Capítulo 38

1.2K 137 11
                                    

Mirando la lluvia en sus brazos.

Phoebe Grey

Estamos en el parque disfrutando de un momento de tranquilidad. Hablamos de las remodelaciones que le gustaría a su casa y quiere participe en ellas.

—Quiero que mi habitación tenga el toque que me haga recordare cuando no estés allí. —Dice.

—Cómo te gustaría? —Pregunto. Sentándome en su regazo.

—Si quiere cambiar color o la decoración, por mi estaría perfecto. Lo dejo a tu criterio.

Estoy sentada en sus piernas con mi espalda apoyada en su pecho y su barbilla en mi hombro. La lluvia de esta mañana nos da la bienvenida y de esa misma manera mi deseo por él se apodera de mi y muevo mis caderas en su regazo.

—Phoe... no hagas eso. —Dice.

Continúo moviendo mis caderas y haciendo un poco de presión con su pecho.

—Princesa. —Aprieta sus manos en mis caderas. — Tranquila. —Advierte.

—Axel, por hoy no quiero ser tu princesa. Quiero que me hagas tuya como a la mujer que deseas con urgencia.

—No tienes que dejar de ser mi princesa para desearte con urgencia y desesperación.

—Quiero sentirte ahora y aquí. —Pido.

Mi mano viaja a su erección y lo acaricia sobre su pantalón de lino. Mis dedos bajan la cremallera.

—Phoebe. Estamos en un lugar público. Aunque esta área fue cerrada para nosotros dos.

—Entonces no hay nada de qué preocuparnos. Además, la falda de mi vestido ocultará todo y la fuerte lluvia se llevará nuestros sonidos.

—No quiero tratarte diferente a como lo hago. —Dice tomando mi barbilla para que lo mire. —Eres mucho más.

—Por favor, Axel no quiero que me hagas el amor. —Acaricio su barba. —Hoy quiero me folles como dijiste que querías hacerlo en tu oficina.

—Dije eso porqué. ...

—Porque lo deseabas. Follame así. —Sus ojos se abren. —Por lo menos regálame un orgasmo en tu regazo, mientras miramos la lluvia caer y después me llevas donde quieras y me follas como un demente.

Suelta una carcajada y me aprieta más a él.

—Oh, princesa, ¿Cómo puedes decirme eso? Y seguir siendo la declaración de deseo más exquisita.

Sus manos se cuelan por mi falda.

—Levántate un poco. —Dice y sonrío, hago lo que dice. Moviendo mis bragas con una lentitud que hace mi cuerpo estremecerse siento con su glande toca mi entrada.

—Oh, sí. —Gimo. —Cuando rozaba mi entrada.

—Te apoderas de todo, princesa. —Gruñe entrando de golpe.

—Axel. —Grito. Sintiéndolo por completo.

—Ahora te daré lo que deseas para luego llevarte a mi oficina y te follare como anhelas.

Toma mis caderas y marca el movimiento y mi interior se contrae entorno a él.

—No dejes de ver la lluvia.—Dice mordiendo el lóbulo de oreja.

—Aahh. —Gimo.

Besa mi cuello y mis movimientos aumentan cuando una de sus manos se cuela debajo de mi falda y uno de sus dedos entra en mi interior. Mi cuerpo experimenta esa sensación que solo he descubierto con él.

—Oh, Axel me llevas muy... Aaaaaaah. —grito, pero se pierde cuando sus labios atrapan los mios.

Se mueve ansioso y sé que se correrá conmigo y ese fuego tan conocido apoderándose de mi y me corro.

—Axel. -Echo la cabeza hacia su pecho.

—Phoe... —Gruñe en mi oído. Se hunde tan profundo y siento como su simiente se esparce en mi interior. —Te adoro princesa. —Besa mi cuello.

—Yo más. —Me remuevo.

—Otro motivo para que este lugar siga siendo mi favorito.

—Este es el mejor lugar, cuando necesito cobijarme en tus brazos y sentirme amada. Porque este lugar es mágico, aquí dijiste que me querías por primera vez, aunque tu mirada y tus acciones me lo habían demostrado.

Me levanta de su regazo para salir de mi interior y eso hace que salga de mis labios un quejido de reproche. Me voltea para quedar frente a frente.

—Oh, princesa eres insaciable.

—Siempre necesito más de ti. —Gimo cuando sus dedos acarician mis labios y mi entrada.

Sonríe por mi manera de quejarme y vuelve a entrar en mi interior de manera tortuosamente lenta.


Axel Cooper

Acabamos de hacer el amor bajo la lluvia y mi princesa como toda insaciable deseaba más de mí. Sus ojos grises me suplicaban que no la dejara con esa necesidad que su cuerpo tenía del mío. Esa necesidad hizo que avivará la mía e inmediatamente mi cuerpo reaccionó.

—Estoy adicto a tus besos, aroma, esos ojos que me miran diciéndome todo lo que deseas y esperas de mí. —Le digo antes de empezar a moverla entorno a mí.

Cierra los ojos entregada a lo que le hago sentir y echa su cabeza hacia atrás. Me embriago de su pasión por mí y como su hermoso rostro me muestra lo que está disfrutando. Siento como sus paredes se contraen y me encierran en su poder. Agarro con firmeza sus caderas y marco el ritmo que deseo para alcanzar nuestra liberación.

—Vamos, princesa. —Digo agitado porque estoy cerca y no quiero llegar primero que ella. Esto es para ella.

—Oh, Ax. —Grita entregada a su liberación.

Su interior aprieta con fuerza mi pene dejándome sin aliento y corriéndome como nunca lo había hecho. La aprieto con fuerza y escondo mi rostro en su pecho gritando su nombre con desesperación.

Como le había prometido la lleve a mi oficina y la folle como ella me pidió. Mi escritorio, mi sofá y hasta mi baño tienen la huella de sus manos.

Fue tan intenso cuando estuvimos en el baño limpiando nuestros cuerpos, no pudimos resistir y sentirnos una vez más. Sus pequeñas manos se apoyaban a los azulejos buscando equilibrio cuando la follaba como tanto anhelaba. Su cuerpo recibía todo de mi de manera extraordinaria, haciendo que nuestros gritos, gemidos y su manera de pedirme que le diera todo de mí me hicieron perder la razón.

Ahora estoy en mi casa recordando esos momentos de locuras que ella provocó con su manera de apoderarse de todo. Deseando tenerla aquí y amarla en cada rincón de este lugar.

Estoy completamente adicto a ti, princesa mía.


--------------------------------

Disfrutando de su último día de su gran amor..


Yo!

Cautivada por caballero de ojos fríos. (Princesas#1) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora