Después de pensarlo toda la noche hasta quedarme dormida, me decidí por tomar ese avión, y el destino será Canadá.
Muero de ganas por decirle a mi mamá.Me levanto, tomo una ducha, me arreglo y bajo las escaleras buscando a mi mamá.
--¡Mamaaaá!
¡Mamaaaá!
¡Má!...--shhh. -me interrumpe mi madre.
--¿Qué sucede? -Le digo casi susurrando.
--Tu padre esta descansando, tuvo fiebre toda la noche. Al fin se quedó dormido, ¿Para qué me buscabas? -dice susurrando
--amm, ya me decidí por tomar el avión pero... creo que mejor no. Tú y papá me necesitan.
--No cariño, papá y yo estamos bien. Simplemente esta tardando un poco para recuperarse... Tú ve a la escuela, no te podré acompañar. Pero has lo que te dijeron y en el almuerzo nos cuentas como te fué.
--okey, te amo, los amo a los dos.
(...)
Camino al instituto marco al número que me dejaron.-Universidad del Bajío.
-Hola, soy Marcela, quisiera hablar con la señorita Pugman.
- En un momento la conecto.
Suena su tonta música de espera, no puedo evitar soltar una risita.
-¿Señorita Hotson?
-Hola.
-Al llamar asumo que su decisión es afirmativa, no tengo mucho tiempo voy de salida, pero le atenderá mi secretaria. Venga al instituto y mucha suerte Hotson.
*Cuelga.Vaya, cómo hablar con un robot.
Bajó del autobús y entro a la escuela, busco la oficina de la directora y tomo asiento en el escritorio de su secretaria. Esta vacío, espero que no tarde mucho.
-Oh, ¿señorita Hotson?
-La misma.
-bueno, amm la señorita Pugman me ha dejado una lista de los destinatarios, usted ya los sabe ya que son los de la carta que tengo entendido le mandaron. Sólo responda el papeleo y firme su autorización, ya tenemos la de su madre asi que acabando eso. Le llegará por correo un boleto de avión y un folleto de los planes de estudio de la escuela de su elección. *Dice apurada.-Claro.
Me dispongo a contestarlo, la primera orden.
1.- Coloque el número de destino que a elegidoSegún recuerdo Canadá era el número 3 asi que es lo que escribo y continúo contestando.
-3.
(...)Dejo todos los papeles en el escritorio de la señorita, estaba tan concentrada que no me di cuenta que se fué.
Decidó esperarla pero ya han transcurrido diez minutos y no llega...*RING* suena mi télefono.
(Número desconocido)
-¿Hola?Se escuchan solamente sollozos
-Hija. Tú papá...*sollozo
está en el hospital. Hija, ven pronto.
*CuelgaLlegando al hospital me encuentro con mi mamá en la sala de espera, dice que en un momento nos dejarán entrar a ver a papá pero sólo puede pasar una asi que este momento nos servirá para decidir quien lo hace.
-Vé tú. *Dice mamá
-Pero es tu esposo, tal vez sea la última charla que tendrás con él.*Me abraza y me dice
-Yo espero alcanzarlo con la vejez, pero tú eres su hija, estoy segurísima que en su despedida quiere verte ati.
Y... todavía no sabe del intercambio.*me da un beso en la mejilla y le dice al doctor que yo entraré.
Me dan ropa especial y camino por los pasillos del hospital hasta llegar a la habitación de mi padre. Debo decir que odio los hospitales, porqué hay mucha gente sufriendo, son lugares que vuelven a la gente más sencible y les devuelve creencias. Todo con tal de salvar a quien aman.
Abro la puerta y veo a papá acostado, con los ojitos cerrados, conectado a una máquina de oxígeno. Al escucharme entrar a movido levemente sus dedos.
-hija... ¿Eres tú?
Dice tan lentamente que en realidad no quiero hacerlo hablar demasiado.
-Si papá, soy Marcela.
Me acerco un poco y le planto un beso en la frente, me siento al lado de su camilla, le tomo la mano y le digo todo lo que tengo que decir.
Justo cuando término de darle gracias, decirle cuanto lo amo. Le comienzo a contar sobre el intercambio.
Y a mitad de este me interrumpe.-Hija... No te detengas por mi, no quiero ser una carga ni en vida ni en mi muerte. Lo que más feliz me haría es ver que mi pequeña Mara cumple sus sueños y *comienza a tocer* te amo pequeñita *sigue tociendo* ati y a tu madre.
Me acerco y me da un beso en la frente.
En cuestión de segundos entran los doctores y me piden que me retire.Sólo me quedo pensando que hacía años que no me llama Mara, creo que desde los 8 años. Él me puso asi por una canción que me cantaba todas las noches antes de dormir.
"La pequeña Mara, bella esa dama. Congela a quien mira, con sus ojos dorados, se vuelve un tesoro, yo siempre la añoro. Mi pequeña Mara, sueña y vuela alto, ya en las alturas, no te quemes con el sol.
Mi pequeña Mara, cuida tu corazón."Era el único que me llamaba así, esa canción fué escrita sólo para mi, cómo regalo de cuatro años. Papá no tenía trabajo, y vivíamos muy pobres. En ese momento no entendí porque no recibí mi muñeca favorita, pero ahora entiendo que esa canción tuvo un impacto tan grande dentro de mí que se volvió mi canción de cuna. Después de un mal día eso era todo lo que necesitaba para dormir feliz. Y después de un gran día era todo lo que quería para seguir feliz.
Salgo y veo a mi mamá, corro y la abrazo. No puedo evitar llorar junto a ella pero decido que la fuerte seré yo para ella, y retiro sus lágrimas.
Digo que la amo, pero no tengo nadamás que hacer en el hospital. No veré a mi papá morir si ya nos dijimos todo. Me dice que volverá en la noche asi que me despido y me largo a casa, necesito hacer maletas y una cena, no puedo dejar que mi mamá pase por esto sola.(...)
Término todo y me echo en el sofá a esperar a mi mamá.
Cuando menos me doy cuenta comienzo a soñar...
Entre el sueño escucho susurros y una sombra grande acercándose ami.
Mara *susurra la voz
Mara, te veo ahi. Ya voy llegando y se aleja la sombra.
Apróximadamente pasan 2 horas y escucho que tocan la puerta de la casa, me despierto de golpe y me asomo para ver de quien se trata. ¡Es mamá!Me abraza fuerte en cuanto abro la puerta. Y dice que todo ya paso, y la misa de papá será mañana en la noche.
Cenamos, pedimos por el alma de papá y dormimos juntas. Me ha pedido que lo haga, está noche nadie quiere estar solo. Y las luces se apagan a las dos de la mañana ya que teníamos insomnio, hoy se perdió un padre y un esposo, no sé si el viaje será lo correcto, mañana llega mi boleto y pfff. Tantas cosas en que pensar y tan cortas las noches...
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Nuestro hilito rojo.
RandomAmor, desamor, aventuras y sobretodo valentia encaran esta historia. que robará el corazón tanto del que lo lee como del que la cuenta. Mara Mousli, conocida por ser una mujer reservada pero aventurera se ha estancado en la famosa rutina, la cual le...