Parte 5

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Desperté a las 7 de la mañana con el sonido de la alarma de mi teléfono. Al recordar la desaparición de mi preciada coyote me levanté rápidamente y corrí a vestirme, tenía que llegar al instituto cuanto antes, tenía que encontrarla, ella tenía que aparecer, aunque... De repente le invadió un ingente temor, si ella aparecía debería darle las grabaciones puesto que lo prometí... No me importaba, valdría la pena, necesitaba verla.

Tomé unas mallas negras y una falda a cuadrados rojos parecida a las escocesas, unas botas de un color negro azabache con algo de culpa y una camiseta de manga larga y fina de un color grisáceo. Tomé las grabaciones y fui corriendo a la cocina, me comí un par de tostadas con una velocidad sorprendente y me dirigí al colegio todo lo rápido que pude.

Andaba rápido hacia mi clase y solo podía pensar en una cosa, verla a ella, encontrarla, saber que seguía viva, saber dónde había estado... Saber qué estaba bien... Entré a clase y...

Todo mi mundo se derrumbó en unos pocos segundos, Malia no había aparecido, no estaba sentada en su pupitre, no estaba... Fui hacia mi mesa y me senté con una gran tristeza, estaba realmente preocupada ¿Y si...? No, no podía pensar eso, debía ser positiva, debía ser optimista, ella vendría... El agobio que me había inundado al entrar en la clase cada vez oprimía más mi pecho, yo nunca había tenido ataques de ansiedad, pero por cómo me los había descrito Scott estaba segura de que me estaba dando uno, iba a tener un ataque de pánico, cada vez me costaba más respirar y me llevé la mano al pecho angustiada, cuando los demás se dieron cuenta comenzaron a mirarme por lo que me agobié más, no podía respirar, necesitaba ayuda...

- ¡Kira! -Una chica de cabello color castaño se acercó corriendo a mí y me tomó la mano- Cálmate, mírame, Kira, cálmate ¿Qué te ocurre? -Cuando miré esos ojos color café no podía creerlo... Eran los mismos ojos, esos hermosos ojos que me habían quitado el sueño más de una vez... ¡ERA MALIA!

- ¿M-Malia...? -En mi rostro se dibujó una gran sonrisa entre aliviada y feliz, la abracé con tanta fuerza que caímos al suelo porque no se lo esperaba.

- Hey, tranquila -Rió mientras correspondía a mi abrazo. - ¿Qué ocurre?

- Nada... Nada, estoy... Muy feliz... De verte -Sonreí mientras iba recuperando poco a poco el aliento. - ¡¿Dónde diablos te metiste ayer?

- Pues... Fui a arreglar unos asuntos pendientes, nada importante, pero me llevó todo el día, siento no haber avisado -Sonrió con algo de inocencia en su mirada, si no fuese tan calmada te juro que la mataba.

- Ya... Me diste un susto de muerte, Malia, a todos, no vuelvas a hacerlo -Ella me miró con algo de culpabilidad pero la abracé de nuevo para que supiese que no pasaba nada... Pero ahora... Debía darle las grabaciones...- Tengo que darte algo - me miró con un brillo de diversión en sus ojos al ver mi nerviosismo, estaba aterrorizada... Saqué las cintas y se las di, ella sonrió con extrañeza y se las guardó.

Al terminar las clases dijo que en cuanto las escuchase me llamaría, yo no sabía si eso era bueno o malo para mí, pero me dirigí a mi casa a paso ligero, me metí en la cama y me tapé entera con las sábanas, mi refugio...

~4 horas después~

Mi móvil comenzó a sonar, lo que quería decir que estaba recibiendo una llamada, cerré los ojos y agarré el teléfono, al abrirlos vi el nombre... "Mi hermosa coyote", era ella, había terminado de escuchar las cintas... Atendí a la llamada con las manos temblorosas... Estaba asustada, no sabía qué pensaría ella de mí...

- Antes de que digas nada, quiero que sepas que esto no es ninguna broma, te amo, no podría hacerlo más... No me odies, por favor, entiendo si necesitas un tiempo para entenderlo y... Puede que hasta entendiera que no quisieses volver a verme, pero no que me odies... Aunque igual acabo de contradecirme... -Mi voz temblaba por los nervios.

- Kira... Yo... No había escuchado las cintas... Llamaba para preguntarte unas cosas de clase... -No las había escuchado... ¿Podía yo ser más estúpida? Malia se había quedado estupefacta al escucharme, no me extrañaba.

- O-oh... Yo... -Malia colgó la llamada... Y en ese mismo momento mis ilusiones y mi corazón se rompieron...

Malia había finalizado la llamada... Acababa de perder a mi mejor amiga por culpa del dichoso Amor... ¿No podía ser otra persona? Noté cómo por mis mejillas comenzaban a caer lágrimas, me derrumbé allí mismo, ni siquiera me molesté en dejar el teléfono en la mesita, rompí en llanto.No pude dormir en toda la noche...

El corazón de la zorra había estallado en mil trocitos con una sola acción del coyote...

El Zorro Y El Coyote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora