Prohibido Enamorarse (Completa)

Capítulo 24- Verdad o reto-

Abrió los ojos fastidiada por la luz que entraba al lugar, parpadeo con pesadez un par de veces para enfocar bien su vista y saber dónde se encontraba. Trago saliva y sintió como su garganta pedía a gritos líquidos.

¿Qué había pasado anoche?

Lo último que recuerda es que estaban en el bar, brindando por Miami y luego oscuridad. Creía que eso de que los borrachos no se acordaban de nada al día siguiente era mentira, pero ahora que lo experimentaba en carne propia entendía que era verdad.

Con la poca fuerza que tenía comenzó a levantarse, necesitaba agua y una buena ducha apestaba a alcohol, vomito y quien sabe que más cosas. Al quedar sentaba en el borde de la cama un enorme dolor de cabeza y un fuerte mareo se hizo presente, quería morirse ahora recordaba porque no bebía como marino, la resaca del siguiente día era lo peor que podía experimentar.

Miro a su alrededor y vio que se encontraba en la habitación donde había dormido todos estos días que había estado en Miami, bien por lo menos no había amanecido en un motel de mala muerte, se levantó y vio su ropa la cual constaba de una camisa de hombre, la cual le quedaba gigante ¿Quién la había cambiado? Seguramente alguien la había traído a casa y le había quitado ese horrible e incómodo vestido y le había puesto esa camisa, esperaba que hubiera sido Anya o Eve.

Camino hasta el baño para darse al menos una ducha antes de bajar, entro al baño y miro su reflejo en el espejo, si como lo esperaba tenía toda esa porquería de maquillaje corrido, sus ojos estaban rojos y su cabello... Ni hablar de su cabello. Fijo su vista en un pequeño punto rojo que se veía en su cuello, extrañada se abrió un poco más la camisa para ver que el pequeño punto no estaba solo había más como el, para ser exactos eran cuatro.

¿¡Que mierda había hecho anoche!?

Tenía unos putos chupetones en el cuello, ¿quién se los había hecho? Intento recordar algo más, pero nada, no llegaba nada a su mente. Se baño y se cambió lo más rápido que pudo y salió de la habitación mirando que ninguno de los chicos estuviera cerca, camino de puntitas hasta la habitación de Anya y toco varias veces, rogaba internamente que no hubieran bajado a desayunar. Toco de nuevo pensando que podían estar dormidas y esperaba que lo estuvieran, pero nada sucedía, maldijo internamente y comenzó a caminar de nuevo de puntas buscando a las dos chicas.

Bajo poco a poco las escaleras siendo cuidadosa de que nadie la notara, no quería que la vieran con esas marcas asquerosas en su cuello, no sabía cómo estás habían llegado ahí y debía averiguarlo, mientras tanto debía ocultarlo de los chicos y para eso necesitaba a Anya o a Eve, ellas eran buenas con eso del maquillaje. Escucho risas que venían de la cocina y un "¿Quieres más puré Chad?" Ahí estaba su respuesta, se quedó entada en las escaleras pensando cómo sacar de ahí a las chicas. Estaba tan perdida en sus pensamientos que no noto cuando se sentaron a su lado, solo sintió como una mano la tocaba en el hombro, rápidamente volteo y con sus manos se intentó tapar las marcas de su cuello, pero respiro cuando vio que Anya la veía con diversión.

—¿Qué haces acá? El desayuno ya está servido o bueno más bien la cena—se corrigió cuando vio la hora.

—Estaba buscándote, necesito un favor—Anya se enderezo y la miro fijamente esperando que la chica hablara, Mel respiro profundo y se quitó las manos del cuello mostrando sus marcas.

—Oh Dios—Anya abrió la boca con sorpresa lo cual le hizo saber a Mel que la rusa no tenía idea de nada ósea que ella no había sido la que la había ayudado a ir a su cuarto y quitarse la ropa.

—¿Me ayudaras a esconderlas?

—Claro vamos a la habitación—Anya seguía con esa cara de sorpresa, pero en cuanto entraron a la habitación comenzó con la bomba de preguntas que Mel por obvias razones no contesto.