Capítulo 4: Doble personalidad.

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Caminaba por los fríos pasillos del gran castillo, sus paredes eran ásperas y grises, carentes de cualquier rastro de alegría excepto por algunas pinturas y armaduras que resaltaban en aquel lugar. A decir verdad aún no me terminaba de adaptar al frío, siempre había vivido en regiones de climas cálidos, o a lo mucho templados, pero jamás me había tocado experimentar tal sensación térmica, la cual era tan intensa que uno no exageraría al decir que en cualquier momento el viento arrancaría los árboles de raíz. En los últimos días me había enterado de que el actual Rey en el Norte, Jon Snow, se encontraba de viaje en una importante "misión" para conseguir algunos aliados que le ayudaran contra la amenaza de los caminantes blancos, en realidad no terminaba de tragarme aquel viejo cuento de gigantes, muertos vivientes y demás monstruos, pero si un pueblo entero temía por ello... Simplemente no se podía asumir que todo era falso.

- Lord Connington.

Una voz femenina y algo dura me sacó de mis pensamientos, haciendo que girara sobre mi eje para encontrarme con la menor de las Stark.

- Lady Arya.

Respondí a modo de saludo con amabilidad en cada palabra, la joven hizo una mueca al ser llamada así y caminó hasta llegar a mi lado, mirándome con una inquietante frialdad.

- No me llame Lady, solamente Arya.

La chica reanudó su caminar haciendo un gesto con su mano, indicándome que la siguiera en su paseo por tan silencioso lugar.

- ¿Qué hace por aquí tan temprano? 

Preguntó con la misma tonalidad, dejando ver un pequeño dejo de curiosidad en su voz. Lyonel le dedicó una mirada respetuosa por un momento y luego desvió su vista, suponiendo que se dirigían al patio de entrenamiento por las características presentes en aquel desértico lugar donde la nieve se notaba de un color naranja por la filtración de la luz al amanecer.

- Simplemente me apetecía conocer más a fondo el castillo. 

Dije encogiéndome de hombros para restarle importancia al asunto. 

- ¿Y usted, Arya?

- Me gusta entrenar temprano, el silencio ayuda a concentrar la mente.

Comentó bajando unos escalones llegando finalmente al dicho patio, cubierto por una fina capa de escarcha.

- Pero por lo visto me he levantado muy temprano el día de hoy, Brienne no ha despertado me temo.

Expresó la menor ligeramente decepcionada por ello, tratando de que no se notara lo suficiente como para que el joven se percatara de ello. Pero lo notó. Lyonel siempre lo notaba.

- Puedo entrenar con usted si me lo permite.

Aquellas palabras parecieron desconcertar a la joven, mirándolo asombrada hasta que finalmente no pudo evitar soltar una suave risa. Ante ello el muchacho frunció el ceño, confundido por su reacción.

- ¿Pasa algo, Arya?

- No vaya a ofenderse mi Lord, pero nadie en su sano juicio entrenaría conmigo. Además de Brienne por supuesto.

- ¿Y eso a qué se debe?

- No estoy consciente si es de su conocimiento, Lord Connington, pero podría decirse que soy la mujer más peligrosa del norte.

Expresó la castaña con un tono alarmante en su voz, con desafío. Retando al chico de una forma disimulada que no le pasó desapercibida. Así que decidió seguirle el juego, dando unos cuantos pasos hasta quedar a centímetros de ella, cuadrando los hombros e irguiéndose dejando ver lo alto que era de una forma imponente con una mirada aterradora en la cual el verde grisáceo de sus ojos se convertía en una tormenta.

Dancing in the Dark. (Game of Thrones FanFiction)Where stories live. Discover now