A la hora de la comida, se había serenado lo suficiente como para abrir la puerta a Cole, cuando vino a buscarla para ir a comer.
-¿Puede saberse dónde te habías metido?-la preguntó él -te he dejado 100 mensajes en el móvil.
-Lo siento, Cole. He pasado la noche fuera. Perdona por no avisarte.
-¿Fuera? ¿Has dormido fuera? ¿Con quién?
Ella le miró sin saber si decírselo.
-¡Larrauri! ¿Te has acostado con él? Dios, Kat, te dije que tuvieras cuidado.
-Cole, no necesito una bronca, créeme. Es lo último que necesito.
El chico se fijó en sus ojos llorosos.
-¿Tan malo ha sido? La primera vez suele ser difícil pero...
-No es eso. Esa parte ha estado bien. La verdad es que ha estado muy bien. Es todo lo demás...no sé qué es lo que pasa entre nosotros, Cole.
Cole la abrazó.
-Voy a traer algo de comida y hablamos ¿de acuerdo?
Pasaron la tarde en la habitación de Kat. Comieron, hablaron y estudiaron juntos. A la hora de cenar, Cole la convenció de bajar al comedor. Por suerte, Ian no estaba por allí.
No le vio hasta la clase de lucha del día siguiente. Kat tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para ir, pero sabía que, tarde o temprano, no tendría más remedio que enfrentarse a él, así que, estaba en el aula con sus compañeros cuando él entró.
-Buenos días. Espero que hayan pasado un buen fin de semana. Hoy empezaremos con las artes marciales.
La clase transcurrió con normalidad. Ian le hizo las correcciones habituales, y no la retuvo más tiempo.
El resto del día, se dedicó a las clases y estudiar. Estuvo en el gimnasio a mediodía, y oyó allí que Isobel se había incorporado a su puesto después de su boda.
-A ver cuánto tarda en pegársela a su marido con Larrauri -comentó un alumno maliciosamente.
Fue a la clase individual sin saber qué esperar. Ian estaba dentro ya, poniéndose las protecciones para el látigo. Katerina musitó un saludo y se puso también las protecciones.
-Empecemos, Katerina, tienes mucho que aprender antes del examen.
No cruzaron ni una palabra que no fuera propia de la clase. Practicaron con el látigo una y otra vez. Ella tenía cada vez mejor control sobre el arma, y fue capaz de enredar el látigo alrededor del cuello de un maniquí y tirar hasta que la cabeza cayó.
Cuando Ian dio por concluida la clase, Kat se quitó las protecciones y salió del aula con rapidez.
Estuvo callada durante toda la cena. Se llamaba tonta a sí misma por hacerse ilusiones, por creer que podría haber algo. Cuando las lágrimas amenazaron con desbordarse, se despidió y se encerró en su habitación.
El resto de la semana fue muy parecido. Ian no hizo nada que a ella la hiciera pensar que se acordaba de lo ocurrido, y ella se centró en estudiar y pasar todo su tiempo libre entrenando. El fin de semana, Cole la obligó a salir del centro y comieron en un bonito restaurante en el pueblo.
-Bueno, se te ve mucho más relajada después de comer-dijo Cole sonriendo mientras ella devoraba el brownie de postre.
-Gracias por la comida, Cole. Necesitaba airearme un poco.
-Eso me parecía-la sonrisa de Cole desapareció mientras miraba detrás de ella-ehmm…Kat, no te vuelvas pero…cold man acaba de entrar en el comedor. Y viene acompañado.
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Katerina
RomanceKaterina no esperaba que convertirse en cazadora de demonios fuese fácil. Tras prepararse durante años para ello, había conseguido entrar en la academia. Sin embargo, el mayor peligro, no eran los demonios, sino Ian, el atractivo profesor que parecí...