3. Esperas y desilusiones.

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*HyungJun*

Logro sostenerme con la pared por el repentino ataque de parte suya. El dolor en mi cuerpo no me está ayudando a nada, en serio.

-- ¡Dime a qué mierdas estás jugando! --escupe las palabras con la voz temblorosa por la ira.

Y no respondo. Me quedo viendo la mancha que se me hace tan interesante en la pared para ignorar el dolor de mi cuerpo, el dolor de cabeza, el dolor en mi pecho, la voz de JungMin...

-- Responde Jun... --suplica.

Pero, ¿qué quieres que te diga?

Ahora me doy cuenta de que estar borracho no trae buenos resultados. Bueno, Megg me ha dicho que le llamé y le dije que lo necesitaba urgentemente en Corea, que trajera a Lalisa con él porque los extrañaba tanto.

O sea, es mi amigo, asistente, pero no lo extrañaba. Y Lalisa, bueno, hacía dos semanas exactas que no miraba al pequeño Min. Lo extrañaba, claro, pero no arriesgaría nada para traerlo a Corea y que mi familia se entere de su existencia. Tal y como lo pidió Lalisa.

Y lo acabo de enviar todo por el retrete por mi terquedad y borrachera.

-- Jun, responde.

Me obligo a mirar a mi hermano que está delante mío con los puños apretados, en cualquier momento puede quebrarme la nariz con eso.

-- Es lo que es JungMin.

Seco. Sin ánimos ni sentimientos.

JungMin se ríe en mi cara, sí, lo hace. Lleva una mano a la cara y la friega en ella. Se da la vuelta y lanza una maldición.

Pero no puedo hacer nada contra lo que nos toca vivir. Así se dieron las cosas. ¿Qué más quieres que haga JungMin?

-- Que tengas un jodido hijo... --su voz se muere en la última palabra.

-- No llames a mi hijo como caiga --le reprocho --. Es mi hijo, tu sobrino... ¿no estás feliz de conocerlo?, ¿no estás feliz por mí?


JungMin camina al ventanal, se queda mirando afuera dándome la espalda. Con ropa de dormir aún puesta, el cabello alborotado... me pregunto el porqué nunca deja de verse tan genial.

No es que lo envidie, no. Sino que... hace que recuerde los viejos tiempos. Sé que no compartí mucho con él en el pasado, pero cada momento a su lado fue lo más preciado para mí. Las mañanas en su departamento, las noches envueltas de locuras, las caricias enternecidas, los besos fuera de control. Cada cosa que viví con él quedaron grabadas en mi mente, las puse ahí con gran cariño. Pero eso se volvió cariñosamente enfermizo y doloroso al recibir aquella hoja de papel que guardo en la mesa de mi habitación en Australia.

-- ¿Quieres que te diga que estoy feliz por ti por el hecho de que eres padre cuando dejaste a una persona que lo es todo para mí esperando tu regreso?, ¿quieres eso HyungJun? --No me da tiempo de respondes, ni siquiera de procesar lo que ha dicho porque sigue --, entonces felicidades. Eres un puto padre, hay un niño que lleva tu sangre en sus venas y espero que le des lo que no le diste WonHo... o como tú lo llegaste a conocer: Ahn YooSub.

Se da la vuelta y sale sin dirigirme la mirada. La puerta se cierra suavemente, no hay golpes fuertes, no hay portazos ni más gritos de su parte.

Sólo hay lágrimas que alcancé a ver deslizándose en sus mejillas, dolor en mi cuerpo, piernas temblando y encogiéndose hasta que dificultuosamente me siento en el suelo apoyando mi espalda a la pared y remordimiento. Un gran remordimiento que me atormenta.

Perdona si te llamo amor 》》MinJun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora