Eden.

4° Día uno.

El tráfico en esta ciudad es una mierda, apesta pasar hasta 15 minutos atorado en una intersección, y si, sé que antes dije que tener un auto en esta ciudad era una bendición, pero vaya, en las mañanas hay tráfico en todos lados, suerte que salí temprano de casa o probablemente llegaría tarde a mi primera clase en mi primer día, si, sé que dije que normalmente no me importa, pero esta vez trato de ser diferente, después de varias intersecciones más y varios minutos de mi vida malgastados, llego por fin a la escuela.

Me sorprende el como sin importar a donde vaya los chicos siempre actúan de la misma manera y se juntan en los mismos grupos.
Están los nerds, los emos, los que practican algún deporte, las chicas que se creen superiores a las demás... En fin, los típicos imbéciles que habitan por todos lados.

«Aunque tal vez deberías cerrar el puto hocico Eden, tu eras uno de esos tan solo hace un par de meses»

Sinceramente no me sorprende que al entrar en el aparcamiento todos miren mi auto, en parte porque supongo nunca lo habían visto antes aquí y después porque es un clásico, un Mustang BOSS, una reliquia, cualquiera que sepa de autos sabrá de que hablo, mi abuelo se lo dejó a mi padre y el a mí, es como un tesoro de familia diría yo.
En parte amo y odio esta auto, saber que era de mi padre hace que quiera estrellarlo a 200km/h, pero por el hecho de ser de mi abuelo le da un valor sentimental para mí.
Pero basta de hablar del auto.

Cuando bajo del vehículo, un mercedes benz negro se detiene justo detrás de mí y un chico de camisa tipo polo y chaleco baja de el y me mira con una sonrisa de superioridad en su rostro, oh... No, no, no, veo a donde va esto...

-¿Se puede saber quién eres tú y que haces estacionado en mi lugar?

-¿Tú lugar?... ¿Dónde dice tu nombre, imbécil?

-Pues es mío, todo el mundo en esta escuela sabe mi nombre, todos saben que mi nombre es Efrain Scott y a quien le pertenece ese lugar es a mí, el lugar donde aparcaste tu porquería.

-«No, no lo dijiste» ¿Porquería? Claro niño bonito, no tienes ni idea de lo raro es un Mustang BOSS, en sus condiciones y en estos tiempos, ¿pero como lo sabrías? Eres solo un chico de papá que toma cafés en Starbucks y compra cosas caras.

-¡Uy, parece que tenemos un sabelotodo aquí!, da igual, mueve esa basura de mi lugar.

«Lo prometiste Eden, lo hiciste, hazlo por ella y por ti»

-Haz lo que te venga en gana niñato, no lo moveré y apartate de mi camino, tengo clases a las que ir.

Justo cuando me doy la vuelta para tomar mi mochila y el teléfono del asiento del pasajero del auto siento una mano en mi hombro.

«No, no lo hiciste niñato»

En el instante que siento su mano hacer presión en mi hombro me doy la vuelta y le tomó la muñeca y la doblo detrás de su espalda, espero y no romperla, a veces no mido mi fuerza sin embargo no puedo evitar que una sonrisa de satisfacción se asome de mi rostro cuando lo oigo chillar de dolor.

-¡Sueltame, no tienes ni las más mínima idea de con quien te metes!

-Mirame, ¿tengo cara de que me importe?

-¡Te arrepentirás imbécil!

Cuando levanto la vista, veo un pequeño grupo de adolescentes aglomerados a nuestro alrededor y que me miran expectantes, «oh, oh, ¿sabes lo qué "no llamar la atención" significa Eden?, vale será mejor que lo suelte antes de que llame la atención de algún profesor»

-No quiero problemas niño bonito, no los busques conmigo, mantente alejado de mí y conservarás todos tus dientes.

Lo suelto, tomo mis cosas del auto, lo cierro con llave y camino en dirección a el edificio que pone "oficina escolar" al fin y al cabo aún tengo que tomar mi tira de materias y mis horarios, todo apunta que esto no será fácil.