Los juguetes de Walter

P R O L O G O

Una pequeña niña de once años pasea por las calles en compañía de su mejor amiga, Dina.

-¡Mira Dina!- Lina señala una pequeña pieza de ajedrez de color dorado, la cual le había llamado mucho la atención.

-¿El que?- la amiga de Lina mira fijamente el lugar que su amiga le señalaba, no ve absolutamente nada y confundida mira a su amiga-¿Estas bien Lina? ¿Te duele algo?- la niña se acerca con preocupación a su amiga. Ella niega con la cabeza.

-¡Que noooo!- dice Lina alargando la "o".-¡Mira bien Dina, es de color dorado y...y... ¡¿No lo ves?!- dice pateando el suelo.

-Hey tranquila Lina, no hay nada...-dice su amiga ya realmente preocupada.-Es tu imaginación, allí no hay nada.

-¡Que si que lo hay!- rebate ella tozudamente. Se acerca lentamente a la pieza hipnotizada por su color dorado.

-¡Para Lina!¡Me estas asustando!- Dina cojee de la mano a Lina y le empieza a arrastrar fuera de la locura de , lo que ella cree, son locuras de su amiga.

-¡Suéltame!- dice ella librándose del agarre.-¡Estas ciega!¡Esta allí mismo!- vuelve a señalar el lugar donde aún esta la pieza, que tanto le llamaba la atención.

-¡Ahí no hay nada!¡Solo acera!¡A-CE-RA!-dice Dina mirando con rabia a su amiga. Lina le mira confundida pensando que como es posible que algo tan brillante no le llamé la atención.

Dina al ver la mirada de confusión de ella decide hablar mas calmadamente.

-Vayámonos Lina, por favor...-suplica con ojos de cachorro. Pero ya era demasiado tarde, Lina había sido cogida por la hipnotizante luz de la pieza. Sin darle tiempo a rebatir corre hacía la pieza, la agarra entre sus blancas y pequeñas manos. Mira triunfante a su amiga.

-¡Ve...- pero es demasiado tarde, Dina ya no esta allí mejor dicho Lina ya no esta allí.

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Un grupo de cinco chica de doce años paseaba por la misma calle en la cual  hace  veinte minutos desapareció Lina Keller, una de las chicas vio a Dina, la cual buscaba como loca a su mejor amiga.

-¡Lina!¡Lina!¡¿Donde estas Lina?!- la niña cae al suelo y empieza a llorar, casualmente solo estaban las cinco chicas en la calle así que se acercan corriendo a la chica que ahora lloraba en el suelo.

-Vayamos a ayudarla- dice preocupada Joana la mas sensible de las cinco quien fue corriendo a ayudarla.

Hablaron un rato, la pequeña les hablo de la cosa invisible que señalaba su amiga y como despareció de golpe. Gisela, la mas sensata, ayudo a levantarse a la triste niña.

-Vamos a ayudar a llevar a la niña a la policía,  Joana, Luna y yo la llevaremos, vosotras dos- señaló a Lily y Elena- quedaos aquí por si la niña vuelve.

Las cinco asintieron a la vez, mientras las dos chicas vieron desaparecer a sus amigas.

Entonces tres brillos llamó la atención de las chicas. 

Se acercaron lentamente y se miraron entre ellas. Eran tres piezas de ajedrez, peones como pudo apreciar Elena, una era azul un azul hipnotizante, otra plateada un plateado impresionante y la ultima de un color rojo fuego.

De pronto giraron la cabeza, uno pasos le llamaron la atención. De pronto tenían a un chico de pelo azul teñido a su lado mirando fijamente la pieza roja.

-Voy a cogerla- corto el silencio Lily y cada uno a la vez, cogieron cada uno una pieza de ajedrez.

Los tres levantaron la pieza a la vez.

Pero ahora ya no estaban en la desolada calle.

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Tres chicos andaban por otra calle, una calle  que estaba a, mínimo, veintitrés kilómetros de distancia de la que acababan de desaparecer los cinco chicos.

En medio de la concurrida calle había tres peones de tres colores, negro,verde y amarillo.

Los tres se miraron entre ellos.

-¿Veis lo mismo que yo?- pregunto sonriendo Luke-¿podéis imaginaros cuanto valdrían?

Luke se adelanto para coger la pieza pero Derek le cogió con fuerza el brazo.

-No sabemos porque la gente no lo ve- señaló a su alrededor seriamente Derek. Los otros dos observaron impresionados como todos pasaban de largo de las tres piezas.

-¿Y eso que importa?- dijo Luke soltándose del agarre de su amigo- déjame hacer lo que quiera.

Y, ignorando las quejas de su amigo, se encamino en silencio hacia las tres piezas.

-Lo siento bro, pero yo también tengo curiosidad- le dice  Mario a Derek, se coloca al lado de su amigo Luke sonriendo, los dos empiezan a hablar dejando a atrás a Derek quien, suspirando, los sigue a regañadientes. 

Empieza a correr y se paran de golpe justo al frente de las tres piezas.

-¡Me pido el verde!- dice de golpe Luke.

-¡Yo el negro!-  sonríe Mario.

-Pues me quedo con el amarillo...-suspira Derek.

Cada uno cojee la pieza anteriormente mencionada y al levantar la mirada ya no se encontraban en la llena calle.

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Otras tres amigas andan tranquilamente por la misma calle que los otros chicos, siguen andando hasta llegar a un pequeño parque donde se sientan en el mismo sitio de siempre. Un banco el cual ya tenia grabado los tres nombres de las tres chicas.

Y en el mismo sitio debajo de cada uno de sus nombres había tres peones, uno gris, otro blanco y un ultimo marrón.

-¿Pero que?- dice mirando a su alrededor Anne.

-¡Nos están desafiando!- dice con rabia Nora.

-¡Ni de broma!¡¿Pero quien se creen?!- grita indignada Lucía.

-¡Dad la cara cobardes!- dice mirando a su alrededor Nora.

-¡Malditos cabrones!- dice rabiosa Anne.

-¡No nos quedemos atrás!¡Nadie  nos desafía y nostras nunca desechamos un desafió!-  dice apunto de asesinar a quien se metió con su grupo, Lucía.-¡Enseñemosles quien manda aquí!-  cada una recoge el peón correspondiente y, justo antes de irse, gritan con fuerza.

-¡Desafío aceptado!- y justo en ese momento las tres desparecen. Y cuando Lucía iba a comentar algo mas, se da cuenta de que ya no están en el parque...

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N.Steal