Las hermanas asesinas

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A.S serotcurtsnoC ojelA

No quiero revisar el contador, pero según lo calculado, estoy en la hora 19. La frase corría por mi cabeza como si un animal hubiera entrado. Es más que obvio que era una frase invertida. Se podía leer "ALEJO CONSTRUCTORES S.A". El problema era que no sabía dónde demonios estaba eso. Tome el celular y busqué un mapa de la ciudad, y encontré su ubicación. Por alguna razón el asesino había puesto esa constructora a la vuelta de la esquina. así que salí con sumo cuidado del museo y fui caminando por la banqueta hacía la constructora. Me asomé, y el lugar no era más que un recinto de la sede que alguna vez fue una constructora. Sin embargo, debía reconocer que la vista era impresionante. El edificio, aunque derrumbado, era enorme. Empujé la puerta y descubrí un sombrío lugar donde alguna vez hubo gente.Sin embargo, sentía una extraña presencia, como si alguien me estuviese siguiendo. Seguí caminando, topándome con escaleras. Tuve que subirlas, hasta llegar al piso 4. Empecé a buscar por todos lados. Recuerdo mis pensamientos: <Debe haber algo en este maldito papeleo. Pasos? No, debe ser mi imaginación.> Estaba a punto de rendirme, hasta que encontré el papel. Lo que es la intuición femenina! También sirvió para tomar el brazo de quien estaba detrás mío y así torcer su brazo. Era una chica de mi edad mas o menos. era muy blanca, con pecas en la cara. Sus ojos eran cafés y su pelo era muy oscuro.

- Quién eres?- pregunté.

- Soy Priscila. Priscila Espinoza.

Y antes de darme cuenta, otras dos chicas me agarraron de los brazos. Una de ellas era alta, probablemente la mas alta. Tenía un largo pelo color café claro y ojos miel, su piel era de un tono bronceado. La otra chica tenía la piel igual de blanca que esa Priscila. Usaba unos lentes, que ayudaban a ver a un par de ojos cafés. Tenía cabello muy oscuro y su estatura era un poco mas baja que la mía.

- Soy Carolina Grier.- dijo la alta.

- Soy Valeria Dallas.- dijo la otra.

Y escuché como las tres decían al unísono:

- Y somos tu muerte!

Y creo que están en lo cierto.

La foto: Historia de KristineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora