Por la mañana, estaba sola en la cama. Miró la hora y saltó de la cama. Iba a llegar tarde a la guardia si no se daba prisa. Se duchó y vistió corriendo y bajó a la sala de guardia. Ian ya estaba allí y no se veía a Cole y su tutora.
-Buenos días-saludó Kat con una sonrisa tímida-¿por qué no me has despertado?
Ian la miró frío.
-Porque hoy no vas a hacer la guardia, Katerina.
Ella le miró sorprendida y, luego, su expresión cambió rápidamente al enfado.
-¿Puedo saber por qué?
-En la primera, incumpliste órdenes. Te advertí que no se repitiera y, en la segunda, volviste a hacerlo. Consecuencia: estás castigada sin hacer esta guardia. Lo hablé con la directora y está de acuerdo conmigo, así que no intentes convencerla a ella.
Kat le miró intentando contener su mal genio. Sabía que no había nada que hacer y lo empeoraría si le insultaba, así que se mordió la lengua.
-Y, ¿qué se supone que voy a hacer todo el día de hoy?-preguntó con sarcasmo.
-He hablado con Martina. Te entrenará un rato. Además, también tienes pendiente el desayuno. El resto del tiempo puedes dedicarlo a reflexionar.
-De acuerdo, señor-la ironía en su voz se podía tocar-pero creo que seguiré reflexionando esta noche. Nos veremos mañana…en clase.
Kat salió dando un portazo. Volvió a su habitación y se metió de nuevo en la cama. Oyó el aviso de un nuevo whatsapp, era Ian, claro. Abrió la aplicación y leyó: nos veremos esta noche, ¿quieres apostar?. Enfadada, dejó el teléfono en la mesilla.
A la hora de la comida, Cole la miró sorprendido cuando se sentó en el comedor, enfrente de él.
-¿Qué ha pasado con tu guardia?
-Mi tutor ha decidido castigarme por no obedecer órdenes.
-Te pasas la vida desafiándole, Kat. Deberías relajarte un poco. Va a acabar matándote.
Kat suspiró.
-Quizás tengas razón. Intentaré ser mejor alumna. Voy a hablar con Martina, tengo que entrenar con ella.
Kat se acercó a Martina, que comía sentada en una mesa.
-Ian me ha dicho que hoy entrenaré contigo- dijo a la profesora después de saludarla.
-Sí, si te parece, podemos quedar en un par de horas.
-Bien, te veré entonces. Gracias, Martina.
Se volvió para irse y se encontró de frente con Isobel, que la miró con rabia.
-Vaya. ¿Tú tutor te ha dejado en tierra? ¿No has sido lo bastante buena en la cama? - preguntó en tono envenenado.
El silencio se hizo en el comedor. Kat palideció y contó hasta 10 antes de hablar.
-No voy a contestar a eso, profesora. Discúlpeme.
Salió del comedor para ir a su habitación pero, al llegar a las escaleras, un tirón la hizo volverse.
-No vuelvas a dejarme con la palabra en la boca, zorra.
La bofetada de la profesora la hizo volver la cabeza. Kat notó el sabor a sangre y se limpió la boca con la mano. Vio como Isobel levantaba la mano de nuevo, pero Martina la detuvo.
-¿Te has vuelto loca?-la pregunto mientras se ponía entre las dos.
Isobel miró a Kat con odio.
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Katerina
RomanceKaterina no esperaba que convertirse en cazadora de demonios fuese fácil. Tras prepararse durante años para ello, había conseguido entrar en la academia. Sin embargo, el mayor peligro, no eran los demonios, sino Ian, el atractivo profesor que parecí...