Parte 5

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Pude notar como aquel hombre luchaba con todas sus fuerzas con aquella mujer cuervo, el hombre mas bien había cambiado de una especie de ave volátil descendiente del quetzal. Logre ver como aquella mujer jalaba una extraña energía del hombre, una luz centellante en tonos guindo y azul verdoso salían en forma de aureola de aquel hombre, en lo que ella extraía eso de el vi como un gran tatuaje en la espalda de la mujer comenzaba a desaparecer por lo que pronto comprendí, mas bien aquel hombre extraía algo de ella, tan inmediato cuando la mujer le dio la espalda este clavo una gran espada en la espalda de la mujer atravesándola por completo y saliendo por el corazón de esta, ella me miraba con una expresión en el rostro que seguro jamás borrare de mi mente, aquella espada era en tonos neón al igual que lo habían sido los ojos de la mujer. Estaba tan aterrorizada de lo que había presenciado que tape mi rostro y comencé a llorar, entonces sentí una mano tocar mi muñeca tratando de quitar mis manos del rostro, cuando me percate que había sido aquel asesino me arrastre en reversa aun sentada en la tierra del maizal, el me siguió y me extendió la mano.

–Descuida, no te hare daño, mi misión es protegerte de amenazas como esta.

–¿Amenazas como esta? Lo dice en serio, ¿quien diablos es usted? Y ¿porque tiene que protegerme?

–Mi nombre es Lenard, Bosqú–Me quede con los ojos muy abiertos y mi rostro empalidecido, aquel hombre llevaba el apellido de mi madre fallecida.

–Eres, eres ¿hermano de mi madre?

–En realidad soy tu tatarabuelo, abuelo de tu madre...

–¿Como es que es usted mi abuelo?, mírese, no tiene mas de cuarenta...

–bueno...

–¿No es en serio o si?

–Tengo ciento cuarenta y dos...

–¿Qué?–me levante del piso y comencé a caminar de un lado a otro. Trataba de digerir lo que aquel hombre me acababa de decir, cuando en un instante llego Shaun al lugar, vio a aquel hombre y me tomo por los brazos alejándome del que decía ser mi tatarabuelo, cuando ese tal Lenard vio lo que Shaun hizo nos miro sorprendido.

–¿Ustedes? Así que, la leyenda acertó...

Lo que dijo aquel hombre me dejo mas en shock de lo que ya estaba, ¿qué leyenda? ¿de que rayos habla?

–¿de que leyenda hablas?–le pregunto dudoso Shaun, no puede ser que el este cayendo en los desvaríos de este tarado.

–¿ella no tiene idea de lo que eres? ¿no es así?–le pregunto Lenard a Shaun ¿qué diablos sucede a caso se les olvido que sigo aquí frente a ellos? ¿Como que si no sabia lo que era?, era Shaun el chico nuevo, guapo y atractivo que venia de Canadá. –¿por qué no selo dices? Así vemos a quien le tiene mas confianza o mejor tengo una gran idea porque no se lo muestras...–volvió a decir el loco Lenard.

Shaun me miro por unos segundos y soltó mi mano susurrándome.

–Lamento que hayas tenido que enterarte de esta manera, se que llevas poco de conocerme pero es mejor que lo sepas, fue un gusto conocerte.

Eso sonaba mas a una despedida que a una confesión, el se separo unos pasos de mi y colocándose a lado de Lenard comenzó una transformación que apenas podía creer aunque la estuviesen viendo mis ojos, Shaun se convirtió en un cuervo tan negro como la noche su plumaje resplandecía ante los rayos del sol y por un segundo mi corazón se detuvo y un gran suspiro inundo mis pulmones de aire, vi la expresión de Lenard en cuanto eso sucedió.

–Es real–afirmo con la expresión sorprendida y con un poco de pesar en la mirada–la leyenda...–se quedo pensando unos segundos y cuando Shaun ahora convertido en cuervo despego del suelo lo atrape entre mis brazos y este al instante resplandeció en un tono carmesí con mezclas verdosas y apareció de nuevo su figura humana abrazada a mi.

La Marca del Cuervo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora