Eden.

8- Justo lo que necesita.

Llegando al salón la maestra me da una reprimenda por mi retraso en su clase y sin embargo no puedo evitar que mi atención se desvíe a los ojos color café caramelo de Alexandra, »¿qué demonios hay malo en mí?« «Ella te gusta bobo, es obvió» »¿Qué acaso para lo único que sirve la conciencia es para hablar tonterías?, eres tan inservible como los pezones en un hombre«, después de casi 10 minutos de un regaño por parte de la maestra de Aritmética por fin puedo ir a tomar asiento.

-¡Chst! -Un chico con la tez morena y cabello negro llama mi atención- Te lo manda Alexandra -Se estira y me entrega un pequeño papel de libreta-

«¿En serio?, ¡hola, estamos en el siglo XXI!, por algo esta el celular y los textos, daaaah» »Probablemente se quedó sin datos« «Y ahí vas de nuevo Eden a excusarla como siempre»

~Hola extraño, parece ser que a la bruja de aritmética no le gustas, no a todos les gusta el chico rudo, jaja~

~No entiendo porque, si soy un encanto. ):~

-Hey, ¿podrías pasarlo?.

-Claro. -Se estira de nuevo y toma el pequeño papel-

Cuando el papel por fin le llega puedo ver incluso sin tener una vista de su rostro como sonríe por la forma en que ha dejado de escribir y como parece encogerse un poco.

~Se nota a kilómetros tu sarcasmo, extraño, jajaja~

~Nadie dijo que trataba de ocultarlo. ;)~

~Supongo que no... Al chico rudo muy poco le importa, lo apuesto~

»¿Qué me importa? Wow... Jamás me había parado a pensar en ello, digo... Supongo que de alguna manera lo sabes, pero no eres tan consciente de ello muchas veces o simplemente no le das la importancia que debería« «Wow, que filosófico bro, ahora si estas fumado» »¡Ohh, cierra el maldito pico«

~Bueno... No lo sabes, simplemente lo supones... Por cierto, dijiste hace un rato que no a todos les gustaba, ¿tratas de decir qué yo te gusto?~ »Jaja, veremos quién se incómoda más esta vez«

Cuando llega el papel a Alexandra, puedo notar aún solo viendo parte de su nuca y su cuello, como lentamente el color rojo sube por su cuello. »¡Ajá, te atrape con la guardia baja!«

Cuando miro como se excusa con la profesora y pide salir al baño me doy cuenta que tal vez si le gusto y que no debí ser tan directo, aunque bueno solo es una suposición...

La clase transcurre normal después de su salida, lleva más de 15 minutos en el baño »No, no los conté, solo es una aproximación« y estoy pensando cada vez más que tal vez no le gusto en absoluto y en verdad se sentía mal.

Cuando vuelve no hay rastro del color rojo en su cuello u mejillas, solamente pequeñas gotas de agua en su rostro, lo notó por el destello que estas producen cuando los rayos de sol impactan su rostro.

Se acerca al bote de la basura y tira el papel, no sé porque me siento un poco decepcionado, no es para tanto, no le gusto, ya está, superalo.

Cuando por fin es la hora de almorzar me acerco a ella con propósito de preguntarle como se encuentra.

-Hey, Alexandra, ¿estás bien?

-Uhm... Yo... Si, si, estoy bien, ¿y tú qué tal? -Dice ella mientras juega con su cabello con sus manos-

«Balbuceos, desvío del tema hacia ti, nerviosismo, ella gusta de ti» »No es verdad, estás loco« «Si algo sé es de comportamiento y te aseguro que le gustas» »Claro, lo que digas«

-También bien, gracias.

-Ehm... Sí, de nada, uhhh... me tengo que ir a almorzar, nos vemos en un rato. -Dice mirando a alguna parte detrás de mí-

»¿Okay?« -Vale... Nos vemos-

«Tal vez... No le gustes» »Dime algo que no sepa genio«

Desayune bastante bien antes de salir de casa así que no tengo tanta hambre, creo que aprovecharé para ver al entrenador.

Después de una caminata de 5 minutos alrededor de la cancha llego por fin a la oficina del entrenador.

Toco la puerta y sale de ahí el idiota de Scott.

-¿Qué haces aquí? Oh... No me digas, ¿crees qué eres lo suficientemente bueno para formar parte del equipo? Pues te equivocas. -Dice con superioridad-

-Realmente tienes que dejar de joderme o no seré responsable de tus heridas.

-Claro como si tu fue... -Entonces sale un señor de aproximadamente unos cuarenta y tantos años, vestido en pantalones de deporte, tenis y una fea sudadera de los Patriots-

-¿Qué decías Scott? Creí haberte dado una suspensión hace un momento, temporalmente no formas parte de este equipo.

El imbécil de Scott se queda estupefacto ante las palabras del entrenador y abre la boca como queriendo decir algo, sin embargo las palabras no parecen fluir de sus labios.

-Pero entrenador, creí que lo decía de brom... -Dice este a su vez poniendo cara de perrito regañado- «¡Ja, imbécil!» »Si, así es, ¡ja, imbécil!«

-Nada de bromas Scott, ahora largo, fuera de mi vista. -Dice este claramente irritado por el capitán de su equipo-

-Justo a ti quería verte Eden, eres justo lo que este equipo necesita. -Dice con una amplia sonrisa en su rostro-

Scott solamente voltea a verme claramente encabronado, «En tu cara imbécil presumido» »Por primera vez estoy deacuerdo contigo«