Capitulo 4: FIESTAS DE PUEBLO

98 7 0
                                    




Nos dimos la vuelta para irnos cuando de pronto, escucho una voz pronunciando mi nombre, y todo lo que pude pensar fue "tierra trágame". Al girarme me encuentro a Carlos. Mi mente estaba en blanco, no podía hacer otra cosa que no fuera mirarlo.

No puede ser cada vez que lo veo está más atractivo! Carlos es un hombre de 39 años, con el pelo negro en el cual ya se asomaban algunas pequeñas canas. Sus ojos eran grandes y de color negro, que eran acompañados con unas largas pestañas negras. A pesar de ser ya bastante mayor y de no ser un hombre muy alto, tenia un cuerpo que podía ser envidiado por cualquier chico de mi edad.

- Nara, que haces aquí? - me pregunta con una gran sonrisa, de la cual cualquier chica sea de la edad que sea podría enamorarse.

- Eehh... Que me vengo a vivir y a estudiar aquí - respondo con una sonrisilla tímida.

- Enserio? Eso es fantástico! Si necesitas que te lleve a algún sitio o necesitas alguna cosa dímelo, que no te de vergüenza!  -

- Emm... claro, perfecto, gracias! - respondo de manera nerviosa. Y nos fuimos a comer.

Al llegar al restaurante (que los dueños también eran amigos de la familia desde hacia muchos años), y encontrarme con los dueños y sus hijos Carla y Eric, que eran amigos míos desde que éramos pequeños, me invitaron a salir en unos días con su grupo de amigos. Intercambiamos números de teléfono y ahora que viviría allí me iba a ir bien juntarme con gente nueva.

Justo 2 días después de que mis padres se fueran de nuevo a casa empezaba la fiesta mayor del pueblo, y eso significaba que durante 5 días seguidos habría fiesta. Yo había quedado con Lua e Eric para ir con su grupo de amigos al bar de Antonio e Aida, dónde hoy y mañana iban a hacer un tipo de discoteca.

Al enterarme de esta fiesta, pensé en ponerme algo sexy para llamar la atención sobretodo de Carlos. Miré y miré por horas, cuando ví la pequeña maleta que me había dejado mi madre. La abrí y encontré una pequeña nota donde ponía "Sé que lo necesitarás, te quiero Mamá", junto a esta había tres conjuntos de ropa de fiesta, pero al instante me fijé en aquel precioso vestido negro corto, con mangas largas de encaje y unos tacones de color blanco marfil.

Yo tenia el pelo liso, así que me ondule un poco las puntas de manera que caía suavemente sobre mi espalda como si fueran olas del mar.

Me hicé un maquillaje bastante sencillo. Me puse rímel, la raya y un pintalabios permanente de color rojo. Me miré al espejo y me veía bastante bien. Y aunque me gusta llamar bastante la atención, la única que quería principalmente era la de Carlos.

Miré el reloj y eran las 23:42, habíamos quedado que me pasarían a recoger a las 23:50, asi que estarán a punto de llegar. Le envié un par de mensajes a mis padres, diciéndoles que hoy saldría y que mañana los llamaría, cuando llamaron a la puerta. Bajé y me encontré a los dos hermanos:

- Pero chicos, que guapos vais, conquistareis a todo el mundo, jajajaja !


- Nosotros? Eso no serás tu que vas súper sexi?😏 - dijo con seguridad - a quién quieres conquistar, eh?


- Yo? A nadie... - intenté parecer segura 


- No cuela, pero bueno no te voy a forzar a que me lo digas 


Uf...  Le agradecí mentalmente al mundo que ella no intentara insistir más, porque sé que ella es muy convincente y seguramente hubiera acabado cediendo. De camino a la fiesta, las mariposas volvieron a mi estómago, haciendo que hasta incluso tuviera ganas de vomitar. Y me dije a mi misma que sería mejor que estuviera tranquila y que si lo estaba todo saldría bien.

Cuando llegamos había mucha gente, unos borrachos, otros un poco bebidos, en fin todos llevaban al menos un par de copas encima, y nosotros no podíamos ser menos. Así que, nos dirigimos a la barra a pedir algo de alcohol, cuando me di cuenta de que el camarero era Carlos, como no lo había pensado antes! Él no iba a darnos nada de alcohol, de eso estaba segura, porque éramos menores de edad, pero debía intentar convencerlo para que nos vendiera algo de alcohol. 

Yo, toda segura de mi misma, me dirigí hacia el y le dije:


- Hola Carlos, me puedes dar tres Ron con Cola por favor? - poniendo cara de pena


- No me la vas a colar, ya se que eres menor de edad y la respuesta es no - dijo serio


- Pero por favor, sólo un vaso, por favor! - dije suplicándole con las dos manos juntas y poniendo cara de pena para ver si lo podía convencer 


- No, enserio. No te lo puedo dar y tampoco te conviene - intentando mantener la compostura.

Lo miré por última vez para ver si cambiaba de opinión y al ver que no tenía ninguna intención me fui a buscar otra manera para encontrar bebida.

Mayor que yo! *EDITANDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora