Danny Phantom: Pubertad Fantasma 3

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Casa de los Fenton: Cocina-Comedor.

Luego de la larga noche vivida por Danny y Jazz, ambos se levantan a la mañana siguiente y van a la cocina a desayunar como siempre, fingiendo que nada paso.

Danny fue el último de la familia en bajar, Maddie preparaba el desayuno, Jazz estaba sentada en su lugar de siempre y Jack estaba leyendo el diario local en busca de posibles ataques de fantasmas.

-Buenos días, mi querida familia. ¿No les parece que este es un día hermoso?- Exclamo Danny con un notorio buen humor.

-Buenos días, hijo. Es bueno verte de buen humor para variar.- Respondió Jack al notar la animada actitud de su hijo.

-Bueno, *Bostezo* días, hermanito.- Dijo entre bostezos Jazz, la cual seguía agotada luego de la noche que paso con el chico y lo poco que pudo dormir luego de eso.

-Buenos días, cariño. ¿D-dormiste bien?- Pregunto Maddie, tratando de que no se notara que sabía lo que sucedió anoche entre él y Jazz.

-De maravilla. Siento que anoche fue la primera vez en mucho tiempo en la que he podido descansar de verdad.- Dijo el chico mientras se sentaba junto a Jazz. -Y todo gracias a la visita de mi linda hermana mayor.- Acoto el chico mientras estiraba una de sus manos para sujetar el trasero de la chica a su lado y apretarlo con fuerza.

-¡D-Danny! ¡Compórtate, este no es el momento para esto!- Le susurro con enfado Jazz, logrando que el chico quitara su mano de ahí.

-Lo siento, mi mano resbalo.- Dijo de forma despreocupada y poco convincente el chico.

-Por favor, Danny, hablo en serio.- Le susurro la chica debido a la falta de discreción que mostraba su hermano.

-Oh por Dios, hijo. Tienes que ser cuidadoso sino quieres que tu padre se entere de lo que paso ayer.- Pensó Maddie, quien había presenciado la pequeña escena que monto el chico y agradecía el hecho de Jack estuviera leyendo el periódico mientras todo eso pasaba. -Aquí tienes tu desayuno, cariño. Come rápido y ve a la escuela.- Le dijo Maddie mientras dejaba un plato de cereal con leche frente al chico.

-Está bien, gracias, mamá.- Le respondió Danny.

Escuela secundaria Casper: Pasillos. Casillero de Danny.

Más tarde en la escuela...

Danny se encontraba sacando libros de su casillero para así ir a clases, cuando de repente es sorprendido por Paulina, la cual desde hace tiempo, más precisamente, luego de que el chico diera a conocer su identidad, había cambiado por completo su actitud hacia él.

-Hola, Danny ¿Cómo estás?- Le pregunto la hermosa morena mientras se aseguraba de hacer contacto con él sujetándose de uno de sus brazos.

-H-hola, Paulina. Todo está bien.- Respondió nervioso el chico mientras volteaba su cabeza de lado a lado esperando que Sam no lo viera.

-Y dime, señor héroe, ¿Has combatido con algún fantasma recientemente?- Preguntó con un tono seductor la chica mientras deslizaba uno de sus dedos por el brazo del chico.

-A-algunos, sí.- Dijo el chico mientras seguía controlando que su novia no apareciera, mientras su cara comenzaba a teñirse de rojo debido a la cercanía de la chica.

-Se nota. Mira nada más lo duros que están los músculos de tus brazos.- Dijo la chica mientras posaba sus manos alrededor del brazo del chico y lo apretaba ligeramente.

-¿Eso crees?- Pregunto Danny al dejar de vigilar y limitarse a disfrutar de los halagos de la chica.

-Claro sí. Dime algo, además de tus brazos, ¿Hay alguna otra parte de tu cuerpo que quede dura luego de pelear con fantasmas? Porque de ser así, yo he estado tomando algunas clases para dar masajes y podría ayudarte a descargar tensiones.- Le sugirió de manera provocativa la chica mientras se acercaba a la cara de Danny. -Puedes venir a mi casa cuando quieras, Sam no tiene por qué enterarse.- Termino de decir Paulina en un susurro junto a la oreja de Danny, provocando que el mismo se excitara por la indecorosa propuesta de la chica.

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