Capítulo 3.

9 0 0
                                    

Hoy he quedado con Lucas. Ha sido una tarde muy extraña. He aprendido a montar en skate y hemos conocido a bastantes chicos muy guapos. Lucas los conocía a todos porque va a patinar allí cada fin de semana y yo no había querido acompañarle hasta hoy. ¡Qué tonta he sido! Están como un tren y yo he estado meses perdiéndome aquello... Pienso ir con él todos los sábados.

-¿Quién es tu amiga, Lucas?

-Hola, Javi. Esta es Robin, mi mejor amiga.

-Encantada.

-Te llamas igual que la tía buena de Como conocía a vuestra madre, y eres igual de guapa.

-Muchas gracias.

-Bonita sonrisa.

Entonces, aquel tal Javi se ha ido con su long a derrapar unos metros más para allá. No he podido evitar cantar la canción de victoria en mi cabeza y la he vuelto a repetir cuando volvíamos hacia mi casa.

-No adivinas que me ha pedido el chico del long.

-¿Qué te ha pedido? -Lucas sonreía mientras me miraba.

-Tu número.

-¡Qué bien! -di un grito de emoción.

-Creía que pasabas de los tíos... -me miraba de reojo sin quitar aquella sonrisa suya.

-Ya, pero Javi no es un tío es el tío.

-¿Te has enamorado? -me observaba sorprendido.

-¿Eres idiota? ¡Solo está muy bueno!

Él no podía parar de reír y preguntarse cómo no se había imaginado aquella respuesta. ¡Lucas, eres el que mejor me conoce! Deberías haber sabido que saldría con aquello.

Al llegar a mi casa, mi madre me ha hecho contarle todo lo que había hecho. Es como una especie de rutina. Siempre hacemos lo mismo, así no nos perdemos la vida de ninguna. Está claro que tanto ella como yo nos guardaremos algunas cosas pero seguirá habiendo aquel vínculo madre e hija que tenemos y tanto quiero.

Marissa se reía cuando le contaba lo del chico longer.

-Estaba claro que tenían que fijarse en mi chica preciosa.

-¡Mamá! Se habrá fijado en mi pelo rosa.

-Voy a quitarte ese tinte.

-¡No, mamá! Ya se irá solo, tranquila que cuando se me quite no pienso volver a ponérmelo.

-¿Ya no te gusta? -sonreía como si de una victoria se tratara.

-Claro que sí pero odio ir siempre igual. Necesito un cambio.

Y así es como quedamos en ir a la peluquería. Mi madre tiene como un radar especial. Hace que de repente me dé cuenta de que quiero alguna cosa sin tan siquiera haber pensado en ello. Esa es una de sus tantas cualidades por las cuales no echo de menos a mi padre. Lo siento, Alan, no te necesito.

Después de cenar, no os lo vais a creer pero mi padre me ha llamado o eso creía. En mi móvil salía marcado su número pero cuando lo he cogido no era él. ¿Adivináis quién era?

-¿Robin?

-¿Papá?

-No, soy su hijo. Me llamo Trevor. -no he podido evitar pensar en que me encanta tanto su nombre como él.

-Encantada. ¿Por qué me llamas?

-Tengo curiosidad de saber quién eres pero mi padre no me deja ir a conocerte.

-¿Por qué?

-No lo sé pero en dos semanas viajo hacia Mallorca.

-¿Por qué?

-¡A conocerte! Cuando se me mete algo en la cabeza... puedo ser muy persuasivo.

-¿Y cómo vas a hacerlo sin que Alan se entere?

-Mi madre me ha dejado, ella es la que tiene mi custodia, no él. Me interesas. Has vivido prácticamente lo mismo que yo.

-¿Tu padre te abandonó como un perro por irse a tener otra familia?

-Bueno, eso fue lo que hizo pero justo después de dejar embarazada a mi madre. Ni siquiera le vi.

-Lo siento.

-No importa. Lo único que me da rabia es lo que hace Alan contigo. Él es muy buen padre, me gustaría que también lo fuera contigo.

-No lo necesito para nada. No te preocupes.

-No le digas nada a tu madre. Será nuestro secreto.

-¿Dónde dormirás?

-¿Tienes balcón?

-Sí, uno en mi cuarto.

-Perfecto, por ahí entraré.

-¡¿Estás loco?!

-Sí, por conocerte. Te agrego al Facebook y miras mis fotos para saber que soy yo. No vayas a meter a un desconocido en tu cuarto.

'Como si no supiera cómo eres, Trevor.', pienso mientras escucho el sonido de que en la otra línea me han colgado. Esta es la típica cosa que no pienso contarle a mi madre. Llamaría a mi padre muy en contra de su voluntad solo para evitar que ese chico venga.

No me lo puedo creer, voy a conocer al chico súper buenorro que vive en Estados Unidos con mi padre. Ojalá Alan no quiera que Trevor me conozca porque se avergüence de mí. Entonces haría todo lo posible por estar con él solo por fastidiar a ese tipo al que tengo como padre. Mierda, a lo mejor el psicólogo sí tiene razón. Aunque no lo crea pienso mucho en Alan. Maldito José, siempre tienes que llevarme la contraria hasta en pensamientos.

Estoy deseando llegar mañana al instituto solo para contarle a Lucas quién vendrá en dos semanas. Creo que lo de ir a la peluquería tiene que estar cerca, ¡Trevor tiene que verme fabulosa! No sé si eso es posible pero se puede intentar. Tengo algún presagio de que esto va a salir muy bien.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 31, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El diario de Robin Ford.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora