Escape

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Había pasado una situación bastante fuerte frente a mi y, al parecer mi madre no intentó observar tan horrible suceso. Me levanté de la camilla y me acerqué a ella que estaba justo delante de la pantalla visualizando la continua repetición de mi accidente.

Después de ver la grabación repetidas veces y darme cuenta de una extraña silueta blanca se alejaba del lugar, salí de la inmersión en la que me encontraba y rápidamente recordé el lugar en el que nos encontrábamos, puse una mano sobre el hombro de mi mamá y dije apresuradamente:

-Debemos salir de aquí, lo más seguro es que todos aquí tengan una mentalidad parecida a la del doctor que quizo acabar con mi vida-

Me costó bastante decir lo último, por una simple cosa, PASO TODO FRENTE A MIS OJOS.

-Bien...¿pero como piensas salir de aquí?- Esas palabras hicieron que un nudo apareciera en mi garganta, después de tragar saliva con gran dificultad respondí

-No tengo idea- Las palabras que nadie quería escuchar en tal momento de tensión  -Y ¿si saltamos por la ventana?- dije mientras me acercaba a ella, pero al observar la altura a la que nos encontramos negué casi al instante.

-Bueno, supongo que ya tendrás una idea luego, por el momento salgamos de aquí- Al parecer mi madre estaba enfadada Del lugar y mientras más rápido saliéramos de ahí seria mejor.

Rápidamente me acerqué a la puerta que abrí sin miedo pero afuera había una horda de personal del edificio, cada uno sosteniendo un arma de fuego y apuntando al lugar donde debería estar la puerta. Un grito se oyó del fondo diciendo "Fuego a discreción" y prácticamente al instante una persona comenzó abriendo fuego que, por mi suerte, falló la mayoría de ellos antes de quedarse sin munición.

Después del desastre de dicho tipo, todos decidieron seguirle, por reacción de mi parte, puse las manos frente mío como si hacerlo me diera una ventaja en plena batalla. Después de una gran oleada de disparos y recargas, decidieron cortar fuego para ver la obra recién realizada, a excepción de algo.

UN ESCUDO RECTANGULAR EVITÓ UNA SEGUNDA Y TERRIBLE TRAGEDIA

Todos parecían asombrados al ver mi poder, sobretodo yo, por que había salido por segunda vez de una situación de vida o muerte.

Regresé las manos a mis costados donde, los hice unos puños que no sabría si podrían ayudar, por que soy bastante débil, pero esta pequeña acción reaccionó con las espadas que estaban atoradas en el cadáver del difunto doctor.

Ambas armas aparecieron frente a mi, con una alineación parecida a una "X", ambas se encajaron al suelo y dejaron salir más espadas parecidas con un azul claro bastante translúcido y un patrón de cuadros parecido a el que tenía el escudo, que saltaba de azul a gris, dejando una apariencia de tablero de ajedrez que, rara vez podía apreciar.

La mayoría de las espadas fueron a todo el personal delante mío quienes murieron apenas el filo partía su carne con una gran crueldad, mientras que otras atravesaron el piso, todas las filosas armas atravesadas en los distintos cuerpos desaparecían apenas mi vista pasaba por ellas.

-Mamá!!! Creo que ya podemos salir-

-¿Porque lo dices hijo?-

-Ven a ver-

Mi mamá obedeció tales palabras y cuando se paró en la puerta, admiró con asombro tal derramamiento de sangre que sucedía frente a ambos.

-Y-y que tal si bajamos?- Tanta muerte delante mía estaba comenzando a ponerme los pelos de punta.

Fuimos bajando, yo por delante cubriendo a mi mamá de todo lo que pudiera pasar, pero solo había escenas parecidas a las del piso en el que me encontraba, un cuerpo, una marca de sangre y una arma filosa atravesando algún lugar del difunto.

Una vez estando en el primer piso del tan espantoso edificio, decidimos salir y tomar el primer taxi directo a la casa.

El inicio de un guerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora