NUESTRO MAYOR SECRETO.

Capítulo 6.

Ya habían pasado más de la mitad de las vacaciones de invierno. Navidad la pasamos en familia y año nuevo también, solo quedaba día de reyes y dos días después volveríamos a la escuela. Esteban se fue dos días después de que me dio la noticia, dijo que volvería para entrar a clases.

─ Trevor. –Entro a su habitación.

─ ¿Qué pasa Ev?

─ Tengo un problema.

─ ¿Qué clase de problema?

─ Mamá le compro un obsequio a Esteban y me aterra dárselo porque apenas somos amigos.

─ Ya tienen casi dos meses de amistad enana. –Se acuesta en su cama–. ¿Qué le compro?

─ No me quiere decir. –Subo con él.

─ ¿Qué te preocupa?

─ Que nuestra amistad no dure.

─ Mira pequeña rara, tienes cuatro años Eve, tu no deberías pensar o hablar de cosas así.

─ Pero tengo problemas para hacer amistades Trevor.

─ Eve, eres pequeña, en algún futuro tendrás muchos amigos, ahora solo es una mala fase. –Acaricia mi cabello.

─ Eso espero.

─ Todo es porque, no sabes cómo hablar con niños, cuando estén más grandes podrán entenderte.

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─ Y estos son mis primos. –Pasa a la otra foto–. Estos somos mis primos y yo. –Vuelve a cambiar–. Aquí papá me levanta en el aire.

Teníamos como cinco minutos viendo las fotos de las vacaciones de Esteban en la sala de mi casa.

─ ¿Tu qué hiciste en vacaciones? ¿Qué te amaneció en navidad?

─ Me amanecieron muchas muñecas y dos libros nuevos, pero mamá ya término de leerme uno.

─ Te tengo una sorpresa.

─ ¿Sorpresa? ¿Qué clase de sorpresa?

─ La tía Vanessa se enteró que tengo una amiga, y me envió algo para ti. –Va hacia su mochila y saca una caja de regalo–. Ella no tiene hijas, solo tres hijos y dice papa que siempre quiso una niña. –Me tiende la caja–. Así que espero te guste.

La tomo, miro a Esteban dudosa y solo encoje sus hombros, quito el laso violeta que la rodea y el papel se abre por sí mismo, levanto la tapa de la caja y me encuentro con un suéter color gris con un gato color violeta en el centro de este, debajo de él me encuentro con un gorro de los mismos colores.

─ Que lindo es Esteban. –Hago a un lado la caja y lo abrazo–. ¡Gracias!

─ Que bien que te gusto, le diré a tía Vane que te gusto.

─ ¡También te tengo un obsequio! –Salgo corriendo hacia mi habitación para tomar el paquete que me dio mamá en navidad para él–. ¡Toma!

Lo toma y lo abre como si fuera de vida o muerte. Cuando lo abre lo ve sorprendido y me mira.

─ ¡ES UN PINGÜINO! –Lo veo extrañada y entonces saca un pingüino de peluche–. ¡ES INCREIBLE! –Se levanta del sofá y comienza a brincar.

─ ¿Qué creen que hacen? –Trevor aparece–. ¿Por qué tanto grito?

─ MIRA TREVOR, ¡TENGO UN PINGÜINO! –Estira el peluche hacia la cara de mi hermano.

─ ¿Qué tienen de interesante los pingüinos? –Pregunto.