El tiempo había pasado, la relación que el pelinegro tenía con el bajito se había vuelto rara, tenían sus altos y bajos, pero seguían juntos y ambos esperaban que fuera así hasta el final...
Y ahí estaba WonWoo, con sus ojos cerrados y frente a un piano, tocando la primera melodía que había creado con su chico, cada recuerdo pasaba por su cabeza, desde la primera mirada, cada lunar en el cuerpo de SoonYoung, recordaba todo, hasta el último "te amo" que se dedicaron una noche cualquiera.
El pelinegro sintió una mano sobre su hombro y salió de su trance, abrió sus ojos y notó de quién se trataba, era su chico, vestido de traje blanco, WonWoo casi por inercia sonrió mientras veía su propia vestimenta, él también llevaba un traje, pero de color negro, ladeó un poco su rostro al ver a su chico y soltó una risa.
—Se supone que el novio no debe ver al otro antes del altar. —Bromeó, causando que su pequeño de ojos chiquitos sonriera y negara entre risas, este se inclinó sobre el rostro de WonWoo y besó sus labios, este no tardó en corresponder antes de que se alejara, recibiendo un pequeño "Ya es hora", WonWoo solo asintió antes de levantarse de su lugar y puso un brazo para que SoonYoung lo tomara de aquel lugar, este con toda la confianza del mundo lo tomó y sin más comezaron a caminar por un pasillo, hasta llegar a unas puertas perfectamente decoradas, estas fueron abiertas y WonWoo sonrió.
Sin más, se adentra en el lugar, las personas que estaban en cada silla habían girado para ver a SoonYoung, este tenía sus mejillas rojas por completo y WonWoo, como cualquier otro día moría de ternura por él, pero, lo diferente, era que... El pelinegro no era la causa del sonrojo de su chico, aquel sonrojo fue provocado por otro chico que estaba de pie junto al "padre", este estaba vestido igual que WonWoo, le había sonreído.
WonWoo no dijo nada, solo se quedó en silencio hasta llegar al lugar indicado, así giró a SoonYoung para que lo viera y por última vez en su vida, besó la frente ajena y acarició sus cabellos, dedicandole una sonrisa antes de que se alejara. El más alto no tomó lugar donde estaba el otro chico, no, este se dirigió de inmediato al lugar indicado, frente al piano, sin decir emitir ninguna palabra, se sentó y lentamente comenzó a tocar la melodía que mucho tiempo atrás, SoonYoung le había pedido que tocaran juntos el día de su boda.
El corazón de SoonYoung se apretujaba por esos dulces sonidos, pero siguió en lo suyo, el chico castaño lo había recibido con una sonrisa y ambos se tomaban sus manos, mirandose de forma directa y acariciando las manos del otro, donde, un anillo de compromiso se veía en sus dedos.
WonWoo nuevamente estaba viajando en sus pensamientos, mientras, incluso con sus ojos cerrados, las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, mojando un poco las teclas, el tiempo había pasado rápido, demasiado para su gusto, puesto que al momento de escuchar un "Acepto" de parte de SoonYoung y un "Los declaro marido y... marido." de parte del padre, los gritos resonaron por la capilla, WonWoo se levantó y limpió sus mejillas, el más bajito lo había visto y lo único que pudo susurrar WonWoo, fue un pequeño, "Mucha suerte" seguido de dedicarle una sonrisa.
Sin más la feliz pareja y futura familia Choi, salía del recinto y los demás los seguían, fuera de aquel lugar, habían más personas, tirando pétalos de Sakura, los mismos que SoonYoung amaba más que a cualquier otra cosa en el mundo y WonWoo solo se quedó frente a las puertas, viendo como su pequeño, entraba feliz al pequeño auto y nuevamente una lágrima recorrió el rostro de WonWoo, había analizado todo, todo había sido su culpa, él no fue quién se confesó, él no le pidió noviazgo... él no le propuso matrimonio, pero, lo entendía, al parecer seguía siendo el niño que cuando se cae y se hace una herida, llora en vez en de levantarse y seguir corriendo.
