Estoy hablando con Elena, el alivio de poder hablar con algún conocido que entienda mi situación es inmenso.
-Me pregunto porque nos habran elegido a nostros. Porque justo nostros- la manera en que Elena pronuncio el nostros era escalofriante.
-No pienses en eso Lena, no nos hace ningún favor- dije negando con la cabeza, intentando hacerla cambiar de opinión. Ella suspiro y me abrazó con fuerza y en mi odio murmuro.
-No te vayas Lily, no me dejes sola eres lo único que me queda...- le devuelvo el abrazo con lagrimas en los ojos y realmente adolorida. Como siempre yo tenia que hacerme la fuerte mientras por dentro me voy destruyendo. Así que suspiro, la miro a los ojos y le digo esa frase, nuestra frase.
-Lagrimas de acero, sueños de cristal...- empece yo con tristeza.
-... corazones de papel, realidad de metal-respondió tristemente ella- lo se, lo se...- suspiro con preocupación. Esa frase era tan verdadera como la realidad misma, varias veces la hemos llegado a decir delante de los adultos, esperando que entendieran. Pero ellos solo escuchaban todo literal, y el mensaje de nuestra frase era mas profundo, mas personal.
Empezamos a hablar mas animadamente, aunque en todas las voces, todas las que se mezclaban en ese estrecho pasillo, se notaban lo tensas que estaban, la preocupación y el miedo que desprendía cada una de las falsas risas y los empujones que en realidad eran no mas que una pausa, una pausa en un juego que no tiene fin.
Un juego realmente macabro y, muy en el fondo, todos sabíamos que no todos saldríamos de aquí, por no decir que era probable que ninguno saliéramos vivos de aquí.
Entonces su escalofriante voz distorsionada resono por los pasillos. Todos nos quedamos mudos, asustados realmente asustados. Era tan tonta al creer que sabia lo que era el miedo, ahora mismo daria lo que fuera por volver a casa y volver a tener miedo de el monstruo de debajo de mi cama, de la araña del despacho de mi padre, de cuando mi madre se enfadaba. Ahora mismo daria lo que fuera por volver a esos dias, aunque solo fueran unos mintos para mi seria suficiente para decirles lo que nunca me atrevi a decir.
Y, allí, de pie en medio de un pasillo negro con ocho niños y niñas desconocidos, sentí el verdadero miedo. Ese que te carcome y te persigue en sueños y cuando estas despierto, un miedo atroz que hacia que cada partícula de mi cuerpo se estremeciera e hiciera pequeño ante una voz, una voz que tenia mas poder sobre mi que cualquier otra persona que haya llegado a conocer. Y por esa, y mas razones odiaba a Walter, la sensación que provocaba en mi. Las pesadillas, los dolores y, sobre todo, la incertidumbre de no saber que pasaba
-A partir de ahora quiero que cada vez que pregunte algo respondáis, Si, Walter o No, Walter según la situación, niño o niña que no haga lo dicho sera severamente castigado ¿Entendisteis?- hubo un silencio tenso el cual fue cortado por el grito enfierecido de Walter.-¡He preguntado si habéis entendido!
-¡Si, Walter!- gritamos cada uno, notándose que habíamos hablado a través del miedo y no de nuestros pensamientos. Me doy cuenta a cada cosa que hacemos y decimos. Nosotros somos sus juguetes, somos los juguetes de Walter. Me dio un escalofrió al imaginarme a Walter jugando con muñecos, unos muñecos que realmente eramos nosotros. Mené la cabeza intentando apartar esos horrorosos pensamientos.
-Así me gusta... Ahora... ¡A vuestra habitación! ¡La cena sera dentro de diez minutos!- dicho eso todas las puertas se abren de golpe y cada uno nos dirigimos a nuestra habitación.
Me meto en mi habitación la cual se cierra nada mas he dado dos pasos dentro de ella.
-Hola Lilian- me giro de golpe pudiendo observar como la pantalla del armario ha vuelto a ser encendida.- ¿te esta gustando el juego?- dice con una voz dulce y serena pero a la vez macabra y seria.
Frunzo el ceño con enfado.
-Eso podría decirse como un no- dijo Walter divertido- lo mas gracioso es que el verdadero juego aun no ha empezado- cuando dijo esas mis piernas empezaron a temblar, mi pulso se desboco y empece a respirar irregularmente, aun sabiendo eso de antelación seguía provocandome la misma sensación y dolor que cuando simplemente lo pensaba. Pues antes era un mero pensamiento y ahora era la realidad y eso era un realmente doloroso.
-¿Co-como?- pregunté como pude, me estaba alterando y apenas y podía sostenerme en pie.
Walter se rió divertido ante mi reacción.
-Tranquila Lilian, solo faltan unos días mas para saber cual es el verdadero juego- dice él, sabiendo que eso no me iba a tranquilizar, si no me iba a poner mas nerviosa.
Unos días, unos días, unos días...
Repetía en mi alterada mente. Me imagine a Elena muerta, a el chico peliazul, a la pequeña niña Lina, a Derek, a Luke y los demás... Me los imagine a todos muertos y con sangre o peor electrocutados.
La suave pero siniestra risa de Walter me hace volver a la realidad.
-Tranquila nadie morirá... Al menos no por ahora...- mil preguntas se me arremolinaron a la vez, pero Walter ya se había ido dejándome mas sola de lo que ya estaba, me tire en la cama con rapidez e intente quedarme dormida. Pero no habían pasado ni diez minutos que escuche el suave tintineo de los cubiertos pasando por la trampilla y arrastrándose por el suelo.
Abrí los ojos e intente acostumbrarme a la cegadora luz. Vi un plato en el suelo y casi me da un salto el corazón al ver que esta comida era buena. Era un rico trozo de ternera, o eso creo bueno lo importante es que era carne y un buen trozo de pan. Con agua y un zumo. Esto me olía mal pero, sinceramente, me daba igual estaba realmente hambrienta.
Me abalance sobre la comida con el corazón desbocado y la boca hecha agua. Me lo comí todo rápidamente, mi hambre fue saciada. Bebo el vaso de agua y luego tomo, sentada en mi cama, el zumo, era de piña. Eso me asusto, ese era mi sabor favorito. ¿Como lo sabía Walter? ¿Cuanto nos conocía?
Me estremecí de solo pensarlo.
-¡Diez minutos para dejar todo en la puerta!- grito Walter a través de los altavoces, me levanté con rapidez y dejé las cosas bien ordenadas en la puerta, justo en el lugar que debía. Me volví a sentar con rapidez en la cama. Las luces se apagaron y luego se volvieron a encender.
Las cosas habían desaparecido, me estremecí al imaginarme dos manos saliendo de la trampilla cogiendo la vajilla y volviendo a desaparecer como si nada.
Intente que mi respiración volviera a la realidad. Cerré los ojos deseando dormirme y, si era posible, no volver a despertar.
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Votad y comentad Queridos
N.Steal
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Los juguetes de Walter
Mystery / ThrillerATENCIÓN Esta historia es mía por favor no copies, sed originales ------------------- Diez piezas de un juego. Diez niños destinados a recoger esas piezas. Diez niños obligados a convivir juntos. Diez niños las cuales serán secuestrados. Diez niños...