Pandora ©

Capítulo IV

«A través del viento, 
al lugar donde solíamos yacer
cuando éramos niños.
Recuerdos de un lugar robado, 
atrapados en el silencio, 
un eco perdido en el espacio.»

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Adam's POV

Tiemblo, no sé si por el frío que hace o por lo que estoy a punto de hacer. Sé que no me querrá ni ver en pintura, pero no puedo perderla, es decir, nos conocemos desde que íbamos a primaria.

Toco al timbre y espero a que me abra. Cuando ve que soy yo, pone una mueca de sorpresa y sus preciosos ojos verdes se abren como órbitas.

—Tenemos que hablar Chris—digo sonando decidido, aunque estoy un poco inseguro.

—Tú y yo no tenemos nada de lo que hablar Adam—veo que va a cerrar la puerta, pero interpongo mi pie, no pienso irme hasta pedirle que me perdone.

—Por favor—suplico con los ojos, esperando una respuesta positiva por su parte.

—Dos minutos Lodge—entra y veo que gira hacia el salón. Me conozco su casa como la palma de mi mano, venía muy frecuente desde que nos hicimos amigos Alexander, Chris y yo.

Me siento a su lado en el sofá y suspiro mirándola. Hoy se la ve más bonita, sus ojos tienen un brillo especial, como si se hubiera quitado un peso de encima. No sé cómo empezar, así que suelto lo primero que se me viene a la cabeza.

—No pensé que volvería a estar aquí...—gira a verme.

—Ni yo, es más, aún no sé qué haces aquí—dice dura. Me cae como un balde de agua fría, pero me recompongo al momento. Sé que lo dice porque está dolida.

—Me arrepentimiento muchísimo de lo que hice Chris. No quiero perderte, sé que fui un gilipollas y me cegué demasiado con Clara. No creí lo que me dijiste y al final...tenías razón. Clara me ha estado engañando todo este tiempo. Te aparté de mí de la peor manera y no sabes lo estúpido que me siento en este momento—no sé si fue por la presión del momento o porque aún me sentía dolido con el tema de Clara, pero noté cómo me cayó una lágrima. Ella la secó con mucha delicadeza—por favor, perdóname por haberte tratado tan mal aquel día...

Noto que está pensativa. Espero que me perdone, no quiero perder una amistad de tantos años, y menos la suya. Me lo dijo, me advirtió que Clara no era tan buena como pensaba y no la creí. Me cegué tantísimo con ella, de verdad que me gustaba esa chica. Pensé que, después de tanto tiempo yendo de flor en flor, por fin iba a asentar la cabeza. Me equivoqué completamente.

—No lo sé Ad...—me sacó de mis pensamientos. Espera, me ha llamado Ad. ¡Bien! No puedo evitar sonreír.

—Me has llamado Ad—cuando la veo sonreír no puedo evitar agrandar mi sonrisa—por favor Chris...si en verdad...lo estás deseando—dije para quitarle hierro al asunto.

Fui a hacerle cosquillas pero se adelantó a mí y salió corriendo. Me conoce tan bien. Voy detrás suya y entro a su cuarto directamente, seguro que está aquí.

—Sé que estás aquí—canturreé mientras me acercaba a la cama a mirar. Veo sus botas y tiro de sus tobillos hacia mí—te pillé—dije sonando a psicópata de película. La giro y busco sus puntos débiles para empezar a hacerle cosquillas.

—JAJAJAJAJA Ad pa-para JAJAJAJAJAJAJAJA me va-as a a-ahogar—dice respirando con dificultad. Paré de hacerle cosquillas y la observé.

Tenía las mejillas sonrojadas y se le había levantado un poco la camiseta, dejando ver su abdomen. No puedo evitar fijarme en sus labios, el de abajo algo más relleno que el superior. Ojalá pudiera negar que es bonita pero, mentiría descaradamente, es una chica que no pasa desapercibida.

Abre sus ojos, estos son verdes esmeralda, que destacan con su piel pálida y su pelo rojizo. Me acerco un poco más, rozando nuestras narices; mientras, ella vacila un poco pero, al final, acaba colocando sus manos en mi nuca. La puerta principal se abre.

—¡Ya estoy en casa!—reconozco perfectamente la voz de su madre.

Me separo rápidamente de ella y nos arreglamos un poco. No puedo creer que haya estado a punto de besarla. No sé por qué, pero me siento más alegre, aunque me fastidia que nos hayan interrumpido.

¿Mi próximo objetivo? Conseguir besar a Pandora.

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Después de que su madre nos pillara, se sorprendió de verme allí, así que acabamos explicándole el problema que tuvimos y la reconciliación. Obviamente, no mencionamos lo que pasó en el cuarto de Chris. Es como una segunda madre, pero no podía decirle que casi intercambio saliva con su hija.

Voy en el coche camino a casa. Oigo de fondo la radio, en este momento suena Somewhere only we know de Keane, no puedo evitar pensar en ella. Mi teléfono sonó sacándome de mis pensamientos. Alex.

—Dime nenaza—oigo que resopla al otro lado del teléfono.

—¿Cuántas veces te he dicho que no me llames así, bollicao?—debo haber oído mal, nadie me llama así desde que era pequeño y se metían conmigo por estar rellenito—te has quedado sin palabras eh.

—Deja de hacerme bullying y ve al grano Al—espero a que el semáforo se ponga en verde y acelero, girando la calle que va hacia mi casa.

—Tres palabras: esta noche fiesta. No acepto un no por respuesta—siempre tan cabezón como solo él sabe.

—No sé Al, no tengo muchas ganas—aparco el coche y lo apago.

—Va a ser por el cumpleaños de Chris—suspiro.

—¿Dónde y a qué hora?

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Espero que acertéis alguna canción, una pista: ⚠ ¡Las letras están traducidas del inglés al español! ⚠

Canción: Besos en guerra-Morat ft. Juanes.