¿Alguna vez pensaste en volver a perder a esa persona que tanto tiempo le tomó al destino poner en tu camino? ¿Alguna vez pensaste que esta pudiera no recordarte?
Jeon Jungkook nunca pensó en perderla otra vez, para él perderla jamás se la había pa...
“¿Qué pasa si no hay nadie? ¿Qué pasa si vives toda una vida, y nadie te espera?” —La casa del lago.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
J;Jk
—¿De verdad planean seguir castigándome de esta forma? Es inmaduro. —Me habían quitado todo contacto con mis familiares y amigos, y ahora me piden que aparezca en programas con la chica que se está adueñando de mi vida. Genial.
—Inmaduro fue haber escapado así como si nada. —Me dijo mi manager mirando algo en su celular, seguramente la planificación del espectáculo al que quieren que acuda. —Tienes que pagar por los platos rotos, Jungkook, la vida del espectáculo es así.
Me tiré boca abajo en el sofá de la estancia. Había vuelto a Corea, pero los chicos se quedaron allá a disfrutar de sus repentinas vacaciones, las cuales existen debido a mi terquedad. Necesitan un descanso de mí.
—El espectáculo apesta.
Él no dijo nada más, siguió planificando las cosas necesarias para que en dos día tomará la mano de mi falsa prometida frente a las cámaras. Al principio, estuve demasiado molesto, tanto que pensé en escribir un gran testamento en redes sociales para expresar mi descontento ante esta mentira, pero NamJoon me dijo que debía ser más inteligente que eso y guardé mi móvil. Pensé en llamar a Hari y explicarle la situación incluso si ella no siente nada por mí como yo por ella; iba a explicarle a una chica que se olvidó de cuánto la amo que en realidad jamás podría querer a otra persona, así que esperaba que no creyera en esas noticias. Así de grande era mi desesperación. Llegué a pensar que salió del restaurante por enterarse de ello, pero en realidad eso no sucedió, solo quiere evitarme porque seguramente la he puesto incómoda en muchas ocasiones por dejarme llevar por mis impulsos. O no sé, las cosas con ella son tan confusas.
No podía salir de este lugar.
No podía llamar a nadie.
No podía hacer nada.
Y para colmo, estos idiotas piensan verdaderamente en un matrimonio cuando les dejé en claro que era falso. Jamás pediría la mano de aquella mujer.
—Lisa vendrá a verte en unos minutos, mejor arreglate.
—Vete al carajo.
Él me ignoró y salió del dormitorio.
Seguí en la misma posición, como había estado estos últimos días donde la única comunicación que tenía era con un peluche de galleta que Hari me había obsequiado hace tiempo, fue justo en una Navidad, misma donde nos entregamos. Sonrío al recordarlo, pero me quema recordar lo que vino después. La vida nunca había sido tan difícil como aquel entonces, y después de eso, solo fue deteriorándose más y más, pero al menos está viva y soy feliz con ello muy a pesar de todo.
La puerta del dormitorio sonó y no quise abrir porque seguramente era esa chica que solo sabe arruinar la vida de los demás. No abrí. Sin embargo, al cabo de unos segundos la puerta se abrió y tuve que pararme a ver quién demonios era porque solo los chicos tenían las llaves del lugar.
