Era como tener un pajarito en mi cabeza,
uno muy molesto por cierto,
pero ni por eso dejaba de quererle,
era tan lindo y tan agresivo a la vez
no sabia si me quería o me odiaba
optaba por la primera siempre
porque era mi pajarito
ese que estaba ahora mismo en mi cabeza
que revolvía mi cabello como si fuera nido
que con su solo canto me endulzaba el oído
que miraba atento todos mis movimientos
que aleteaba con sus bellas alas por la habitación
que dejaba plumas en cada sillón
las mismas que recogía para guardarlas
por temor a que un día se fuera sin decir adiós
a no tener evidencia de que algún día estuvo aquí
de que se peinaba las plumas de su cola en la ventana mientras recibía los cálidos rayos del sol
le temía a que le cortaran las alas
esas que utilizaba para volar en mis pensamientos
esas que usaba para volar y posarse en la cabeza
quería tanto a mi pajarito como para ser tan egoísta de no dejarlo ir
Pero como dice el dicho si lo quieres dejarlo ir, si vuelve es porque fue tuyo si no es porque nunca lo fue.
-Anonimo-
