five

130 10 0
                                    

Cuando Jimin por fin invito a salir a la castaña, grito tan fuerte que las personas que se encontraban con ella pensaron que se había descompuesto.

Las pruebas de vestuario y maquillaje para la presentación eran agotadoras, su cuerpo estaba allí, sentado en aquella silla pero su mente parecía haber abandonado la habitación.

La lastima por si misma la consumía, la pregunta "¿porque esto me pasa a mi" se presento más de una vez en el embrollo de responsabilidades con las que tenía que cumplir. Era uno de los momentos más importantes de su carrera artística, era el momento perfecto para darse a conocer, aún así, no lo estaba disfrutando. Mañana en el estadio donde se llevaría a cabo el show de beneficencia inevitablemente vería a Jackson y no sabía que iba a ser de ella.

Jackson Wang.

Lindo y talentoso.

Su vida estaba dividida en un antes y después de el, un antes lleno de sueños e ilusión y un después con miedos y desconfianza. Cuando quiso darse cuenta de el daño abrió los ojos para darse cuenta de que el amor que le tenía jamás sería suficiente para seguir soportando golpes y maltratos, que tenía que correr antes de que sea demasiado tarde. Así fue, corrió lejos, terminó su contrato en JYP (no sin antes verse obligada a firmar un acuerdo de confidencialidad), borro su vida y empezó una nueva.

Para su mala suerte, su muy mala suerte, no podía eliminar a Jackson. No podía evitarlo.

—¿Está bien así?— pregunto Lizzie, su estilista, terminando de fijar su cabello. Raya al medio, algo ondulado y una hebilla de perlas en el lado izquierdo. 100% su estilo.

—¡Se ve genial! Me encanta— espeto sincera, sonriéndole a Lizzie que si bien había hecho algo simple, estaba orgullosa de su trabajo.

Quería salir de allí y dormir hasta pasado el concierto, si era posible.

¿Porque simplemente el lograba apagar sus momentos más felices como si fuera nada?

Su celular vibró y al ver quien había enviado mensajes, no tardó ni dos segundos en tomarlo.

Su celular vibró y al ver quien había enviado mensajes, no tardó ni dos segundos en tomarlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tan solo habían pasado algunos días de la noche en el bar. Tenía miedo, mucho miedo, porque casi sin quererlo Jimin había tenido una facilidad asombrosa para volverse parte de su vida.

La última vez que dejo a alguien entrar solo consiguió un par de costillas rotas, sería extraño no tener miedo.

Para darle una chance a Park Jimin, tuvo que tomar sus inseguridades y encerrarlas en una caja, limpiar su mente de una forma tan profunda que por un momento sintió que era la misma de antes, la misma antes de Jackson.

Ya en su departamento, mato el tiempo leyendo uno de los libros que Taehyung le había prestado. Se conocían hace algunos años, pero al ser los dos idols, se veían realmente poco, por ello fueron más bien amigos virtuales que otra cosa. Amistad virtual o no, Taehyung supo consolarla en sus peores momentos y lo quería muchísimo.

La protagonista de aquella novela narraba una historia de amor disparatada para su gusto, últimamente estaba frustrada por la escasa realidad en los libros de ese tipo, donde relatan el amor como lo haría una película de Disney. En la realidad las cosas son distintas, en el amor no hay punto medio, es extremista, a veces despiadado, sin mencionar que el príncipe azul puede destrozarte el corazón (y la psiquis también). ¿Porque no había un aviso sobre eso?

En medio de su debate, sonó el timbre y una sonrisa no tardó mucho en iluminar su rostro.

Jimin estaba del otro lado, con mucho helado, por supuesto. Tomo sus labios en un tierno beso como saludo y lo ayudo con las bolsas.

—¿Eres el hada de el helado, lo sabias?— el rubio se rio risueño, colocándose las pantuflas y espero a que t/n tome las cosas necesarias para ir a la habitación. Una vez allí, se instalaron en la cama, acurrucados uno contra el otro.

—Tramposa, íbamos a ver frozen.— se quejó Jimin haciendo un puchero mientras la castaña le daba play a su serie favorita, Gossip Girl.

—¡Va a encantarte!— se rio, metiéndole una cucharada de helado de chocolate en la boca.

—¿Quien es ese?— hablo con la boca llena.

—Chuck Bass ¿No es guapo? Es el novio de Blair.— dijo emocionada, como una niña de cinco años cuando le dicen que puede quedarse jugando un rato más.

—¿Y quien es Blair?— pregunto achinando sus ojos hacia la pantalla, un poco confundido.

—Esa, la de allí...- apuntó— ¿no es bonita?

—Lo es—admitió— pero tú lo eres más.

Cada vez que Jimin decía algo así, el corazón de t/n corría una maratón.

—¡Park Jimin!— grito, sonrojada hasta las pestañas, el recién nombrado no pudo hacer más que reírse por su reacción.

—¿Qué? Deberías acostumbrarte a que te lo digan.

—Nunca podría acostumbrarme a que alguien como tú me alagara. Digo ¿tú te viste? Los modelos de Dior deberían tenerte envidia.

Otra vez, la risa de Jimin inundó la habitación.

—Calla, me da vergüenza.

Como era de esperarse, la castaña cayó en brazos del sueño en el quinto capítulo, había visto la serie miles de veces ya que era su favorita y aunque no lo admitiría nunca, a Jimin le había encantado. Era por ello que aún luchaba por mantenerse despierto, la historia de amor entre Chuck y Blair a sus ojos era fantástica, aunque el a veces podía ser muy cretino, demostraba como el amor puede hacer cambiar a las personas. A su lado, la t/n comenzó a removerse, buscando el calor corporal del rubio.

—Hace frío...— la escuchó murmurar. Parecía un gatito.

—¿Quieres...?

—Si— se apresuró a decir y se acercó aún más a Jimin, quien la envolvió en sus brazos, la cabeza de t/n reposaba sobre el pecho ajeno y suspiro, oliendo el aroma a coco del shampoo de la castaña. Simplemente era embriagador— Jimin...

—¿Hmm?— respondió con los ojos cerrados.

—No me dejes sola mañana con Jackson— pidió, algo angustiada— por favor.

Jimin desconocía la historia entre ellos dos, aún así, recordó la advertencia de Taehyung. Le acaricio el cabello y dejo un beso en su frente, buscando darle tranquilidad a t/n.

—Esta bien, estoy contigo.

i need u Donde viven las historias. Descúbrelo ahora