¿Alguna vez pensaste en volver a perder a esa persona que tanto tiempo le tomó al destino poner en tu camino? ¿Alguna vez pensaste que esta pudiera no recordarte?
Jeon Jungkook nunca pensó en perderla otra vez, para él perderla jamás se la había pa...
«Una historia no tiene comienzo ni fin: abiertamente uno elige el momento de la experiencia desde el cual mira hacia atrás o hacia adelante». —Grahan Greene, El fin del romance.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Para cuando volví a abrir los ojos me di cuenta que había tenido una recaída. Mis piernas no reaccionaban a mis impulsos por ponerme de pie y mi boca lentamente me hacía caso para poder preguntarle a la persona a mi lado si había la posibilidad de haber olvidado algo después de lo que pasó. Tenía miedo de que eso hubiera pasado porque ya han sido meses donde me encuentro en este círculo molesto, estresante y deprimente.
XiaoZhan abrió sus ojos rápidamente al escuchar mis quejas y tomó mi mano para demostrar que estaba presente. Me sorprendió verlo.
—Está bien. —Dijo para hacerme sentir segura, desde que había notado que era él ya lo estaba de todas formas, supongo que por esa razón se había quedado aquí en vez de otra persona. —Tuviste un colapso por angustia, tu amiga me explicó la situación y cuando te encuentres mejor te diré que fue lo que sucedió. Aprieta mi mano para hacerme saber que estás bien con eso.
En el diccionario, cuando buscas la palabra “angustia”, su definición dice que está es una intranquilidad que se produce tras haber experimentado algo desagradable e incluso peligroso para nosotros; perdemos la cabeza por unos segundos e incluso minutos y pensamos que nada tiene solución, que no hay ninguna salvación. Me preguntó a qué extremo podemos llegar las personas como para desmayarnos producto de ella. ¿Realmente somos tan incapaces como para pensar en una positividad dentro de mil negativas?
—HaRi…
Apreté su mano.
J;Jk
—¿Jessica? —Su voz sonaba temblorosa al otro lado de la línea y pensé que podría ser por algo estúpido como solía ser antes cuando éramos algo parecido a una pareja, muchas veces me llamaba sollozando pidiendo volver a ser un “nosotros” y yo le respondía que nunca lo habíamos sido. Creí que está llamada sería algo parecido, sin embargo, hace mucho que dejó de hacerlas y no había motivos para seguir rompiendo su dignidad y corazón, por esa razón, me preocupé. —¿Estás bien?
Sí, me preocupé, porque en el fondo, no fuimos un “nosotros”, pero fuimos algo. Y aunque así fuera todo lo contrario, sigue siendo una persona.
—Ella… —Se escuchaba entrecortada la línea, no sabía si era por su llanto desesperado o porque efectivamente habían problemas con la llamada. Detuve mi caminar y los chicos también para ver qué estaba pasando, íbamos de regreso a nuestros dormitorios cuando ella nos llamó. —Se desmayó, —informó al cabo de unos segundos donde pudo tranquilizarse— estábamos en su habitación y pareció recordar algo, entonces, se mareo y luego pensé que se había dormido, pero comenzó a sudar demasiado, lloraba con los ojos cerrados y repentinamente abrió los ojos para atacar todo lo que quisiera ayudarla. Tenía mucho miedo…
