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Estuvimos jugando en varias canchas, el lugar es inmenso, hay dos albercas, tres canchas de fútbol, tres de tenis y un gran lugar donde hacen gimnasia.

Al último lugar donde teníamos que jugar fue en gimnasia. El grupo de Jace y el mío se volvieron a juntar. Magnus no me ha ni dirigido la mirada desde la mañana.

Y ahora yo menos porque su queridísima novia, es la maestra de aquí y vaya que le gusta restregarse contra mi ex. Ex. Ex.

Carajo.

– Muy bien chicos, aquí jugaremos el famoso juego de "quemados" – Dijo la fea novia de mi ex. – Supongo que ya todos conocen el juego. – Que fea sonrisa tiene. Cara, cuerpo... Estoy más bueno, la verdad. – El equipo verde que es el de Ragnor, contra el equipo azul.

Agarró el brazo de Magnus, ya todo el mundo sabía quién era él, que presumida.

– Somos más en el equipo verde ¿podemos pasarnos algunos al azul? – Preguntó Jace.

Creo que ahora entiendo lo que trata de hacer. Al parecer el muy inteligente sabía que Magnus no tenía ni idea de que éramos hermanos y de que se había puesto celoso.

– Claro, los que gusten cambiarse, háganlo.

Jace atravesó el gran colchón azul donde los gimnastas saltaban y corrían, haciendo prácticamente lo mismo. Pasó su brazo por mi hombro y me susurró.

– Hagamos enojar a tu preciado maestro. Hay que hacer éste primer día del curso el más inolvidable para él, aunque me quiera matar con la mirada.

Volteé a ver a Magnus y sí, esa mirada si pudiera, mataría a cualquiera. Se zafó del agarre de su novia con brusquedad y se vino con todo el equipo.

– Estás loco hermano. – Le sonreí con complicidad.

– Lo sé pero es un tonto si no te escoge a ti, se ve que anda coladito por ti.

– ¡A jugar! – Gritó Magnus a quien sea y su novia solo rodó los ojos después de tocar el silbato.

Terminamos ganando porque Magnus, Jace y yo estuvimos quemando a todos.

Magnus lanzaba con mucho enojo y no fallaba, Jace solo se lucía para después medio abrazarme y gritarme "¿visto eso Alec?", guiñándome el ojo.

Yo estaba igual que mi ex, cada vez que su novia le gritaba como loca, celebrándole sus victorias, lanzaba fuertemente sin fallar ni una.

La noche llegó, nos dieron de cenar y todos fuimos a nuestras habitaciones. Esto era demasiado incómodo.

Jace siguió el juego hasta el final y me fue a "dejar" a mi habitación, Magnus solo lo ignoraba todo el camino y prácticamente le cerró la puerta en la cara.

– Vaya espectáculo que dieron en gimnasia. – ¿Eso suena a celos?

– Lo sé, Jace es muy bueno en cualquier deporte, su cuerpo lo demuestra. – Reí para mis adentros, definitivamente estaba celoso después de todo. – Tu también te luciste con tu novia con cada que derribabas a alguien.

Rayos, no sé por qué dije eso pero. Lo que conteste me dolerá.

– ¿Novia? Yo no tengo novias nunca niño. –¿Me quiere ver la cara?

– Ahora tú no te hagas. Te vi besándote con la maestra de gimnasia.

Su cara de sorpresa apareció en mi campo de vista para después quitarla para carcajearse.

– Camille no es mi novia. Soy gay cien por ciento. Sí me besó, pero fue de juego. Es como mi hermana menor y siempre andamos haciendo juegos.

Creo que ahora me siento más enojado y muy estúpido. Pero de alguna forma sentía un gran alivio.

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