Capítulo 33

1.2K 147 8
                                    

Sus fuertes brazos me sostienen.

Phoebe Grey

Ha pasado una semana desde la discusión con papá y ese mismo tiempo siento que algo en mí se quebró.

Supe por Christopher que se sorprendió mucho al descubrir que no estoy usando las tarjetas y el auto que me regaló. El enterrarse que compre otro auto y que pronto tendré un apartamento donde mudarme. Mamá me ha pedido que piense mejor lo de Irene de la casa y que si no estoy aquí estaría muy triste. Sé que eso también lo piensa el, pero su orgullo puede más.

Hoy no he querido bajar a almorzar y sé que eso debe de estar molestándolo. La puerta de mi habitación se abre y en el marco está mamá con semblante triste.

-Princesa, sé que no puedo hacer nada para que cambies de opinión, pero solo te pido que te quedes en casa un mes a ver si las cosas cambian y de no ser así, no insistiré.

La observo con tranquilidad y en sus ojos se visualizan la sombra de las noches sin poder dormir. Todos los días viene y hace la misma solicitud.

Suspiro y asiendo.

-Mamá, deja de preocuparte. Le daré la oportunidad que me pide. -Sonríe. -Después de conversar un rato se marcha.

~*~

Tengo tres días de no salir de mi habitación y me animo va decayendo más con el paso del tiempo. Las horas pasan tan lentas al igual como los latidos de mi corazón. Axel me ha llamado varias veces para vernos, pero no he aceptado por miedo que vea mi dolor y se sienta culpable por ello.

Lo he necesitado tanto estos días, pero he tratado de no darle motivos a papá para iniciar otra discusión. Las noches la pasó llorando hasta quedarme dormida. Lloro por la situación con papá y nuestro distanciamiento. Lloro porque quiere convertir mi amor por Axel en algo imposible y lloro por mi necesidad de verlo.

-Axel, como te extraño. -Sollozo.

Su olor inunda mis fosas nasales y sus fuertes manos se envuelven alrededor de mi cuerpo. Suspiro feliz por sentir esa sensación de paz que me ofrecen sus brazos.

- De solo pensarte, imagino que estás aquí y sintiendo tus cálidos brazos dándome esa paz que mi alma necesita.

-No estás soñando, princesa. Aquí estoy. -Susurra en mi oído.

Abro los ojos de golpe y me incorporo abruptamente en la cama y sus ojos azules me observan.

-Estas aquí. -Susurro incrédula. - ¡Oh, mi Dios! Axel, te has vuelto loco. -Digo asustada.

Corro a mi puerta y la cierro con llave para evitar que alguien entre. Respiro profundo y lo mira sorprendida.

-¿Cómo entraste? Si mi papá te ve nos matará a los dos.

Se levanta de la cama y camina hacia mí, me toma en sus brazos. Nos miramos por un momento y veo que en su mirada hay una sombra de culpa.

¡Oh, no quería que se sintiera así!

Sus labios buscan los míos y me dejo llevar por esa necesidad que consume mi cuerpo. Lo beso como deseaba hacerlo. Mis manos lo atraen más a mi y su lengua pide acceso y le permito que haga lo que desee. Gimo cuando siento su erección en mi vientre. Sin pensarlo me pongo de puntitas para sentirla. El adivina mis intenciones, me eleva para quedar justo donde deseo y gimo en su boca, pero mi cuerpo pide más.

-Princesa, detente.-su voz es ronca.

Oh, cielos! ¿Qué estoy haciendo?

Despacio se separa con la respiración acelerada y besa mi frente.

-Te extrañé tanto. -Susurra.

-No más que yo. ¿Cómo es posible que estés aquí en mi habitación?

-Estoy aquí porque Theodore me avisó que no estabas bien y no podía pasar ni un segundo más sin verte. El me ayudó a entrar y a llegar hasta aquí sin ser visto.

-Theodore. -Digo sorprendida.

-El me llamó y me dijo que la situación con tu papá no ha mejorado y eso te tiene mal.

-Las cosas se han complicado y vivir bajo el mismo techo se ha vuelto una tortura. Sigo pensado el irme a vivir sola y así estaremos bien todos. -Digo entre llanto.

Toma mi mano para conducirnos al sofá que está cerca al ventanal. Se sienta y me coloca en su regazo.

Adoro que tenga ese gesto tan tierno conmigo.

-Entiendo que te sientas así y quieras poner distancia, princesa. Esa no es la manera de enfrentar los problemas y con evadirlo no harás que desaparezcan.

-Pero me duele su frialdad y lo extraño mucho. -Sollozo en su cuello. -Extraño mucho al que era mi papá.

-Lo sé. Para él no debe ser fácil ver a su princesa y no estrecharla en sus brazos y decirle lo mucho que la ama. Tu papá está sufriendo el doble, Phoe, porque carga con el de los dos. -Levanto la mirada sorprendida con la manera que habla de mi padre. -El amor que siente por ti es inmenso que lo hace ver que nadie es merecedor del amor de su pequeña y al ser yo le duele más, por considerarme no digno de tu amor.

-Cómo puedes ver la vida de esa manera y hacer que todo lo horrible desaparezca.

-Los años de experiencia. Soy 9 años mayor que tú y eso me permite conocer a las personas. Tu papá y yo tenemos muchas cosas en común, a parte del amor que te tenemos.

-Los amo mucho y me encantaría que se llevarán bien.

-Lo sé, princesa.

-Si papá te conociera como lo hago yo, se daría cuenta que eres lo mejor que me ha pasado y no puedo vivir alejada de ti. Axel no sabría cómo sería mi vida si no estás aquí. Te amo con toda mi alma.

Sonríe y me atrae más a él y besa mi sien.

-Princesa, eres lo mejor que ha llegado a mi vida. Si tengo que alejarme de ti para que seas feliz. -Cierra los ojos. -No lo dudaría. Aunque lo haría sabiendo que con eso quedare totalmente frío. Phoebe, te amo como no te imaginas y sería capaz de hacer todo por ti.

Lo miro a los ojos y en su mirada está escrito.

¿Eso es lo que harás?

-Si me dejaras no lo soportaría. -Sollozo.

El miedo se apoderara de mí y lo abrazo con fuerza tratando de evitar que se vaya de mis brazos.

-No te alejes, Axel, por favor, no me dejes. -Vuelvo a llorar.

Siento como se tensan sus músculos y mis sollozos aumentan. Sus brazos se cierran con más fuerza en mi cuerpo que no deja de estremecerse.

Piensa dejarme.

-No llores, por favor. -Susurra en mi oído.

-Yo te amo, por favor, Axel. -Intenta separarme de él y me aferro con más fuerza.

-Eso no pasara, princesa. -Levanta mi rostro y seca mis lágrimas con sus besos.

-Te amo con toda mi vida.-Me acurruco en sus brazos y nos quedamos en silencio por no sé cuánto tiempo hasta que siento que mis ojos se empiezan a cerrarse.

Siento como soy elevada y camina conmigo en brazos hacia la cama. Con cuidado me deposita en ella y cubre mi cuerpo con las sabanas, mis ojos pesan tanto que no puedo abrirlos.

-Descansa, princesa. Te amo. -Escucho que dice a lo lejos.

-Te amo, Axel. -Digo para luego caer en un profundo sueño.

***

Cautivada por caballero de ojos fríos. (Princesas#1) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora