Nuestra familia (Fanfic de The Gifted - Eclaris)

Capítulo 3

Aquella noche en que Lorna y Marcos se reencontraron, no fue la última. La pareja siguió teniendo sus reuniones secretas cada pocas semanas. En una de ellas, Marcos le dio a la chica el libro sobre embarazo que ya había terminado. Curiosamente, Lorna también tenía un regalo para él esa noche. Esme había conseguido de su millonario amigo anónimo una máquina de ultrasonidos para ver al bebé.

-Te he traído una copia de la ecografía de la niña.

-¿Es una niña? –se le iluminó el rostro a Marcos al saberlo, cogiendo la foto del ultrasonido con un cuidado tal como si fuera a romperse-. Nuestra pequeña Aurora...

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Mientras tanto, uno de los subordinados de Turner informó de un hallazgo del que no estaba del todo seguro de su importancia.

-Es un anuncio por palabras –comienza a decir-. Se lleva repitiendo cada varias semanas. Podría no ser nada, pero...

-"La aurora boreal será vista esta noche donde se mostró por primera vez" –leyó Turner.

-¿Raro, verdad?

-No tanto... -dijo el ex agente de Sentinel Services-. Caballeros, una lección de ciencia. ¿Dónde se generan las auroras boreales?

-En el ártico, señor –respondió de inmediato uno.

-Pero este periódico es estatal. Y no estamos en el ártico. ¿Qué más puede causar una aurora boreal?

"Un mutante con habilidades magnéticas y otro con energía solar combinando sus poderes. Os dije que los futuros padres serían los primeros en caer. Llevan semanas quedando en nuestras narices.

-Si es una cita lo del anuncio, no dice dónde.

-Dane y Díaz son los fundadores de Mutant Underground, hemos de asumir que han permanecido en la misma base hasta el momento en que la echaron abajo los Strucker.

"Empecemos por allí. Enviad un equipo ahora mismo. Con suerte, capturaremos a uno esta noche. O, al menos, tendremos una nueva pista que seguir.

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Marcos y Lorna estaban tumbados uno al lado del otro sobre el capó del coche de este, contemplando les estrellas mientras hablaban cogidos de la mano. La pareja había hecho un pacto silencioso de no hablar de sus respectivos grupos, de sus planes ni misiones. Solo hablaban de cosas intranscendentes, como las reformas de la estación de los Underground, sobre cómo, para evitar pagar por la luz, habían instalado unas placas solares que Marcos cargaba con la energía de sus poderes cuando era necesario.

Ahora Marcos tenía más trabajo que nunca porque, con Lorna ausente, él tenía que encargarse de entrenar a los niños –aunque curiosamente Reed, sin tener poderes, le ayudaba con frecuencia y era muy buen motivador con los críos–. John entrenaba a los mayores y Marcos a los más jóvenes. Con los adultos había que tener una particular paciencia que Marcos no tenía. Al mismo tiempo, los niños se motivaban más cuando se les impresionaba. Y ser un buen rastreador y ser a prueba de balas no les parecía tan impresionante como tener láseres en las manos, fundir cosas, deslumbrar o dejar a oscuras una habitación.

Y, hablando de John, fue inevitable pasar el hecho de que este y Clarice se habían convertido en algo más que buenos amigos. Ninguno de los dos se había atrevido a dar el paso final para tener una relación romántica, parecían tener miedo, pero Marcos lo veía como algo inevitable, algo que sucedería muy pronto.

Lorna sabía que la situación económica de los Mutant Underground era más precaria que nunca, pues había mucho que reconstruir y cada vez había menos simpatizantes con la causa que pudieran ayudar. Es por esto, que Lorna le ofreció algo del dinero que recibían del millonario amigo del Club Hellfire. Marcos lo rechazó educadamente, pero Lorna sabía que lo hace porque no quería recibir dinero de una organización que él considera terrorista. Lorna estaba a punto de decir algo, hasta que sintió una repentina gran cantidad de metal aproximándose hacia su dirección.