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Me había equivocado completamente, Ron estaba de mal humor al día siguiente, toda la hora de Transformaciones fue incomodo, Ron y Hermione no se querían ni ver, con Harry de rato en rato nos mirábamos buscando apoyo, logre sobrevivir entre aquella discusión hasta el fin de semana donde podríamos ir a Hogsmeade, aunque era una lástima que Harry no pudiera ir con nosotros, yo quería ir a la casa de los gritos, pero Ron se la paso entre Honeydukes y Zonko, y Hermione, buena ella me llevo de un lado para el otro, desde la oficina de correos hasta las tres escobas, tratamos de comprar varias cosas para compartir con Harry.

Cuando volvimos nos encontramos con Harry en la sala común, tratamos de contar como era Hogsmeade y él nos contó que Snape le dio una poción a Lupin, eso me causo mucha curiosidad no sabía que se llevaran bien, pero deje todo eso de lado a la hora del banquete.

Después del banquete volvimos a la sala común, pero nos encontramos con el cuadro de la señora gorda rasgado, inclusive había pedazos del lienzo que estaban en el suelo, todos estábamos sorprendidos y asustados o al menos yo lo estaba, mi temor aumento cuando escuche lo que Peeves le contaba al director, Sirius Black había atacado a la señora gorda.

Por nuestra seguridad Dumbledore nos mandó al comedor, primero solo estábamos los de Gryffindor, pero al pasar los minutos los de las demás casas aparecieron.

— Eileen – me llamo Zabini cuando el director nos dejó ahí después de anunciarnos que pasaríamos la noche en el comedor – ¿Sabes que sucedió?

— Ya vuelvo – dije mirando a mis amigos y mi hermano

— ¿Qué fue lo que paso? – pregunto Zabini cuando me acerque

— Al parecer Sirius Black está en el castillo – respondí, Zabini se me quedo mirando fijamente – el cuadro de la entrada de mi casa, estaba destrozado

— ¿Cómo te encuentras? – pregunto mientras buscaba mi mirada

— Confundida – respondí – no lo sé, cuesta un poco asimilar todo esto

— No te preocupes – dijo él regalándome una sonrisa amable – todo estará bien

Cruzamos algunas palabras más, hasta que Percy anuncio que apagaría las luces, fue entonces que me despedí de Zabini y volví con mi hermano, antes de acostarnos tratamos de averiguar cómo Black había logrado entrar a Hogwarts, pero de la misma forma que aparecía una nueva teoría esta era desechada.

En el techo del comedor brillaban las estrellas, habíamos dejado de conversar hace minutos ya que Percy estaba rondando por donde nos encontrábamos acostados, cuando escuchamos la conversación de Dumbledore y Snape, lo cual nos dejó más intrigas.

Al pasar los días por todos los lados del castillo solo se hablaba de Sirius Black, pero en cierto grado era lo de menos.

— Entonces dime cual es la contraseña – dije molesta mirando el cuadro de Sir Cadogan, el reemplazo de la señora gorda.

— Si fueras de Gryffindor lo sabrías – respondió este – aunque claro te dejaría pasar si tenemos un duelo

— ¿Problemas para entrar a tu casa? – pregunto burlonamente Peeves

— Ahora no Peeves – dije furiosa

Por alguna razón papá me vigilaba todo el tiempo, inclusive me castigo durante la clase y ahora paso mi tiempo libre en su oficina y ahora al menos necesitaba dejar mis cosas e ir a cumplir mi castigo exagerado.

— Percy – llamé cuando lo vi en la escalera de mármol – ¿Cuál es la contraseña?

— Ya la volvió a cambiar – dijo Seamus enfadado

— No saben la contraseña de su propia casa – dijo riéndose Peeves

— Déjame entrar – dije enfrentando nuevamente a sir Cadogan e ignorando al poltergeist

— ¿Contraseña? – pregunto este acariciando a su pequeño caballo

— Cuando logres entrar déjalo en mi habitación – dije a Percy mientras le entregaba mi mochila

— Bien – dijo él aceptando mi mochila

Mientras bajaba las escaleras de mármol lo encontré ahí parado, trate de explicarle lo que había sucedido, pero él solo camino hasta su oficina en completo silencio.

Unwanted  [02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora