Shia es una muchacha que vive feliz con su padre al que tanto quiere hasta que una noche un ser de aspecto extraño se lleva el alma de este dejando solamente su cuerpo .
Ahora la joven Shia tiene 12 horas para reunir el cuerpo de su padre co...
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Shia envolvió a su padre en una manta y se adentro en la oscuridad llevando su cuerpo a cuestas.
Solo tenia doce horas para encontrar al espectro que robo el alma de su querido progenitor, ella a pesar de que tenía cierto miedo estaba confiada en que recuperaría su alma pronto, aun así decidió llevarse consigo el cuerpo de su padre por si ese extraño hombre regresaba.
Shia solo veía oscuridad por donde pasaba y por ello avanzaba lento, entonces avisto unos ojos brillantes que le miraban y se puso en alerta.
¿Sera un animal salvaje? - pensó y retrocedió un poco , para su alivio se trataba de una cría de tigre la cual estaba perdida , Shia se alegró y pese a que le preocupaba que hiciera la madre de la cría se lo llevo para poder reunirlos.
El pequeño tigre comenzó a maullar y unos ojos mas brillantes se vislumbraron entre las sombras, el pequeño corrió hacia la dirección de esos ojos sin temor, era la madre de la cría y Shia se alegro de ayudar al pequeño, pero la sonrisa se le borraría en unos instantes.
La madre olfateo al pequeño tigre y luego le dio un gran zarpazo con su pata, la cría cayo ensangrentada y la madre comenzó a lamer la sangre y luego empezó a devorar poco a poco a la pequeña criatura, pronto otros tigres salieron de la oscuridad cargando otras crías muertas en sus hocicos y las dejaron en el piso para devorarlas.
Shia quería llorar pero se aguanto para no alertar a los tigres que estaban ocupados comiendo.
Posteriormente llego a un bosque mas iluminado, cuervos estaban posados en las copas sin hojas de los árboles, tenían ojos amarillos que parecía que no le apartaban la mirada, era como si esperaran que se descuidara para abalanzarse encima de ella.
Shia paso despacio para no alertarlos , cuando ya se acercaba a la salida del bosque una rama de un árbol le daño la mano derecha, ella no pudo evitar quejarse y entonces los cuervos se acercaron a gran velocidad ,algunos comenzaron a tirar del largo pelo rojo de la joven mientras otros mordían su ropa o picoteaban su cuerpo , eran tantos que era como si la oscuridad la envolviera de nuevo y sus graznidos eran tan ruidosos que en ese momento ella prefería volver al silencio de las penumbras.
Era difícil apartarlos llevando a su padre pero se apegaba a sujetarlo casi de forma obsesiva
Aaaah ya basta- grito fuertemente, como un fuerte eco otro grito le contestó, luego otro más y pronto Shia oyó varios lamentos.
Eran los árboles que movían sus ramas violentamente, en sus cortezas aparecían marcas singulares que formaban caras de las cuales se derramaba savia roja como si fuera sangre.
Silencio, cállense, no más no más -era lo que decían varias voces penetrantes que se escuchaban junto al sonido de las hojas movidas por el viento como si esas voces vinieran de los mismos arboles.
Los cuervos se alejaron de Shia agitando rápidamente las alas por el temor, el sonido de sus alas era tan fuerte como sus graznidos que también se escuchaban.
Cállense maldita sea- volvió a gritar una voz, luego de esto los cuervos comenzaron a explotar como confeti de fiesta pero en este caso lo que caían eran las tripas de los cuervos envueltas por la sangre.
Shia entendió la situación al instante, si pronunciaba un solo sonido más que fuera audible por los arboles correría el mismo destino que los cuervos, debido a ello aguanto las heridas provocadas por los cuervos a pesar del dolor y mientras cargaba con su mano izquierda a su padre con la mano derecha se tapaba su boca tan fuerte que le llego a doler después.
Shia llego a continuación a un desierto , personas caminaban sin rumbo de un lado a otro , ella les intento preguntar sobre el hombre delgado pero nadie les contestaba , los ojos de esas personas eran pálidos y estaban mirando al vacío como si no se encontraran en este mundo , tras insistir se interpuso en la ruta prefijada de uno de ellos provocando que se desviara hasta una parte del desierto que era atravesada por una gran grieta en el suelo , esta persona la piso provocando que esta grieta se abriera, de ella salió una gran mandíbula con dientes afilados que se tragaron a esa persona.
Shia se dio cuenta que ese desierto estaba lleno de otras grietas y comprendió porque esas personas se movían sin rumbo claro, estaban inconscientemente evitando esas grietas a toda costa.
Fue en ese instante que la joven se dio cuenta que ya no se encontraba en su acogedor hogar.