SoonYoung llevó su mirada por la ventana, viendo al chico con quién realmente quería casarse, notó la pequeña lágrima y su corazón se hizo pedazos, al igual que WonWoo había hecho con él, musitó un suave "Te amo" que el pelinegro alcanzó a escuchar entre las miles de personas, por ese microsegundo, solo había sido él y SoonYoung... WonWoo solo asintió antes de hacer un pequeño "Fighthing" con su puño y el auto arrancó, llevando un pequeño cartel atrás que decía "Choi SeungCheol & Choi SoonYoung just married"
El alto soltó un suspiro pesado, pensaba en correr detrás del auto o despertar de ese horrendo sueño, quería despertar y ver como SoonYoung le tomaba fotos y al darse cuenta de que estaba totalmente despierto, le murmurara un pequeño "Buenos días, mi cielo" antes de ser atacado por sus besos, pero aquello no era un sueño, no lo era para nada, quería llorar más que a nada en aquel mundo, quería gritar para que su chico volviera, pero no lo hizo, solo sonrió y comenzó a despedirse de las personas que iban a la fiesta y sin más, emprendió camino a su hogar, donde se dedicó a quitar calmadamente cada cuadro o cosa con el de ojitos pequeños, las metió con delicadeza en una caja y la dejó en el ático, se acostó con una sonrisa en sus labios y revisó su móvil, viendo los vídeos que tenía con Kwon, cada foto y sin más lo apagó, le quitó la batería y lo echó en la basura.
Así siguió su vida, convirtiéndose en poco tiempo en el mejor pianista de su país, él vivía bien y nunca más se topó con quién era el amor de su vida, solo tocaba el piano recordandolo, pero estaba bien así, decidió cambiarse de ciudad al pasar los años, todo iba tan bien que ni su fama le aburría, le gustaba que lo reconocieran en una tienda cualquiera, le gustaba que los niños se le acercaran con sus padres diciendoles que de grande querían ser como el pelinegro.
Después de casi 7 años, estaba yendo camino a la tienda, buscando sus cosas para prepararse una deliciosa comida antes de echarse en su cama y dormir todo tranquilo antes de pensar en una nueva composición, pero sentía una presencia rara, que lo seguía y se escondía, pero al girarse, vio de quién se trataba, era un chico pequeño, quizás hasta de seis años, el pequeño se asustó, pero no corrió lejos de él, al contrario, sus ojitos brillaron y sonrió formando el mismo eye smile que le recordaba a SoonYoung, su piel era pálida y usaba unos pantalones cortos y una simple playera, su cabello era negro y sus ojitos eran rasgados, WonWoo se le quedó mirando y cuando iba a emitir palabra, el pequeño exclamó alzando sus bracitos.
—¡Eres tú! ¡El pianista! ¡Me gusta como toca el piano! De grande... De grande... ¿Podremos tocar juntos? ¡Por favor, por favor! —WonWoo rió con ternura y se inclinó hasta quedar a la altura del más bajito, este sonrió y antes de que el chico hablara, volvió a hablar.— Cuando sea de su altura... ¿Podrá ser mío? ¿Sí?
—Haha... Eres muy adorable, pequeño, cuando seas más grande, podremos tocar juntos, promesa de Jeon. —Levantó el meñique y el pequeño se iba a acercar para juntar su meñique gordito con el ajeno, pero algo le detuvo, otra voz se escuchó y aquella fue reconocida de inmediato.
—¡WonWoo! ¿¡Qué te he dicho de alejarte cuando estemos comprando para cenar!? ¡Nunca hables con desco--... —Y un silencio incómodo pero dulce se hizo presente, el ajeno lo reconoció y WonWoo sonrió delicadamente.— Jeonnie... —Aquel apodo era algo que solo una persona se lo decía, WonWoo lo analizó por completo, de pies a cabeza antes de hablar.
—Hey, SoonYoung...
