El tiempo fue pasando desde que WonWoo conoció a SoonYoung, seguían compartiendo el piano a su gusto, a veces el más pálido se acomodaba detrás del bajo, pasaba sus manos por su cintura hasta tomar las ajenas y así, ambos crear una melodía juntos, amaban hacer aquello y sobre todo, SoonYoung amaba acomodarse hasta que sus labios se encontraban con los de su chico, así se besaban con dulzura mientras las notas seguían tocando de fondo, ambos jamás pensaron que se iban a enamorar tan pérdidamente el uno del otro.
Las clases acabaron y entre ello, WonWoo ya era mayor de edad, por lo que no tardó en pedir a sus padres (bastante adinerados) que le compraran su propio hogar, ellos aceptaron totalmente, puesto que el más alto, nunca le había pedido dinero a sus padres desde que tenía memoria y esa seria una gran inversión para que comenzara a vivir por su cuenta, claro, sin olvidarse de sus progenitores.
Luego de meses, su nuevo hogar se le fue entregado, al mudarse, lo primero que hizo WonWoo, fue llamar a SoonYoung e invitarlo a vivir con él, este no lo puso en duda y aceptó, en cuestión de semanas ambos ya vivían juntos, dedicándose mimos en el sofá y durmiendo abrazados el uno al otro murmurando leves palabras de amor, WonWoo por más enamorado que estaba del más bajo, jamás pudo confesarse y al parecer... Ese fue su error.
Nunca decidió confesarse, por más cosas que sucedieran entre ambos, nunca lo hizo y SoonYoung, tampoco se confesaba por más "Te amo" que se pudieran decir mediante las semanas, pero aquello no les importaba, ellos eran felices tomando la mano del otro, besando los labios del otro y sonriendo con tan solo verse en silencio.
Ambos consiguieron un trabajo estable en una cafetería, WonWoo de barista y SoonYoung de mesero, incluso en el trabajo se daban muestras de amor que lograba llamar más la atención de chicas y la cafetería se iba haciendo popular, con ello las ventas de pasteles y cafés, a su vez, el dinero para ambos aumentaba con una simple muestra de amor en aquel lugar, incluso el jefe de la cafetería, fue capaz de comprar un piano y colocarlo en medio del lugar espacioso, SoonYoung más de una vez se sentaba a tocarlo para cada una de las chicas en el lugar y WonWoo solo se acercaba a robar unos besos de sus labios antes de seguir en lo que debía.
En el hogar, tenían casi dos alcancías llenas de billetes y monedas, logrando así, juntar la cantidad suficiente para comprar lo que ambos querían, un piano, sonaba excesivo al tener un piano en el trabajo y otro en casa, pero es que ambos congeniaban tan bien con un simple instrumento que aquello era lo que mantenía su "relación" más allá de amigos, eran felices tocando melodías nuevas y disfrutando de su juventud cada día, semana y mes.
Era un día cualquiera, donde WonWoo y SoonYoung llegaban del trabajo, comían y se sentaban en el sofá a ver películas totalmente acurrucados, era uno de los tantos días en los que WonWoo le susurraba a SoonYoung lo mucho que lo amaba, pero, aquel día, fue algo distinto.
—SoonYoung-ah... —Murmuró el más alto, abrazando a SoonYoung, este casi por inercia se acurrucó entre sus brazos mientras seguía viendo la televisión, una película romántica, como cada viernes de pareja.
—Wonu~. —Canturreó divertido el otro, WonWoo inevitablemente soltó una risa, acariciando y besando los cabellos teñidos de su chico, así comenzó a hablar.
—¿Sabes? Yo nunca pensé que me iba a enamorar de ti... —Susurró, tomó un poco de aire y continuó.— Cuando te conocí eras el chico más payaso de toda la clase, eras ruidoso, tenías todo lo que a mi no me gustaba, pero... No te conocía, era más que obvio. —SoonYoung se removió, buscando la mirada del más alto y este le miró de forma fija, relamiendo un poco sus labios.— Pero... Quién diría qué... Por un piano, un piano que se a vuelto nuestra vida entera, me iba a volver todo un tonto por ti, amo tus defectos, amo tus perfecciones, amo tus celos, tus enojos, tus risas, tus sonrisas... Amo todo de ti, Kwon SoonYoung. Me siento muy afortunado de conocerte un día cualquiera y que te hayas vuelto lo único que necesito para poder ser feliz. —Finalizó, notando la sonrisa en el rostro del más bajito y sus ojos ligeramente llorosos, ¿Por qué quería llorar? WonWoo no lo entendía.
—Me has robado las palabras de la boca pero... También te amo, Jeon WonWoo, te amo más que a nada en este mundo. —Susurró antes de rodear el cuello del más alto con ambos brazos, acercándose a besar de sus labios con mucha lentitud y suavidad, en un beso que siempre les hacía entender a ambos lo mucho que se amaban mutuamente.
WonWoo no tardó nada en corresponderlo, ladeando el rostro y abrazando la delgada cintura de SoonYoung, este se estremeció, algo que le causó ternura al más alto de ambos, puesto qué, había explorado cada parte de su cuerpo y era la primera vez que se estremecía por un beso tan sincero y caricias tan dulces, solo procuró seguir el beso, cerrando sus ojos y atrayendo más al de cabellos teñidos a su cuerpo.
WonWoo no tomó aquello como una confesión, puesto que cada semana ambos se decían cosas similares, como si fuera el fin, pero el día siguiente, ambos se veían al amanecer, WonWoo admirando el perfecto rostro de su chico y SoonYoung completamente feliz de que fuera WonWoo el que veía cada mañana al abrir sus ojos, era así, se mimaban, se besaban, se amaban como cualquier pareja casada...
Pero nunca fueron capaces de llevar aquella relación a otro nivel.
