«¿Cómo te sentirías
si te dijese que te quiero?
Es solo algo que quería hacer.
Me tomaré mi tiempo,
gastaré mi vida
enamorándome más profundamente de ti.
Así que dime que tú también me quieres.»🌹
A veces las cosas no son sencillas de explicar.Tal vez piensas que el principio es la mejor opción para cualquier historia pero, si no sabemos el origen de ésta, ¿cómo comenzar a narrarla con palabras?
Soy Christina Denver, pero algunos me llaman Pandora.
Aún no sé cómo comenzó todo, pero si sé cómo comenzó esa parte de mi vida, así que allá voy.
🌹
—¡¿Quién dijo...FIESTA?!—entra gritando a mi habitación mi amiga Sarah.
—Sarah...
—Mmmm ¿si...?
—¿Sabes que te voy a matar, verdad?—le digo lentamente levantando la cabeza de la almohada.
En ese momento sale corriendo escaleras abajo al darse cuenta de lo que estoy a punto de hacer. Como es de esperar, me levanto deprisa de la cama y voy detrás de ella.
—¡SARAH ELISABETH PARKER WOOD! ¡¿CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE NO ME DESPIERTES ASÍ?!
—¡CHRISTINA DENVER JONES! ¡FELICIDAADEEEES!—da media vuelta y se tira encima mía abrazándome, haciendo que nos caigamos al suelo.
—Sar...—digo en un susurro ahogado—me...asfixias...
—¿Qué han sido todos esos gritos?—sale mi madre de la cocina, con su pelo rubio recogido en un moño y una expresión divertida al vernos.
—¡Es su cumpleaños!—me suelta Sar emocionada. Yo mientras me levanto del suelo y me doy cuenta del olor tan delicioso que sale de la cocina.
—Oh no, ni se te ocurra entrar ahí Chris—me detiene mi madre—es una sorpresa, así que quiero que te arregles y te sientes a la mesa a esperar.
Hago caso a mi madre y subo escaleras arriba con Sar detrás mía. Me pongo unos vaqueros negros rotos, una camiseta burdeos con un cruce a la espalda y unos botines negros, regalo de Sar por mi decimoséptimo cumpleaños. Dejo mi largo pelo suelto y me lo peino un poco, poniendo algo de orden a mis pequeñas ondulaciones.
—¿Piensas quedarte ahí parada mirando mientras me maquillo?
—Eh...¿que decías?—como siempre anda en las nubes.
—Nada nada, anda vamos a comer que me muero de hambre—digo mientras me empieza a rugir el estómago. Bajamos las escaleras y entramos al comedor, cuando me doy cuenta de que he entrado yo sola. Supongo que Sar habrá ido a la cocina o al baño, así que me siento tranquilamente y me pongo a juguetear con los dedos mientras espero.
—Cuumpleaaños feeliiz...—entran cantando, mi madre lleva una tarta en las manos. Encima de esta hay dos pequeñas velas con los números 1 y 8 encendidas—cuumpleaaños feeliiz...te deseeamoos toodoos...cuumpleaañoos feeliiiz—terminan de cantar. Me dispongo a pedir un deseo cuando, de repente, explotan las bombillas y se abre la ventana de golpe, haciendo que un viento helado apague las velas y un escalofrío recorra mi cuerpo.
Sar grita asustada y me levanto de la silla, indicándoles que se escondan debajo de la mesa.—No pienso dejarte sola, ¿y si es un ladrón?—susurra mi madre cogiéndome del brazo sin hacer fuerza—ven, escondete con nosotras y ahora vemos qué hacemos—niego con la cabeza ante la petición de mi madre y la ayudo a esconderse.
Voy dispuesta a coger un paraguas de la entrada cuando veo una sombra cruzar al salón, inmediatamente cojo uno lo más rápido posible e intento ir sin hacer ruido. Sin embargo, al entrar en la sala, veo que no hay nadie. Inspecciono toda la planta baja en busca de algún rastro, al no encontrar nada subo a la planta de arriba y entro a mi habitación.
Encima de mi almohada encuentro un sobre de aspecto viejo y lo que parece ser un sello rojizo de lacre como cierre. Al cogerlo puedo notar cómo pesa, al parecer hay algo dentro, ya que se puede apreciar al tacto.
Después de guardarlo en mi bolsillo, sigo mirando en cada una de las habitaciones, pero no encuentro nada más. Así que decido bajar y avisar a mi madre y a Sar de que pueden salir.—Al parecer ya os habéis adelantado a mí.
—¡Chris! Qué susto me he llevado, pensé que no llegaríamos a celebrar tu cumpleaños esta noche, con lo que me apetece una buena fiesta—mamá se larga a reír ante la ocurrencia de mi mejor amiga y yo lo único que hago es seguirla—¿qué he dicho tan gracioso?
—Nada, venga, vámonos que sino no llegamos al instituto—grito esto último ya que corro escaleras arriba y escondo el sobre debajo del colchón. Cojo la mochila y bajo—mamá si necesitas cualquier cosa me avisas, ¿vale?—nos abraza y con eso doy por sentado que es un sí.
Andamos hasta el coche de Sar, ya que esta semana le toca a ella conducir hasta el instituto.
Al llegar, me doy cuenta de que el viaje ha sido muy silencioso, supongo que será por lo que ha ocurrido, así que no digo nada y me bajo del coche. Vamos andando mientras alguna gente me felicita y halaga por el camino.—¡Hey chicas!—Alex llega corriendo y le devolvemos el saludo. Alexander es nuestro mejor amigo y jugador del equipo de fútbol—¡Felicidades a la más torpe de todas las galaxias! Por cierto ¿qué clase os toca ahora? A mí historia, por favor diosito ayúdame—dice todo esto seguido, sin tomar ni una pizca de aire entre palabra y palabra. A veces pienso que se va a ahogar.
—Muchas gracias mejor amigo más pesado de todos los tiempos. Contestando a tu pregunta, tengo griego—le saco la lengua haciéndole burla, ya que sé que le gusta muchísimo esa clase—¿y tú Sar?—giro a mirarla, pero como siempre está en su mundo—planeta Tierra llamando a Sar, la necesitan en Christinopolis—chasqueo los dedos frente a su cara.
—Eh...si, me voy contigo Al—dice sin apartar la mirada de lo que sea que estuviera mirando. Veo que pone expresión de sorpresa, así que me giro a ver qué es lo que mira con tanto asombro.
Y no me puedo creer lo que está ocurriendo.____________________________________
Nota de autora:
Espero que os guste, es la primera vez que escribo una novela. La verdad es que siempre he tenido miedo de subir algo así, así que espero que votéis y que si tenéis cualquier duda o si veis algún fallo solo ponedlo en los comentarios, hasta el próximo capítulo❤
Cris✨
Canción: She looks so perfect-5sos.
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Pandora ©
Teen FictionEmpiezo a sentir la ansiedad en mi cuerpo, las manos me tiemblan mientras que un sudor frío resbala por mi piel. -Pandora...-susurra esa voz lentamente. En ese momento la reconozco, y aún no cabe en mi mente que detrás de aquello estuviese, precisam...