Destinos cruzados: (Trilogía enlazada 1)

1: La primera y última fiesta

Mi cara estaba metida de lleno en la taza del inodoro devolviendo todo lo que había comido, sentía mi interior revolverse como una ola furiosa en las paredes de mi estomago, no me atrevía a levantarme por miedo a que otra vez me vinieran las ganas y no pudiera alcanzar la taza, me sentía un poco mal y realmente no me apetecía salir esta noche, ni ninguna otra, yo soy mas de las personas que prefieren quedarse a ver una buena película en casa con cotufas y unos buenos refrescos.

— Tayron ya deja de dramatizar tanto ¿Quieres? - Dice mi hermano Scott entrando en mi habitación como si fuera la suya - Alistate ¿Sí? Que vamos a llegar tarde.

Scott se refiere a la fiesta de verano, la ultima que hacen durante las vacaciones antes de iniciar las clases, cada año hacen una mas grande y mas escandalosa que la anterior, siempre viene gente de todas partes, esta será mi primera fiesta irónicamente, porque el lunes comienzo la universidad, estoy seguro que este año botarán la casa por la ventana.... Otra vez.

— Vamos que no es para tanto - Dice de nuevo infiltrándose en el baño para tenderme una toalla - No creo que la pizza te haya caído tan mal.

— Pues sí - Refuto, tratando de convencerlo, aunque en realidad si me siento un poco mal, no es para tanto, solo dramatízo porque en serio no quiero ir a esa dichosa fiesta - Realmente me siento muy mal, no quiero ir.

— Lo prometiste Tayron - Me señala con su dedo acusador, haciéndome sentir culpable, sé que lo prometí, pero es que en serio detesto esas fiestas tan bulliciosas, no son para nada mi estilo - Además sé que estas fingiendo... ¿Eres muy mal actor lo sabías?

— Scott, realmente no quiero ir - Le digo poniendo mi mejor cara de puchero.

— Pues vas a ir, me vas a acompañar a la fiesta y voy a ligar con muchas chicas gracias a ti - Dice él saliendo del baño y comenzando a rebuscar en mi armario - ¿Sabes la cantidad de mujeres que atraen los gays? Esta noche me acuesto al menos con dos.

— ¿Osea que vas llevarme para acostarte con unas chicas? - Le digo fingiendo indignación, aunque en realidad no me importa, de una u otra manera Scott siempre consigue lo que quiere y si quiere a alguna chica, la tendrá sí o sí.

— ¿De que me sirve tener un hermano gay si no puedo sacarle provecho? - Dice él sin dejar de hurgar en mi armario ¿Exactamente que esta buscando?

— ¿Se supone que eso tiene que hacerme sentir mejor? - Intento sonar enojado pero no me sale, sé que mi hermano solo lo dice en broma, bajo la tapa del inodoro y salgo del baño después de apagar la luz.

— En realidad no - Se da la vuelta para verme - ¿Estos trapos son lo único que tienes de ropa?

— Esos trapos como tú les llamas, son mi vida - Le digo sacándolo de mi armario a punta de empujones.

— Ya no mas, te prestare algo de lo mío, esperame aquí - Dice él saliendo de mi habitación.

Scott Finix es mi hermano mayor, el tiene 25 años y yo 17, a pesar de ello nos llevamos y nos entendemos muy bien, no nos queda de otra, solo somos nosotros dos aquí, nuestros padres viven muy lejos, se mudaron por negocios y siempre nos mandan dinero suficiente para hacer lo que queramos.

Mientras Scott lo gasta en fiestas y mujeres, yo ahorro e invierto en mi futuro, creo que somos muy diferentes en ese sentido, yo soy muy retraído y tímido con las cosas y Scott es inusualmente atrevido y extrovertido, con una personalidad que a las chicas las vuelve locas.... Y a los chicos también, mi hermano Scott es todo lo que yo quisiera ser a su edad, en cambio yo soy enclenque, aunque mi estatura promedio de 1,70 cm, no me hacen ni tan bajito ni tan alto, yo prefiero mantenerme alejado del centro de atención.... Y aunque hace poco por fin le confesé a mis padres que me gustan los hombres, tengo muy claro que no quiero vivir oculto.... Ya se lo dije a Scott y me apoya incondicionalmente, me dijo que yo no iba a dejar de ser su hermano por eso.

Scott entra de nuevo en mi habitación y tiende la ropa que escogió para mí y al verla abro los ojos.

— ¿Que diablos es esto Scott? - Le digo mientras levanto la ropa y la dejo caer a la cama de nuevo, escandalizado por lo que escogió para mí.

— Esto es lo que te vas a poner y no quiero peros, quiero que luzcas genial esta noche, el hermano de Scott Finix no va a parecer un vagabundo en la fiesta - Dice él al tiempo que me lanza una toalla limpia para que meta a la ducha, ruedo los ojos pero sé que con él no hay remedio, la ropa no es fea, pero no es mi estilo.

Después de ducharme y vestirme, me veo al espejo de cuerpo entero, tengo una camisa de vestir azul con las mangas arremangadas, pantalones de vestir, no son muy elegantes, son mas bien clásicos, zapatos de vestir casual, me prestó su rolex de oro y yo ni siquiera se leer la hora en estas cosas, peino mi rebelde cabello con un estilo elegante y casual a la vez, no podía creer que me pudiera ver así.

Mi hermano se coloca detrás de mí y me cuelga una chaqueta en el antebrazo, me sonríe y me guiña el ojo.

— Esto es por si tienes frío ¿Ok? O por si algún chico tiene frío, puedes....

— Scott - Lo llamé para que se detuviera, ya sabía por donde iban las cosas.

— No bueno, yo solo digo - Sé que intenta ser gracioso para calmar mis nervios, sabe lo ansioso que estoy, esta noche todos sabrán que el hermano del gran Scott Finix es gay y yo estoy muriéndome de miedo, él se da cuenta y pone ambas manos en mis hombros mientras me mira a través del reflejo del espejo - Oye, no tengas miedo, que todo va a salir bien.... Y yo te juro que si alguien se atreve a meterse contigo, le saco los dientes a golpes, sonríe que te ves muy bien, esta noche vas a provocar miradas.

— Sí, pero de odio y vergüenza - Le digo mientras intento que las lágrimas no abandonen mis ojos.

Él me da la vuelta y me mira de frente - A ti lo único que te tiene que importar es tu felicidad y los demás que se vayan a la mierda, sabes que siempre puedes contar conmigo y si alguien te dice algo o se sobrepasa, te juro que lo muelo a golpes hasta mandarlo al hospital.

Me río ante el comentario de mi hermano y salimos directo a la fiesta, los nervios me consumen vivo.

Solo Dios sabe todo lo que podría pasar esta noche.