamos, llegaremos tarde a la escuela, boba.

Sólo esas palabras bastaron para que me levante de un salto a buscar mis cosas y cambiarme de ropa.

Llegando a la escuela, saqué mi anticuado celular, tenía un nuevo mensaje. "Te espero en la puerta trasera al terminar las clases".

-¿Quien es?- Preguntó curioso Mike.
-No lo sé, dice que es un número desconocido- Me miró preocupado.
-Bueno, ¿que te dice?- Intentó tomar mi celular.
-Guarda esa mano bobo, dice que me espera a la salida... Tal vez debería ir- Se encogió de hombros y entramos a clase.

*****

Fui a mi casillero para dejar mis libros cuando encontré una nota que decía "M.S.", no sé de quien se trataba pero supongo que tenía que ver con el misterioso mensaje que había recibido en la mañana.

Estaba por salir cuando Mike me pidió que lo esperara. Cerró su casillero y me acompañó hacia la dichosa puerta.
No veía a nadie, miré hacia el otro lado y tampoco.

-Hey Franccesca- escuché que alguien me llamaba desde el árbol, así que me acerqué.
-Hola Matthew- Dije con una sonrisa.
-Hola... Leíste mi nota? La dejé en...
-Si, la leí... ¿Para que querías verme?- Lo interrumpi, tratando de no gritarle lo lindo que es.

Mike estaba junto a mi pero no decía nada, sólo miraba a Matt.

-Fran, iré directo al punto, el baile de fin de año es en dos semanas y me gustaría que fueras conmigo...- Cierto, me había olvidado del tonto baile, pero lo que importaba ahora era mi respuesta.

Miré a Mike para esperar su aprobación, el rápidamente entendió.
-Está bien Fran, pero- Esta vez mirando a Matt -La quiero en casa a las 3 en punto, más tarde no- Matt asintió y Mike nos dejó solos.

-Entonces... ¿Me pasas tu número? Así podremos hablar, sobre el baile y eso- Sacó su celular, bastante avanzado a comparación del mío, y me lo dio.
-Claro, me agendare como Fran Dules- Se lo devolví, luego de esto, tocó algo en su teléfono que hizo que mi bolsillo comenzara a vibrar.
-Listo, el número esta bien. Te veo luego- Besó mi mejilla y se fue, tal vez a su casa.

*****
-¿Entonces? ¿Cómo te fue?- Preguntó curioso mi amigo -Me fue bien Mike, pidió mi número para hablar luego... ¿Vamos a casa?- Asintió y nos encaminamos hacia mi "Monster House", cómo nos gusta llamarla a Mike y a mi, debido a que de pequeños creíamos escuchar ruidos extraños en ella.

Al llegar, no encontramos nada para comer. Nos miramos y sólo con eso ya teníamos un plan.

*****
Cuando llegamos al almacén, fui a buscar comida y Mike algo para beber, había mucha gente por lo que costaba pasar por los pasillos.
Entre las heladeras de las bebidas diviso a Mike, está con una botella de jugo, otra de agua y dispuesto a buscar más.

-¡Oye! Mike, con esas estamos bien, ya vámonos- Cerró la heladera y me siguió hasta la caja. Depósito las bebidas sobre la cinta corredora y podría jurar que su baba estaba por el piso cuando vio al cajero, no puedo culparlo, estaba buenísimo.

-Buenas tardes- Dijo el cajero con una sonrisa.
-Buenas tardes- Respondí mientras golpeaba con el codo a Mike.
-Buenas tardes- Dijo casi desorientado.

*****
Una vez en casa, pusimos la mesa y comimos como si no hubiera un mañana.
-Demonios- Gritó Mike.
-¿Que sucede?- Pregunté preocupada y en el mismo tono.
-Manche mi camiseta... ¡Mierda! ¡Mierda! -Su cara de preocupación hizo que mis carcajadas salieran de su escondite como un cohete -¡Oye no te rías!

Seguí riendo hasta que el hizo un puchero a lo que respondí -Eres adorable Mike, en verdad no puedes maldecir tanto por una camiseta- Su cara cambió totalmente y puedo jurar que creí que me golpearia con una pala.

-Franchie es que ¿A caso no lo entiendes? Esta camiseta no es sólo una camiseta, ¡ES GUCCI! ¿Sabes cuanto sale? Mucho Fran, la respuesta es mucho y si sigue así de manchada creo que voy a morir.
Sin pensarlo dos veces, le saqué su camiseta y me la llevé hacia el lavarropas -Oye eres una pervertida- Dijo el, aguantando la risa.
-Cállate torpe, enciendelo.

Apretó el botón y su querida camisa GUCCI comenzó a lavarse.
Cuando me di vuelta, vi a mi amigo, y debo decir que tiene un excelente cuerpo, en verdad el es muy atractivo. Tiene cabello negro, ojos celestes, su cuerpo es de gimnasio, pero no es ni mucho ni poco, lo justo. El no es mi tipo, pero aún así, es lindo y lo quiero como a nadie.

Se dio cuenta de que lo estaba mirando -¿Ya ves? Eres una pervertida- Ambos reímos por su comentario.

Cuanto dure la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora