Capitulo 3

202 20 7
                                    

  - Fred... él... ¿Tenía a otra chica?
- No creo que sea el mejor para confesarlo pero sí – y esa palabra calló como agua fría en mi cuerpo
- Lo... sabías – susurré - ¡Sabías que me engañaba! – grité a todo pulmón
- Joy no creí que fuese tan serio lo que tenía – Aseguró y comencé a llorar junto a la cama
- Me debiste haber dicho igual, ¡¿Por qué no lo hiciste?!
- Él dijo que te amaba, que... Sólo estaba confundido pero...
- ¿Pero qué? Vamos Bon, no te hagas el que no sabe nada. ¡Si hubiese estado confundido no me hubiese engañado! – Y sin más me tiré al suelo llorando – Desde... ¿Desde hace cuanto está con ella? – pregunté dudosa de querer saber la respuesta. Levanté la mirada y me encontré con un Bon nervioso con la mirada fija en sus pies
- No... No lo sé Joy, yo sólo...
- Dímelo por favor, Bon – pedí
- Unos tres meses o quizás más – confesó
- Bon yo... Puedes irte y muchas gracias – La mirada de perdida por el mundo no me la quitaba nadie y si antes estaba mal, ahora estaba peor
- No creas que te dejaré sola, estás mal – argumentó pero ahora necesitaba estar sola
- Por favor – y puse la mejor cara de perrito mojado que pude, es decir, ojos rojos e hinchados no me hacían ver muy tierna
- ¿Sabes que no te ves tierna no es así? – confesó y rió – Esta bien, pero con una condición
- ¿Cuál?
- No vuelvas a hacer eso – tomó mi brazo bruscamente a lo que solté un gemido de dolor – Lo lamento
- Está bien, lo prometo
- No confío en tus promesas
- Gracias – ironicé
- Yo... Adiós – y en un abrir y cerrar de ojos había desaparecido de mi vista. Bon había dicho nada de cortarse ¿No es así? No dijo nada de fumar hasta morir o emborracharme hasta olvidar mi nombre, tampoco dijo nada de no consumir cosas que me hicieran mal. Me sentía pésimo, es decir, creí que Fred era la persona con la cual me casaría y formaría una familia. Él lo había dicho así y ahora... Todo se derrumbaba. Llámenme ilusa o tonta pero tengo 19 años, a esta edad claramente uno intenta buscar que hacer con su vida, mi futuro en esos días tenía nombre y apellido, Fred Rondon. 
Recordé todo, antes de conocer a Fred y la vida de mierda que llevaba. Drogas, alcohol y cortes por todas partes de mi cuerpo era mi día a día, hasta que lo conocí. Quizás la forma en la que nos conocimos no fue la mejor, pero al fin y al cabo el me salvó.  

Ayúdame a salir de esta vida ( Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora