TRAPNEST »KaiHun

人

La espalda de SeHun se muestra expuesta, desnuda y con un dragón tatuado que baja por su columna vertebral. JongIn no puede tener mejor imagen que esa y la sinceridad ante todo, lo único que desea hacer es besar todo cuanto pueda.

Aunque ambos se encuentran desnudos, eso no es razón para avergonzarse, se prefieren y disfrutan más sin una prenda que obstaculice sus encuentros. El hombre moreno se cierne hasta la espalda ajena, recorriendo a besos entre vértebras como un juego. SeHun se retuerce un poco por lo que eso provoca y sin embargo, no se mueve ni un centímetro porque los labios de JongIn son como nubes tocando su piel.

JongIn llega hasta la mitad y luego, se acomoda tomando las caderas de SeHun entre sus dedos, atrayéndolo hasta que la pelvis se despegue del colchón. Ahora con SeHun posicionado de manera correcta, el agente se aprovecha de su lindo trasero levantado para ingresar su dedo pulgar en el ano. Un suspiro suave y el pecho de SeHun se pega otra vez a las sábanas desordenadas, al igual que su cabello que no deja de tomar fuerte entre sus dedos. Es una sensación extraña, pero suave y sumamente electrizante, como si los dedos de JongIn supieran los lugares exactos para tocar.

El pulgar entra tan sólo un poquito y el cantante se empuja hacia atrás buscando algo más, pero JongIn no se adelanta, él lo que desea es otra cosa.

—SeHunnie.

—¿Qué sucede?

—¿Te gusta? —un murmuro lo aprueba, pero JongIn no evita agacharse hasta poder lamer los genitales del tatuado—. Yo quiero esto.

—¿Cómo?

—Puedes... tú sabes.

El dedo intruso sale y SeHun recupera algo de color en su rostro. Del tiempo estando juntos de esa forma, eran contadas las ocasiones en que JongIn pedía algo así. SeHun debía reconocer que le gustaba estar lleno por JongIn, pero también, no despreciaba la idea de tocar el cielo que desataba el delicioso agente cuando estaba sometido.

Y sin ser nadie para negarse, SeHun se coloca boca arriba, su espalda contra el colchón mientras sus manos se extienden para llamar a su lado a JongIn. El otro casi salta como un niño pegándose una vez que se recuesta sobre el pecho tatuado del ajeno. SeHun sonríe de medio lado y aprovecha con sus dedos a tocar los esponjosos labios del moreno, y luego en algo tan inocente, le besa la frente apoderándose del escandaloso corazón del agente.

De momento, el mundo aun sigue siendo irrelevante, pero destaca ahora el hecho de que sus dos corazones se toquen solamente empujando la piel de sus pechos. SeHun teme que JongIn se entere de lo peligroso que es el amor, y JongIn teme a que SeHun no acepte lo que sin querer, él empezó a sentir.

Sus bocas se recuerdan que no son más que amigos, y sus lenguas probando todo, les dicen en voces altas que ese no es un beso pasional. Que las manos en la nuca llevan detrás un significado poético, y los gemidos que se escapan, son palabras de amor al aire con miedo de ser directas. JongIn se sienta sobre el abdomen marcado del cantante, mirándolo desde arriba antes de decir cualquier cosa que resulte extraña. Pero SeHun no le deja cuando por instinto sisea su cabeza par decir "no", el moreno comprende, entonces vuelve a recostarse en su pecho para posteriormente dejar besos en el mentón del cantante.

Con una mejor posición, SeHun baja su mano hasta tenerla a la altura de su miembro, y le direcciona hasta el ano de JongIn que parece estar preparado para recibirlo. Tan sólo unos centímetros dentro y al moreno le duele, arde incluso, pero la comodidad de los besos de SeHun lo resuelven todo, y cuando se piensa que el otro entraría sin permiso, la sorpresa le llega a entender que su amigo está cantándole para hacerlo sentir mejor.

La voz de SeHun es bonita, ronca pero melodiosa y JongIn no se atreve a interrumpirlo cuando lo que canta no es rock, sino un soul  que hace exactamente un tributo a su género, tocando su alma en un acto tan hermoso como aquel. JongIn se permite inundar en sus letras, así como se deja llevar en el primer vaivén que SeHun crea al moverse.