Capítulo cuatro: Valentina.

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-Hola niña...¿quisieras acompañarme a cenar?

-No sé que tan bueno es ir a casa de una extraña. *le digo, aunque intento no sonar tan descortes.

-Mejor que pasar la noche en un aeropuerto.

...

Me subo a su auto y nos quedamos varíos minutos pláticando hasta que llegamos a su casa. Una fachada muy linda, es grande de unos 3 pisos. Es verde esmeralda, con ventanas blancas y un jardín muy bien cuidado. Todo rejado por supuesto.

Entramos y aún todo es más lindo por dentro, cenamos y nos quedamos pláticando otra hora. Sobre el pasado, el presente y el futuro. Los sueños, las derrotas, reímos, hasta incluso lloramos. Pero había algo de lo que aún no hablabamos.

-y... ¿Cómo te llamas?

-Valentina, Valentina Rocha.

-Yo soy Marcela, puedes decirme Mara.

Nos dieron pronto las 11 de la noche y me ofreció hospedaje asi que obvio le acepté.
Estaba acomodando el sofá cuando me dice que si no me siento incómoda por ella no hay problema que duerma en su cuarto.

Pero... decido rechazar su oferta, me cayó súper bien pero no quiero abusar de su hospitalidad.

Muero de sueño... y al fin... *bostezo
Al fin estoy quedando dormida...

-Mara *susurro con voz irreconocible
-Mara... *susurro, parece voz de hombre.
Se que tuviste un mal día pero vendrán cosas mejores. Aún tienes tanto por aprender pequeña...
*suena un tono ángelical

La pequeña Mara, bella esa dama. Congela a quien mira, con sus ojos dorados, se vuelve un tesoro, yo siempre la añoro. Mi pequeña Mara, sueña y vuela alto, ya en las alturas, no te quemes con el sol.
Mi pequeña Mara, cuida tu corazón...

Siento que esto es más que un sueño, asi que entreabro los ojos y logro divisar una sombra, esta vez es más que eso. Tal vez una silueta... estiro mi brazo y alcanzo a tomar lo que parece una mano. Y esta se desvanece.

-¡OH!

Me paro de golpe, al parecer sólo fué un sueño. Pero desperté muy agitada y parece que desperté a Valentina.

-¿Estás bien María?

-¿María? *digo confundida pero también divertida.

-Mara, perdón. *suelta una risa traviesa y se calma.

-tuve un sueño raro, creo que soñé a mi papá. Me cantó como solía hacerlo de niña. De alguna forma sigue conmigo. Pero tuve un sueño similar hace una semana y la sombra me decía algo de que me estaba esperando, cómo si tuviera que ir a algún lugar.
Creéras que estoy loca pero ahora que está muerto es cuando lo siento más real.

Valentina sólo me mira preocupada pero se nota que quiere entenderme. Me abraza y me dice que todo esta bien. Que tengo una misión muy grande y mi padre me está preparando para ella.
Le ayudo a limpiar su casa e inician las pláticas.

-y... ¿qué destino tenía tu boleto?

-Canadá.

-tal vez tu padre quiere que vayas para allá.

-No lo creo, papá nunca me hablaba de ese país. Lo escogí por mi cuenta.
Todo lo que recuerdo de sus lugares favoritos es una pequeña fonda que estaba cerca de la casa y una discoteca local que más bien era la casa de reunión de sus amigos.
*reímos juntas.

RECUERDO DE MARA.

Al acabar la obra me quedé con papá, me llevó a una tienda de helados y compramos nuestro favorito.
Yo de menta con chispas de chocolate y el de chocolate amargo con bailey's.

Salimos de la tienda y nos sentamos en la orilla de la banqueta.

-Papi, ¿Mami se avergonzó de mi?

Me miró con ternura pero en ese momento se quedó cállado. Y me cambió de tema.

-Mara, cuando la gente no es feliz consigo misma no puede ser feliz con nadie más. Aunque seas dueño del palacio más grande y bello, sentirás que vives en una choza.

-¿las chozas son muy feas? Le pregunté.

*sonríe y me pone el brazo encima como abrazando.
-No mi amor, cualquier lugar es el lugar perfecto para ser un hogar si estas con las personas que amas.

Me quedo cállada y me dice:

-Por cierto te veías bellísima con tu disfraz de abejita.

Seguimos pláticando y me cuenta sobre su lista de deseos.

-si, amo mi vida. Tengo una linda hija, una linda casa, una bella esposa. Pero te contaré un secreto Mara. Mi lista de deseos aún no tiene palomitas marcadas, espero algún día cumplirlo todo.

Lo miro con curiosidad y al darse cuenta me dice.
Número 1.- Quiero conocer a Rihanna
Número 2.- Quiero ver crecer a los hijos de mi hija.
Número 3.-

Se me queda viendo recordando que sólo tengo 6 años.

-Sabes Mara, no tienes porque saber la número 3.

*Y ríe pillamente.

Número 4.- viajar a Estambul

Y... Número 5.- Comer un rico pastel con helado.

FIN DEL RECUERDO DE MARA.

-¡VALENTINA! ya sé qué es lo que tengo que hacer.

-¿qué cosa?

-Tengo que ir a Estambul. Acabo de recordar que papá quería ir ahí. Si el de mi sueño es él seguro mi misión está allá.
*digo sorprendida

Me mira de forma seria y me toma de la mano, llevandome a una bodega.
Observo que esta sacando un frasco que trae etiqueta "ahorros"
¿Ahorros?

-Toma Mara.

-¿Qué? ¿porqué me das esto? Son tus ahorros Valentina. No puedo recibirlos.

-Mara, hay algo que no te conté...

Quedo en shok pero la abrazo y le doy las gracias. También le digo que jámas la olvidaré.

-Ni yo ati Mara.

Me da su dinero, me da algo de ropa y me lleva al aeropuerto, entrando a su turno me compra un boleto a Estambul.

-Sales en 15 minutos Mara.

-Gracias por todo Val.

-No agradezcas, sólo te pido un favor.

-dime

-No olvides a tu padre, cuida a tu madre. Sigue tus sueños, y cuida tu corazón.

"Pasajeros del vuelo 105 con destino a Estambul, el vuelo sale en cinco minutos.
Les agradecemos por volar en aerolineas la nube. Disfrute y tenga un buen viaje."

Me despido por última vez y tomo el avión...

Nuestro hilito rojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora