Me enamoré de un stripper [KookMin] TERMINADA

Cap. 4

    Empezamos a conversar animadamente y sin parar, hasta que para variar, llegó la hora de salida de Jimin. No podía dejarlo irse así, no ésa noche. Al diablo con su novio.

-¿Aceptarías comer algo conmigo ahora?- le pedí, esperanzado. Él me miró algo complicado e indeciso.

-Mi novio me espera, ¿sabes?- contestó luego de unos minutos, avergonzado. Yo bajé mi mirada, resignado y triste -Pero ,no me importa, vamos- dijo de pronto, y subí mi mirada para encontrarme con su cara sonriente. Sonreí ampliamente.

-Entonces, te espero afuera. No demores- le dije, mientras que él se retira en busca de sus cosas,Terminé mi trago y salí a esperarlo en mi moto.

      No estaba creyendo posible el que él aceptara salir un momento conmigo a solas. Demoró media hora y depronto lo ví acercarse sonriendo y al parecer, algo nervioso.

-¿Nos vamos?- me preguntó, asentí y le ofrecí el casco que me sobraba. Lo ayudé a ponérselo, me puse el mío, me subí y él se subió atrás mío. 

       Ahora estaba el doble de nervioso al tenerlo  abrazándome por la espalda. Sonreía y sentía mi rostro caliente. Tomé el camino a una cafetería que sabía que estaba abierta toda la noche. Daban las 2:45 de la madrugada y no dijimos palabra hasta que llegamos al lugar.

-¿Te apetece un café?- le pregunté, luego de quitarme mi casco.

-Claro, lo que tú quieras estará bien- contestó , luego de quitarse el suyo también.

       En silencio entramos a la cafetería, que estaba vacía y tomamos asiento en una mesa para dos. Se acercó una camarera a atendernos de inmediato.

-Buenas noches, ¿qué les gustaría ordenar?- nos preguntó amablemente. Miré a Jimin para que ordenara primero.

-Hola, quisiera un caramel macchiato con unos rollos de canela con crema. Si se puede, por favor- pidió y me miró a mí.

-Yo quiero un Frappuccino y unos cupcakes, por favor- pedí yo.

-Los cupcakes pueden ser de chocolate, vainilla o frutilla- ofreció la chica.

-Chocolate y vainilla- respondí.

-¿Algo más?- preguntó la chica. Miré a Jimin a ver si se le antojaba algo más, pero me negó con la cabeza.

-No, es todo- le contesté.

-Ok- dijo la camarera, y nos dejó.