❝ᴇɴᴛɪᴇɴᴅᴇ... ¡ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀs!❞ // © ¦[ᴍɪᴋᴇ ᴡʜᴇʟᴇᴇʀ ｙ ᴛᴜ]¦

CAPÍTULƆ II

— Bueno... Nos vemos Mike. — Ella tomó su bicicleta.

— ¿No te quedas? — Trató de detenerla.

Como eran mejores amigos, solían quedarse en la casa de uno a dormir, o viceversa, eran vecinos un tanto cercanos, sólo estaba una casa de por medio.

Rió un poco. —— No, hoy no, pero mañana tal vez, ¿No? — Lo miró fijamente.

— Claro, sabes que serás bienvenida a esta casa, y lo serás siempre. — Sonrió dulcemente.

— Gracias, es un honor. — Bromeó.

Haciendo reír a ambos.

— Aparte somos vecinos, no quedamos tan lejos. — Señaló su casa. —— Podemos hablar por la radio.

— Tienes razón. — Sonrió. — ¿Cómo podría olvidarlo?

— Bien, hasta al rato o mañana.

Ambos rieron, Jade tomó el valor y se acercó a él, plantando un beso en la mejilla, se montó en su bicicleta, encendió la linterna y empecé a pedalear.
Mientras se dirigía a su casa, en el camino se le formó una sonrisa boba, pensando en él.

El chico quedó atónito ante su acción.
Comenzó a sentir hormigueo en su mejilla y a sentirse caliente, ¿Por qué le sucedía esto?

¿Emociones? A final de cuentas, era su mejor amiga.

Él creía tener cariño hacía ella como su hermana, pero en el fondo se estaba engañando, por su puesto que eso no era.

De un momento a otro las luces comenzaron a parpadear, como si la luz quisiese irse, esto le extrañó al pelinegro, pero no le tomó importancia, solamente apagó la luz de afuera y se adentró a su hogar.

En esos momentos pensó en Jade.

Debía de aclarar lo que pensaba, ¿Atracción? ¿Amistad? ¿Gustar?

¿Qué era todo eso?

Siempre, desde la infancia estuvo con ella, ¿Por qué cambiaría eso?

« Sólo tengo doce años... » Pensó.

Esa noche logró dormir, aunque tenía demasiado en su mente...

Al día siguiente, se levantó gracias a la luz que comenzaba a deslumbrar de poco a poco.

Se vistió y decidió ir al comedor, apreciando su familia, su madre, padre, y ambas hermanas.

— Ya me voy mamá. — Tomó su desayuno para irse.

— ¿No desayunarás Mike? — Su madre estaba confundida.

— Desayuno en el camino. — Gritó desde la entrada.

Abrió la puerta, salió y cerró, soltando un suspiro profundo, no sabía por qué actuaba de esa manera últimamente.

— ¡Hola Mike! — Llegó Jade sonriente junto a su bicicleta.