El hospital no era un lugar que le agradara del todo pero tenía que entrar allí y averiguar unas cuantas cosas. Y la persona allí dentro sería la única que le ayudaría.Salió del lujoso convertible, se colocó las gafas de sol y con su caminar de pavo real entró al edificio.
Noto que algunos hombres allí voltean a verla con ojos curiosos y otros lujuriosos. Ella sonríe. Le encanta tener ese poder en la gente. Siempre siendo el centro de atención en cualquier lugar al que iba. Logrando miradas de hombres y mujeres deseosos de poder aún que sea acercarse un poco.Cuando salió del ascensor directo al cuarto piso noto que la secretaría le sonreía con simpatía. Se acercó con su mejor sonrisa y se quito los lentes.
" Hola." Saludo con voz pausada y quieta. La joven le sonrió tendiendo le el gafete de visitante especial.
" Hola. Hoy está de mejor estado de ánimo. Eso si, un poco cansada pues la quimioterapia término hace poco." Tomo el gafete y miro el número de la habitación.
" Me alegra escuchar eso." Se lo colocó y camino por el pasillo mirando los números de cada habitación hasta dar con la que buscaba.
Al entrar vio a una enfermera que hablaba animadamente con la mujer sentada en la cama. Tenía el rostro pálido de un amarillo enfermizo, sobre su cabeza una pañueleta de colores.
Ambas al verla le sonrieron, la mujer mayor con una sonrisa cansada pero se notaba en sus ojos que estaba realmente feliz de verla ahí." Bueno, señora Estrabao ya debo irme. Además la dejó en muy buena compañía." Le guiño un ojo y salió saludando a la mujer en la puerta.
" Camila, que bueno que viniste. Hoy me siento mejor que hace unos días. Cansada pero mejor." Ella comenzó a acercarse mirando detalladamente los rasgos físicos de Sinuhe Estrabao.
" Me alegro escuchar eso." Se sentó donde antes estaba la enfermera. Sinu la miro un largo rato sin decir palabra.
" Te noto un poco... Diferente." Terminó con los ojos entrecerrados. La castaña más joven sonrió.
" ¿Ah si? Me siento de maravilla, madre. No creo verme o sentirme diferente." Dijo con un poco de malicia. Pero cambio su expresión a una más sería. " Quiero hacerte unas preguntas, madre. Espero respondas con la verdad."
" Siempre he sido sincera contigo, Mila. ¿Que ocurre?."
" ¿Quien es Alejandro Cabello?." Como si fuera posible, Sinu perdió el color del rostro y sus ojos se agrandaron. Llevaba años sin oír ese nombre.
(...)
Camila salió de su oficina sintiendo su estómago rugir del hambre voraz que tenía. Llevaba una semana comiendo comida sofisticada y en pequeñas porciones que no eran normales para ella.
Su dieta se basaba en comida chatarra que la mantenía con el estómago satisfecho y las arterias tapadas pero era feliz. Extrañaba la comida del Ogletree's así que decidió ir.Miro a Dinah y Ally charlar mientras esperaban el ascensor. Giro la cabeza a la oficina de Lauren pero sabía que la ojiverde no estaba allí. Si no en Iglesias Corp cerrando el trato de una semana atras.
Por supuesto Lauren le había ofrecido ir pero Camila sabía tan poco sobre reuniones y fusiones impresariales que decidió quedarse.Recordando a Lauren, pensó en el beso que se habían dado una semana atrás. Lauren no había vuelto a acercarse y para Camila estaba bien o eso pensaba.
La verdad era que deseaba otro beso de Lauren y poder compartir más, pero era una mujer casada. Y aquello le pesaba. Incluso pensó varias veces en llamar a Karla para decirle sobre eso.
Y Camila tenía miedo de llegar a sentir algo por aquella mujer, si tan solo con un beso la dejaba deseando más no quería saber que ocurriría si ubieran más.
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Suplente.
FanfictionAlejandro Cabello conoció el amor en Cuba. Se enamoró de una joven que trabajaba en el hotel donde se hospedaba. Sinuhe Estrabao era su nombre. Conquistó aquella joven hasta que ella no pudo resistirse más a él. Y comenzaron un amor clandestino. ...