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Jeff me indicó con la mano que me sentara en el viejo sillón. Obedecí. El psicópata fué escaleras arriba, y yo me dispuse a mirar qué cosas se encontraban a mi alrededor.

Era una cabaña normal, muy vieja, y abandonada, pero normal.

— ¿Dónde dormiré? —susurré nerviosa, mirando a todas partes.

Me dí por vencida, y tiré mi cuerpesito hacía atrás, permanecí quieta por varios minutos, esperando a Jeff. Al cabo de los minutos, Jeff se posó frente a mí, con una sonrisa triunfante.

— Hey, no te duermas, hermosura. —susurró para sí mismo que para mí. Abrí los ojos de golpe,un tanto avergonzada, y molesta por ese estúpido comportamiento.

— Bueno...¿Dónde están los demás? —pregunté tímidamente, como siempre había sido. Jeff frunció el entrecejo un tanto desesperado, y se dirigió a la cocina, la cual estaba a un lado de la sala, y se podía ver completa.

— Creo que Slender está arriba en su laboratorio,y los demás están de casería. —explicó "Sonrisas" sacando una cerveza de la nevera, para luego mirarme— ¿Quieres una?

— No, gracias. No tomo. —susurré mientras jugaba con mis manos aburridamente.

— Bueno. —cerró la puerta de la nevera, para luego caminar hacía mí, y sentarse a mi lado. Me alejé un poco de él, pues le temía, después de tocarme,no tenía muchas intenciones de acercarme a él.

— ¡Oh vamos,_____! ¿Me tendrás rencór para toda la vida? Deberías estar alegre,ya que, aunque te quiera matar con todas mis fuerzas, no puedo hacerlo. —explicó abriendo su cerveza con facilidad.

Fruncí mi entrecejo, y observé el suelo. Luego, levanté la mirada, y le miré con un rostro suplicante, para que me explicara el porqué.

— Ah...El treinta, y uno de Octubre, todos los asesinos seriales veremos la luna azul, un fenómeno que los humanos no pueden ver. Tu eras virgen, y yo te toqué a la fuerza, si la luna azul te ilumina, serás uno de nosotros. —volvió a explicar Jeff con aburrimiento. Abrí los ojos como platos, ¿eso se podía hacer?

— Y si...¿yo no quiero? —pregunté en voz baja mirando el suelo, no me gustaba la idea de; vivir para matar, y matar para vivir.

— Te asesinaré, y listo. —susurró como si fuera la cosa más normal del mundo. Tragué saliva nerviosa, no me quedaba más remedio que hacerlo, si no quería perder mi preciada vida, tenía que hacerlo.

Quedamos en completo silencio. Mientras tomaba su cerveza, yo le examinaba el rostro detenidamente. Era igualito a todas las fotos de Facebook , Google, Instagram, Etc.

— ¿Qué miras? —preguntó él con disgusto, acomodando su cabello rebeldemente.

— Lo siento. —tartamudeé bajando la cabeza, bastante avergonzada, como si me hubieran regañado.

— Está bien, no importa —dijo él como si nada.

Van a ser unos días muy largos con la bipolaridad de Jeff.

— ¡Ya! ¡Ya! —se  levantó del sillón furioso, por lo que veo.

— ¿Qué sucede?  —susurré nerviosa, levantándome casi al instante.

— Debes conocer a Slenderman. —rió con fuerza al verme.

— Cabrón. —susurré molesta, para luego cruzarme de brazos. Me había asustado demasiado, pensé que me asesinaría, o algo así.

— ¡Gracias! —fué lo último que me dijo antes de subir las escaleras para, supongo yo, buscar a Slenderman.

Pasaron los minutos, ya me estaba aburriendo, me levanté del sillón para buscar a Jeff, pero...

— ¡Jeff, no me puedes tener toda la vida aquí espe...! —permanecí estática al ver como el estúpido sonrisitas hablaba animadamente con ese extraño ser sin rostro. No podía ni moverme, me sentía tan jodidamente abrumada, y nerviosa de que me hiciera daño.

— Jeff, ¿ella está bien? —preguntó aquel extraño ser, señalandome con autoridad. Mi cuerpo se tensó completamente, ésto no me gustaba para nada.

— Sí, ella está bien. —avisó Jeff, observandome seriamente, advirtiéndome con la mirada que no hiciera alguna estúpidez.

¿En serio piensan que estoy mal de la cabeza?

— Oh sí... —me limpié algunas de  las lágrimas que estaban bajando inconscientemente por mi mejilla, gracias al nerviosismo. Sin más, extendí mi mano izquierda—  Mucho gusto soy ____(tn) ____(ta)

— Slenderman. Encantado. —tomó mi mano, y le dio un delicado beso, nos quedamos mirándonos uno al otro por un largo rato. Él no tenía ojos, pero podía sentie como era que sostenía mi mirada. Él estaba sin soltar mi mano, y yo allí como una idiota. Aquello fue muy raro.

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Gracias por leer ! ♥

Sus votos son muy importantes para mí.

LizzyPhantomhive.

Jeff,¿qué pasó después? [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora