Desperté luego de lo que parecía una pequeña siesta, al abrir mis ojos una luz blanca me cegó por un instante. Me cubrí con las manos hasta que finalmente pude acostumbrarme al nivel de luz. Seguía recostado mientras daba un vistazo al cuarto blanco en el que me encontraba cuando de repente una voz me dejó petrificado.
-Parece que estás bien ¿Cuánto tiempo llevas despierto?- Una voz suave habló, dirigí mi vista hasta el origen del sonido. Una mujer de cabello largo color miel me daba la espalda, aparte de su cabello, podía ver que llevaba una bata blanca y que estaba tan ocupada que no podía despegar la vista de lo que sea que la estuviera ocupando.
-Oye no quiero sonar grosera pero me gustaría que me respondieras- Se quitó lo que parecían ser unas gafas y se giró hacia mi -¿Estas bien?- Parecía de unos 25-28 años y era bastante hermosa, me sonrió y dijo para si misma
-Tal vez sería mejor si me presento, si eso será- se giró para recoger algo que, dada la distancia, no pude ver que era exactamente, luego de esto, se volvió hacia a mi.-Pues yo soy la Dra. Emi Rodríguez, un gusto conocerte- Me extendió la mano esperando respuesta, la mire fijamente sin decir nada, el ambiente comenzó a sentirse incomodo, ella regreso su mano a su costado y siguió pensando en que hacer.
-¿Que tal si me dices tu nom...?-
-Espera...- La interrumpí, no por el hecho de que no me gusta decir mi nombre, sino por que estar con un doctor, o en este caso doctora, me hace sentir incomodo luego de lo que me sucedió tiempo atrás.
-Anda! Si sabes hablar, vamos puedes contarme lo que pasa- Me sonrió de nuevo. Supongo que tengo que decir algo, o también puedo no decir nada, aunque seria bastante grosero.
-Pues...... Digamos que me aterran los doctores- Mentira pero quiero irme de esta habitación, me hace sentir más incomodo por cada segundo que transcurre conmigo aquí dentro.
-Vamos no soy tan mala como para dar miedo-
-No es que usted me dé miedo sino que los doctores en general me aterran... Por eso le pido...que se salga del cuarto-
-Que?!- Ella tosió sobre su puño como si intentara añadir algún tipo de drama al asunto -No puedo hacerlo, además debo revisarte tus signos vitales- Dió un par de pasos hacia mi y extendió la mano para tocar mi frente.
-No!- Giré sobre la cama hacia atrás chocando contra la pared -No te me acerques- Revisé rápidamente cerca de mi por cualquier cosa que pudiese ser de ayuda en un momento como este, sin éxito y también sin querer invoqué una espada -Perfecto- pensé para mi
-No te intentes acercar- Apunté a la doctora con la punta del arma.Ella retrocedió sin dudar, con su mano izquierda parecía buscar algo pero sin despegar la vista de mi, cuando encontró su objetivo lo pulsó, un botón rojo grande que cualquier persona con un poco de vista podría encontrar fácilmente. Una alarma comenzó a sonar, la luz pasó de blanca y pura a una roja y estresante.
Luego de unos minutos, entraron un grupo de soldados armados con rifles y todos apuntando a mi, como pude desaparecí el arma y levanté ambas manos para evitar cualquier tipo de conflicto. Dos voces que venían de fuera las reconocí al instante, las voces, con las dueñas de las mismas, se abrían paso para encontrarse frente a mi.
Eran Master Time y Death Punch.
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El inicio de un guerrero
FantasyPara comenzar debo aclarar que no es ningún fanfic relacionado a snk para que no os pongáis nerviosos al ver la miniatura Esta es la historia de Tony que descubre que tiene poderes y el elegirá para que usarlos. Por cierto es una combinación de dife...