Aprendiendo.

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Todo los dias se aprende algo, no?

Todos los días pienso en cosas distintas o en las mismas pero siempre agregando más cosas, cosas que aprendo hablando conmigo misma.

Está bien hablar conmigo misma, para ser sincera es divertido hacerlo, digo, soy la única que me entiende, la que puede leer mis pensamientos, la que siente lo mismo, la que ve y respira lo mismo.

Soy terca, no me gusta que me enseñen a vivir, yo quiero vivirlo por mi misma. Están bien los consejos porque si me hacen falta pero a veces me dicen cosas que ya sé y no tendría que saber.

Desde que soy chiquita tuve siempre conflictos con mi físico. Me molestaban en la escuela porque era la más alta de todos, me decían que era fea y como tenía mucho bello en mis brazos de burlaban.

Todo eso me lo fui creyendo hasta que llegó un punto en el que no quería salir de mi casa, o me rehusaba a ponerme remeras de manga corta.

Le dije a mi mamá que me hiciera análisis de sangre para ver porque tenía tanto bello en mis brazos asi que ella, para que me quedara más tranquila, me llevó a hacerme los estudios, y yo con lo que odiaba las agujas me proponía a mi misma hacer eso que hice.

Los análisis salían bien, nada estaba mal solamente eran los odiotas de mis compañeros lo que me hacían sentir mal.

Después de 4 años, cuando tenía 13 años en 2016, no me importaba como pensaban los demás de mi físico, total no eran nadie para juzgarme.

Hasta que en 2017, cuando entre a la secundaria, todo volvió a caer. Nadie me decía nada, yo sola me hacía películas en mi cabeza. De que mis piernas eran gordas, de que mi nariz es muy grande, de que tengo muchos granos, que no encuentro nunca nada para ponerme, de que mi cuerpo es horrible, mi voz es fea, mi risa da miedo, mi sonrisa no es linda, y toda esa mierda que piensa una persona insegura.

En los primeros 3 meses de clases no hablaba, no sonreía y hasta creían que no estaba. Miraba a todos con seriedad, ni una risa salía de mis labios, me contaban chistes para que riera pero no funcionaba. Algunos de mis compañeros me decían que parecía que iba a caer en depresión o que se deprimian de solo verme, o que me iba a cortar las venas.

La verdad no entendí que les importaba a ellos lo que me pasaba pero es que ni siquiera yo lo sabía. No me pasaba nada, solamente me perdía en mis pensamientos y no me importaba lo que dijeran de mi, solamente los miraba sin ninguna expresión en la cara.

Hasta que me dije a mi misma que no podía seguir siendo así, la verdad a mi no me importaba lo que creyeran de mi, pero me importaba lo que creía de mi misma, y yo no era esa persona que estaba en ese lugar.

Después de unos meses fui sonriendo mas, hablé más, escuché más, y entendí lo que en realidad tenía que hacer porque así era yo.

Hice más amigos y encontré a mi grupo, el grupo de amigas que siempre quise y estoy agradecida de haberlas encontrado. Obviamente ahí siempre estaba mi mejor amiga que es como mi hermana - nos conocimos cuando ella entró a mi escuela en 2015 -.

Ahora, enero de 2018, se quien quiero ser y que quiero hacer con mi vida.

Escuché, hable y aprendí, eso era lo único que necesitaba.

En marzo voy a empezar a hacer ejercicio porque hace 7 meses que no hago, si es mucho pero bueno che.

Ahora lo que estoy aprendiendo es a amarme, amar mi físico y amar mi personalidad. Amarme como soy no como quieren que sea. Amarme porque soy increíble y no voy a dejar que nadie me impida serlo.

Puede sonar egocéntrico pero amarse a uno mismo no es serlo. Amo a otras personas y seguiré amando a otras más pero está bien quedarse un tiempo consigo mismo y aprender a amarse.

No es algo simple, es algo que va con el tiempo y el tiempo puede que te saque esa confianza para decir que te amas pero las vas a recuperar.

Amarse no es algo malo.




Lc.

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