Luces de reencuentro

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"Ha pasado tiempo, pero de aquel tiempo a hoy, las cosas mejoraron. Situaciones hechas para fortalecerte independientemente de tu opinión. Diario, te agradezco vivir conmigo esta dura experiencia. Te agradezco haber caminado conmigo entre confidencia y estrés. Ahora me toca completar el trayecto sólo y con la vista al frente. Me perdí muchas cosas como la fiesta de mi amiga Mimi y muchos momentos divertidos, pero supongo es entendible. Bueno, por último debo decir, este hábito que tomé de lectura y escritura diaria me abrió un nuevo panorama... Así es, Diario, deseo ser un escritor... A Patamon le encantaría saber mi nueva meta, lo sé... Lo extraño tanto..."

El joven Takeru, poseedor del emblema de la esperanza, como la esperanza de que cada día será fabuloso, miraba con nuevos ojos al mundo. Alegre, sonriente, como siempre lo ha hecho... Pero lo que hace a esta ocasión especial... Es que ahora es verdadero. Tomó sus pertenencias, las acomodó a su mochila y salió de casa...
—Hermano ¿Ya casi vienes? Estoy algo desesperado... Ya casi empieza nuestro grupo...
—Jajaja ya, ya, disculpa ya voy en camino, me daré prisa. Aguántame unos 5 min, hermano.
—De acuerdo Takeru, ya están llegando los demás, les diré que te guarden un asiento.
—Jaja perfecto ¿mi cuñada irá?
—Jaja ¿ya vas a empezar a molestar? Siempre le dices Sora...
—Jajajaja ok, ok es que siempre es divertido avergonzar a mi hermano mayor jajajaja. Ya tomaré taxi, te cuelgo, Yamato. Adiós.
—Va que va, nos vemos acá —colgaba de igual forma el rubio mayor.

Takeru embarcó un taxi con destino a la explanada para escuchar tocar a su hermano. Una vez ahí, se encontró a todos sus amigos digielegidos. Cada uno saludó al rubio con sonrisas compartidas, inclusive la hermosa joven a lado de Taichi...
—¡Hola, muchachos! ¡Listos para escuchar a Yamato?
—¡¡¡Siiiiiiii!!! Aunque yo soy más de otro tipo de música, pero ¡no me lo podía perder! —Exclamaba con euforia Mimi.
—Jejeje pues yo tenía examen mañana pero que va, no todos los días toca Yamato.
—Estoy de acuerdo, Jou, por cierto ¿No invitaste a tu novia imaginaria a que nos acompañara? —preguntaba Izzi con tonó burlón.
—¡Que de verdad existe! —Exclamaba el joven en su defensa ante las risas de sus amigos. Takeru se alegró mucho de poder volver a vivir estos momentos con ellos, y en un descuido, no pudo evitar chocar miradas con la joven Hikari. Esta, unos segundos después, disimuló su mirada nerviosamente y la enfocó al suelo. Takeru se incomodó un segundo y procedió a tomar asiento. Pronto dio inicio la batalla de bandas, donde todos dieron lo mejor de sí para intentar ganar y hacer disfrutar al público al mismo tiempo.
Takeru estaba feliz, sabía que no debía dejar pasar el tiempo ante sus ojos...

Luz de amistad y esperanza de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora