Capítulo 1
Me llamo Julieta, vivo al final del mundo o el comienzo de este, según como miremos el mapa. Siempre pensé que me gustaría vivir en otro lugar, para que mi vida fuera más interesante. No tan aburrido como Chile, pero fue el lugar donde me toco nacer…
Cuando era pequeña, solía creer que todo era perfecto, en mi burbujita personal. Que nunca nada me podría pasar, pero fui creciendo y mi vida cambió drásticamente.
Mi abuelo, que para mí era un padre, murió. Llevándose consigo mi perfecta vida. En el año de su muerte, mis papas decidieron divorciarse, dejando a mi mama en una fuerte depresión, pasando desapercibida en la vida de ella. La cual era trabajar y dormir… Tuve que crecer y madurar con 11 años. Mis sueños se volvieron diferentes.
Anhelaba poder ir junto a mi abuelo, pero mis intentos por lograrlo fracasaron, comencé a ser más independiente y reservada con mi mama.
Fue ya cuando iba en mi primer año de universidad, cuando lo conocí. Iba caminando por la calle, mirando a la gente, pensando en mi vida que no es muy interesante; llena de problemas como la de todos. Estaba cruzando la calle no me di cuenta que venía un auto, en un abrir y cerrar de ojos me encontré tirada en la acera; un joven muy guapo me había salvado de ser atropellada.
- ¿Quieres matarte o qué? Me dijo el joven muy alterado
Yo lo único que le dije fue que no, mientras seguía mirando el abismo.
¿Qué se sentirá lanzarse? ¿Qué se sentirá caer al vacío? ¿Qué se sentirá morir?
Me gustaría ser lo suficientemente valiente para hacerlo o lo suficientemente cobarde como dirían otros, para no seguir afrontando esta vida.
- ¿Por qué miras tanto hacia abajo? Me pregunto aquel mismo muchacho, que me había salvado anteriormente. No me fije que me había seguido todo el tiempo hasta aquí.
- Veo los autos. Dije sin mirarlo; mientras seguía los autos pasar con la mirada.
- Eres rara. Asevero ese tipo, de la nada.
Me dejo perpleja su comentario, siempre me mostraba alegre con mis conocidos y amigos; siempre escondiendo, mi lado depresivo ante el resto. Nunca nadie me habría tachado de rara; pero el si. Al verme como me comportaba en este momento cualquiera lo haría.
- Puede que si, pero no me conoces para poder saberlo. Nunca te han dicho ¿Que es malo hacerse prejuicios de la gente que recién se conoce? Le dije, al fin mirándolo a los ojos.
- Pues, en la situación que te conozco; cuesta mucho no hacerlo. Me dijo mirándome tan fijo, que sentía que su mirada traspasaba mi alma.
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Mi rincón
RomanceIba caminando por la calle, mirando a la gente, pensando en mi vida que no es muy interesante; llena de problemas como la de todos. Cuando estaba cruzando la calle no me di cuenta que venia un auto, en un abrir y cerrar de ojos me encontré tirada en...