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No me quiero mudar, no quiero y no quiero. Detesto recoger mi ropa y sobre todo mis libros en cajas, se maltratan mucho y ni siquiera nos mudaremos tan lejos de donde ya estábamos.

Maldita "amiga" de mi madre. Mi mamá confió en ella vendiéndole la casa y al mes ya le estaba exigiendo la casa para poder rentarla a alguien más, ¿qué clase de amiga hace eso?

Estoy tan enojado que meto todas mis cosas con enojo a todas las cajas, ya terminé con mi ropa, los de la mudanza se llevaron mi escritorio, mis lámparas y mi cama, solo falta mi librero y guardar todos los libros en más cajas.

Estoy hastiado de estas cosas cuadradas de cartón.

Extrañaré el gimnasio que está enfrente de mi casa, ya había hecho varios amigos pero bueno, si mis hermanos se acostumbrarán al gimnasio de la escuela, que yo no pueda.

Lo bueno de las vacaciones de verano es que no habrá tareas por un largo tiempo y lo malo, es la mudanza, nunca dejaré de quejarme por esto.

Al menos logramos convencer a mis papás a entrar a un curso de verano muy genial, todos los de mi escuela irán, está algo lejos pero valdrá la pena estar ahí mes y medio.

– ¿Ya estás listo hijo? Los señores ya van a subir por el librero. – No le contesto a mi mamá al instante así que prefiero poner mi cara triste para que no se sienta tan mal.

– Ya acabé ma, ya solo cierro la última caja de mis libros y bajo.

– Oh bebé, sé que odias las mudanzas pero esto te gustará, además papá dijo que está padrísimo ese lugar donde será tu curso de verano. – Sonreí de repente, mi mamá sí que sabía cómo sacarme una sonrisa en medio de mis crisis.

– Gracias por ayudarnos a convencer a papá a inscribirnos ahí. – Le dije mientras la abrazaba.

– Pues yo todavía tengo mis dudas, habrá chicos hasta de 20 años ahí, si les pasa algo me avisan de inmediato. – Dijo mi padre mientras entraba a mi cuarto con mis dos hermanos menores.

– No te preocupes papi, nos cuidaremos entre los tres. – Lo medio despreocupó Izzy.

– Si papá, aunque nos dividan por edades, estaremos al pendiente entre nosotros. – Con ayuda de Jace se relajó más la cara de papá.

– Bueno chicos, hora de irnos a la nueva casa, está cerca pero la mudanza tomará otro camino y llegará antes, tenemos que recibirlos. – Mi mamá y su tono tranquilizador, convence a todos de estar felices.

Amo mi familia, será un nuevo comienzo, supongo.

Llegamos a la nueva casa, todos ayudaron a bajar los muebles y cajas del camión, estuvo cansado pero lo Jace y yo pudimos competir, como siempre, quién aguantaba más cargando cosas, así que se hizo divertido todo el tiempo.

Decidimos instalar el cuarto del bebé todos juntos, después cada uno se fue a sus correspondientes habitaciones para ordenarlas como quisiéramos,

En la noche ya estaba muy cansado de subir y bajar escaleras así que preferí sacar solo mi pijama de una de las cajas e irme a dormir

El lunes entraba al Curso, solo me quedaba mañana para ordenar todo y empacar una maleta de ropa.

...............

El lunes llegó, mis hermanos y yo estábamos muy emocionados

Íbamos cantando a todo pulmón todo el camino, mis padres solo se reían de nosotros y el bebé Max solo nos observaba con sus hermosos ojotes.

– Bien chicos, ya llegamos. – Aquí venían de nuevo las instrucciones de mamá. – Nos hablan cualquier cosa, los tres tienen celular así que nada de perderlos o no contestar ¿entendido?

Y aquí venía papá a apoyarla.

– Niños se cuidan y sobre todo cuiden a su hermana, vendremos en un mes y medio, por favor cuiden sus cosas, no quiero que esas maletas estén vacías cuando vengamos por ustedes ¿ok?

– Sí papá. – Contestamos al unísono. – Los amamos, hasta luego. – Les dijimos nuevamente al unísono.

Por dentro del lugar estaba grandísimo, había muchos niños desde los 6 hasta los 20 años; había maestras y maestros con un cartel con un número, varios niños se formaban atrás de ellos.

Dedujimos que desde la entrada ya nos iban a dividir, mi hermana se despidió de nosotros moviendo la mano y se fue a dónde le correspondía, Jace hizo lo mismo después de un momento.

Yo no veía mi cartel por ninguna parte hasta que vi un letrero con el número 16 en el piso, varios niños como de mi edad estaban atrás de éste

Me acerqué y traté de quitar la timidez que tenía, al fin y al cabo iba a hacer amigos.

– Hola, ¿aquí es el lugar de los de 16 años? – Pregunté a dos niños que estaban juntos.

– Sí, aquí es, el maestro se fue al baño y dejo el letrero en el piso. – Me contestó uno de ellos.

– Ok, gracias.

Esperamos un momento más y un chico apareció de la nada enfrente de nosotros.No era tan grande como otros maestros pero si más grande que nosotros.

Su ropa deportiva le quedaba muy bien, se notaba que usaba maquillaje, sobre todo en los ojos, no me disgustó eso en lo absoluto.

Cuando me volteó a ver deduje que me le había quedado mucho tiempo viéndole, así que preferí solo bajar la mirada y tratar de no sonrojarme, lo cual no iba a poder.

– Hola amigo, ¿cómo te llamas? Hace un rato no estaba pero estoy tratando de aprenderme todos sus nombres. – Me preguntó con una sonrisa muy blanca que me gustó mucho, mucho.

– Soy Alexander, pero todos me dicen Alec. – Por favor, cara, no te pongas roja.

– Que lindo nombre para tan lindo niño. – Ok, bien cara, no lo volviste a lograr.

– Gra... Gracias, ¿cuál es el tuyo? – Ahora hasta lo tartamudo me sale.

– Yo soy Magnus, seré como tu maestro todo el Curso.

Un chico con cabello verde, guapo pero no más que Magnus, se acercó a mi nuevo novio y nos interrumpió.

– Magnus, dijeron que ya son todos los niños, vamos a llevarlos a sus dormitorios y después los llevaremos a la bienvenida.

– De acuerdo Ragnor, en una hora nos vemos. – El tono que usó con el tal Ragnor fue diferente que con el que usó conmigo, menos cariñoso.

Supongo que es porque apenas nos está conociendo.

El chico cabellos verdes, se fue con su grupo, que al parecer era el de Jace; recordatorio, Jace está con el semáforo verde.

– Bien chicos, vamos a los dormitorios, les mostraré sus cuartos, las zonas de baños para niños y niñas, y la cafetería; cuando se hayan instalado, los esperaré a todos enfrente de la cafetería para darles la bienvenida. – Su voz sonó tan dominante que pensé que podía tener mi primer orgasmo éste momento.

Tengo 16, lo sé, pero nunca me he masturbado a tal punto de venirme.

Los niños siempre se me han hecho más lindos que las niñas, no se lo he dicho a mi familia pero deduzco que ya lo presienten desde que les agarraba la mano a todos los niños en la primaria.

– Son un número impar, uno de ustedes tendrá que compartir conmigo habitación. Será un chico por razones obvias chicas. – Algunas chicas se desanimaron con eso último que dijo mí novio.

Yo no sé ellas pero definitivamente yo iba a conseguir ese cuarto.

Yo, Alec Lightwood, sabía que éste hombre, era el hombre.


Capítulos un poco largos, ya saben :P Jejej espero que les haya gustado el primer capítulo <3

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