TOO SHY for a guy (jjk)

Gran comienzo

El gran esfuerzo al que me encontraba expuesta era mayor que yo.

Un nuevo grupo iba a debutar, y yo siendo una de las integrantes me encontraba en una dieta demasiado dura como para aguantar menos de una semana, bueno, pues yo y el resto de las integrantes llevamos haciendola desde hace medio mes, es decir, dos semanas casi con ganas de comernos las uñas, pues lo unico que "comiamos" era una fruta y un vaso con agua al día.

Me encontraba en mi habitación compartida con una de mis unnies, yo siendo la menor de todas no es que hubiese tenido tanta buena suerte como para poder elegir un cuarto solo para mí.

-Hamu- me llamaron a mis espaldas-ya es hora de prepararse, oppa va a venir a recogernos dentro de media hora.

Mi nombre es Haneul, pero debido a que soy la menor y la que mas cachetes tiene, fusionaron mi nombre con Hámster, aparte de que al comer siempre me guardo la comida en mis mejillas para después masticarlo(aunque ya no tuviese tanto después de la dieta tan extrema en la que la empresa nos puso).

-Ya voy Unnie - me levanté con las fuerzas que mi mala alimentación me permitía.

La camioneta del grupo había venido a nuestro apartamento un poco apartado de la compañía, pues al ser un grupo sorpresa no teníamos permitido estar en una zona demasiado cercana a esta, por si alguna de las fans del actual grupo oficial de la empresa llegaba a darse cuenta, es por eso también que siempre íbamos a practicar a altas horas de la noche alterando nuestro sueño para pasar desapercibidas.

No estaba muy concentrada en el viaje pues en cuanto me senté en la parte trasera de este me quedé dormida, lo único que noté fue como una de mis unnies colocaba una manta sobre mi.

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Noté como alguien meneaba mi hombro levemente.

-Hamu despierta ya hemos llegado.-

Salí de la camioneta con los ojos más cerrados que abiertos, con la manta todavía sobre mis hombros, cogí mi bolsa donde guardaba ropa de repuesto y me adentré con las demás en la empresa.

Una leve luz era lo máximo que llegábamos a tener, la mayoría del staff se encontraba con nuestros sunbaenims, pues hoy tenían un concierto en el estadio de Seúl.

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Ya llevábamos cuatro horas de practica, apenas tenía fuerzas para mantener mis ojos abiertos, pero lo intimidada que me hacía sentir el hecho de que estuviésemos a pocos días de debutar hacía que la fuerza que había dejado mi cuerpo para mi jubilación saliese a flote.

-Hamu voy a pedir comida tailandesa, ¿quieres comer algo?-es una de las preguntas que menos me han estado gustando responder durante estos días "¿quieres comer algo?" o "¿tienes hambre?".

Dudé un poco, "por un día" pensé.

Pero después de recordar todo este tiempo que a pasado y el gran esfuerzo que conllevaba esto decidí negarme, lo sé, algo no muy inteligente por mi parte, pero la gente en general es muy cruel en cuanto al cuerpo se refiere y yo junto a mis unnies siendo futuras idols y teniendo que reflejar esa meta que toda persona normal quiere alcanzar, una vez más, me intimidaba.

Negué con la cabeza, apenas tenía fuerzas.

-No gracias.

Hyeyeon-unnie es la única de las cinco la cual a llegado a romper la dieta, ella siempre a sido de buen comer y dejarla así durante tanto tiempo es bastante duro para ella, después de todo desde que fuimos asignadas las cinco, siempre que le tocaba elegir el plan de salida o la planificación, mínimo teníamos que pasar por un lugar que hubiese comida y claro siendo ella la segunda más mayor no teníamos mucho que objetar (a parte de que Hyeyeon-unnie siempre elegía lugares riquísimos).

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Una vez más me había quedado dormida en la sala de ensayos, tenía el cuerpo demasiado débil,pero eso no fue lo que me despertó fue un olor a carne, delante de mi había unas brochetas de carne con frutas y vegetales (Neua wua babikew kap saparot).

Estaban colocados en una cajita de cartón delante de mí.

Me senté en mí lugar mirando las brochetas, habrá sido Hyeyeon-unnie. Sonreí con tristeza, para cuando me quise dar cuenta estaba comiendo las brochetas mientras lloraba, llevaba tanto tiempo sin comer en condiciones que hasta dolía.

Dolía el saber que satisfacer a los demás fuera tan duro.

Mi autoestima nunca a sido una de las mejores y simplemente tener que interpretar a alguien la cual está feliz durante tanto tiempo, es como pedirle a una caja de música que toque una melodía que no sabe.

Me encontraba sola en la sala de ensayos, no estoy segura de donde estén las demás, así que decidí ir a buscarlas.

La falta de sueño y mi cuerpo débil afectaban bastante a mi velocidad y mi visión, aunque gracias a las brochetas de Hyeyeon-unnie conseguí algo de fuerzas, fue como una muestra de lo que podré comer una vez hayamos debutado y nos quiten la dieta, ya ansiaba ese momento.

Mi vista cansada más la tenue luz que había en los pasillos no me ayudaba mucho en poder ver por donde caminaba.

Es entonces cuando el cliché de chocarme con alguien ocurre ,pero en mi caso la única persona que se cae soy yo y el único contacto visual que hago no es con un hombre apuesto sino con el suelo.

-¡Oh, lo siento no te había visto!- su tono de preocupación era tan agradable, que el dolor que sentía después del golpe pasó a segundo plano.-Déjame que te ayude.

Dos manos bastante agradables al tacto me ayudaron a ponerme de pie.

-Muchas gracias- hice una profunda reverencia, no estoy segura si era porque lo sentía mucho o para que no viese mi cara colorada de la vergüenza.

-No, no, no te disculpes yo también debería de a ver prestado atención y ver por donde iba.-rió nervioso.

Levanté mi cabeza, porque estaba segura de a ver escuchado esa voz en la televisión y en la radio más de lo que debería.

-Jimin-sunbaenim...