Sintió como si la mismísima lava de un volcán envolviese su cuerpo, calcinando hasta el último centímetro de su piel. Tenía la boca seca y pastosa, el calor y el ambiente agobiante se le hacían insoportables y le costaba un triunfo respirar. Entreabrió los ojos, viéndose obligado a cerrarlos al instante, pues la claridad era tal que le pareció sufrir una llamarada de fuego sobre el rostro. Se llevó las manos sobre la cabeza, tratando de cubrirse, y giró sobre sí mismo, soltando un alarido, pues le pareció que rodaba sobre brasas candentes.
Trató de abrir los ojos nuevamente, tosiendo, ya que apenas podía respirar. Se encontraba tendido sobre una duna de arena rojiza. «¿Dónde estoy?» Se decía, sin saber muy bien si ya había despertado realmente o aquello no era más que un sueño. Se incorporó e intentó mirar a su alrededor, para obtener una pista de su paradero, pero los ojos le lloraban y tuvo que cerrarlos de nuevo. «¿Qué sitio es este?» Se preguntaba, sumido en el más absoluto silencio.
Nuevamente, retiró el brazo, colocando una mano sobre la frente, protegiéndose la vista del sol. «Está en lo más alto» pensó «Será mediodía». Entrecerró los ojos tanto como pudo, queriendo ver algo más allá de las dunas rojizas, pero estaba rodeado de arena. Las fuerzas le fallaban, y un cansancio inaudito le nublaba el entendimiento, ni siquiera sabía dónde se encontraba, pero antes de poder hacerse más preguntas, se desplomó sobre el ardiente suelo y perdió la consciencia de nuevo.
Se revolvía en la arena mientras, en su mente, difusas sombras sin rostro cruzaban ante él, podía escuchar murmullos de fondo, lejanos rumores, pero apenas lograba distinguir nada más que su nombre.
«¡Alexander!» alcanzaba a oír, o eso le parecía.
«¡ALEXANDER!» más fuerte que el anterior.
Se incorporó de golpe tras escuchar su nombre por tercera vez. Las manos le ardían, hundidas en la arena. El sol seguía situado en su cénit.
«Qué extraño» pensó, mientras trataba de ponerse en pie, pues se encontraba bastante débil «¿No he dormido nada? ¿O acaso he dormido todo un día?» Trataba de comprender, dado que el sol no se había movido ni un ápice desde que despertó por primera vez... O eso creía recordar.
«Es cierto» Se decía «¿Cómo he llegado aquí? ¿Dónde estoy?» intentaba poner en orden sus pensamientos, mientras, inconscientemente, comenzaba a caminar con paso lento e inseguro.
Lo último que recordaba era haber dejado, días atrás, la residencia que la familia real poseía en Nuro, una mansión de verano acomodada en un pueblecito junto a las orillas del río Mólita. Alexander, alegre como era, disfrutaba de los largos festivales celebrados en los muelles, y los grandiosos bailes que hacían famosa la población de Nuro. Durante prácticamente toda su infancia, el joven había convivido en aquel lugar con su tutor, Davádir Barát, uno de los consejeros que formaban el concejo de Durne, una institución destinada a tomar decisiones junto al gobernador y al rey de Durne.
Con la muerte de su madre cuando Alexander apenas contaba los tres años de edad, su padre, el rey Marcus V, había tomado la decisión de separar al muchacho de su lado y designarle su cuidado a uno de sus consejeros, Davádir. El joven jamás acabó de congeniar con el consejero y sus estrictas normas, por ello Alexander se encontraba continuamente escuchando sus reprimendas y sufriendo sus rigurosos castigos. Pero el príncipe siempre encontraba la forma de escabullirse y asistir a los festejos y disfrutar de las agradables compañías... Sí, de entre todos los placeres de la vida, sin duda la dulce compañía de una joven, era el predilecto del príncipe. Recordaba particularmente a la joven que había compartido con él su última noche en la mansión de Nuro, una muchacha dulce, de facciones delicadas, la piel blanca y fina como la porcelana, unos enormes ojos castaños y sus cabellos largos, recorriendo su esbelta figura... ¿Rubios? No, aquella había sido la semana anterior, en el baile que conmemoraba el nacimiento de... De alguien importante, seguro.

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El Mundo Que Nunca Fue: Caminante
FantasyAlexander despierta súbitamente en un lugar extraño justo después de su cumpleaños. ¿Algún tipo de broma macabra? Deberá averiguar cómo ha llegado allí y desvelar los misterios de su pasado utilizando sus poderes para escapar junto a los compañeros...